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La muerte puede resultar un tabú, pero por más que queramos negarla o ocultarla, es un acontecimiento esencial e inevitable en la vida de todas las personas y por eso preferimos que acontezca de la mejor manera posible.

La Planificación Anticipada de las Decisiones (PAD) es un proceso voluntario de comunicación y deliberación entre una persona en su pleno juicio de razón y profesionales sanitarios, implicados en su atención, acerca de los valores, deseos y preferencias. Esto para tener en cuenta con respecto a la atención sanitaria que recibirá como paciente, fundamentalmente en los momentos finales de su vida.

La idea es que se arme un plan (junto a los profesionales que tratan al paciente), el que deberá registrar adecuadamente la historia clínica del paciente, hacerse revisiones periódicamente, principalmente cuando cambien las condiciones de salud o cuando se produzcan acontecimientos vitales y que se comunique a todas las personas implicadas. El plan es usado únicamente cuando el paciente no es capaz de expresar su voluntad; mientras tenga capacidad intelectual, seguirán tomando sus propias decisiones en cada momento.

¿Qué debe incluir la PAD?

° Valores relevantes, es decir, lo que conlleva para ese paciente en particular la calidad de vida, el grado de importancia que le da a cuestiones básicas como: comunicarse, alimentarse, asearse con autonomía, etc.

° Preferencias sanitarias de carácter general, la forma en que desearía que se desarrolle la atención médica cuando el paciente no pueda decidir: grado de deterioro de la conciencia que estaría dispuesto a aceptar, nivel de control del dolor, lugar donde prefiere pasar sus últimos días, expresiones de balance entre cantidad y calidad de vida.

° Indicaciones médicas concretas. El paciente puede expresar preferencias o deseos ante posibles actuaciones médicas a realizarse en determinadas situaciones que puedan presentarse (siempre y cuando estén dentro del marco jurídico del país y de la buena práctica médica):
          1. Rechazo de intervenciones
          2. 
Solicitud de intervenciones
          3. 
Donación de órganos y/o tejidos

° Expresión de sentimientos. La idea es que un proceso de PAD le dé al paciente la oportunidad de resolver o afrontar cuestiones cruciales, en relación consigo mismo o con otras personas. PAD da la oportunidad de darle un poco de paz y serenidad al paciente, incluso permitiéndole compartir sus sentimientos o emociones a seres queridos.

° Designación de una persona representante la cual esté informada de sus decisiones.

° Otras cuestiones no sanitarias como por ejemplo, quien estará presente cuando fallezca, que se hará con sus objetos personales, disposiciones sobre el funeral, etc.

Dar el primer paso hacia la realización del PAD no es tarea fácil por lo que comentamos al principio: el tabú de la muerte. Lo ideal es estar atento a los acontecimientos que nos indican que es el momento oportuno para empezarlo. Por ejemplo, ingresos hospitalarios prolongados o varios reiterados, diagnóstico reciente de una enfermedad grave, cambios en la expectativa de tratamiento o curación de una enfermedad conocida, deterioro progresivo, etc.

Los seres humanos aspiran a vivir dignamente, pero la muerte también forma parte de la vida. Morir constituye el acto final de la biografía personal de cada ser humano y no puede ser separada como algo distinto. Por tanto, el imperativo de la vida digna alcanza también a la muerte. Una vida digna requiere una muerte digna.

Por: Psic. Cl. María José Barredo S.
Master en Cuidados Paliativos y Psicoterapia
mjosebarredo@gmail.com

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