Una iniciativa guayaquileña que quiere “cambiarle el chip” a las personas, para que prestemos más atención a quienes nos rodean.
Para muchos de nosotros ellos eran el lotero, el lavador de carros y el fotógrafo del parque Centenario. Ahora, Vicente, Julio y Abdón tienen nombre propio y una historia interesante que contar.
Todo empezó cuando dos universitarias, Alegría Matamoros y Andrea Quintana, asistieron a una charla de liderazgo que sirvió de motivación para emprender un proyecto social. Antonio Rodríguez, otro estudiante, fue el expositor encargado y pronto notó el anhelo de estas chicas por marcar un cambio en la sociedad. Se unieron a lanzar ideas de qué hacer, y más tarde llegó al grupo Pamela Ycaza.
Los cuatro universitarios, entre 19 y 22 años, decidieron materializar sus ideas con un proyecto concreto. “Al comienzo queríamos hacer de todo, como por ejemplo cortarle la barba y pelo a los mendigos para que tuvieran mejores oportunidades de trabajo”, asegura Andrea, con la certeza de que algún día lo hará realidad.
Con varias ideas sobre la mesa, tuvieron que elegir una, la que fuera más viable e impactante. Gracias a las redes sociales pusieron en marcha un proyecto que tiene como eje principal el uso de una cuenta en Instagram para visibilizar a personas con las que nos cruzamos en la calle y que usualmente pasan desapercibidas. Es aquí donde nace Stop and Stare (Detente y Observa).
Y no hablamos del “Stop and stare” que tuvo éxito en el 2007 de mano de la agrupación estadounidense One Republic. Este es un “Stop and stare” distinto.
Haz la prueba y envía tu historia con foto a stopnstaregye@gmail.com o etiquétalos en una publicación de Instagram
Que, además de ser ecuatoriano, no solo nos trae melodía y armonía; sino también corazón y silencio entre los ruidos de la cotidianidad.
“Nos planteamos cambiar la forma en que las personas piensan y crear conciencia”, comenta Pamela, mientras Alegría agrega que “muchas veces vemos a otros como parte del paisaje”.
Stop&Stare crece
Una vez formada la idea, se incorporaron al grupo Belén Calderón, Xavier Labanda, Francis Tutiven, Francisco Ceballos y Jason Silva, con el fin de dividir esfuerzos en distintas áreas: comunicación, logística, monitoreo de medios, entre otros.
Empezó el trabajo y el posteo de fotos en Instagram. Las fotografías de las personas incluyen en su descripción un pequeño testimonio, su nombre, edad y algo relacionado a lo que hacen. “No queremos que tengan lástima, sino que se detengan a conocerlos por sus nombre, por eso escribimos algo que ellos dicen los hace felices”, asegura Andrea.
Con tan solo dos meses al aire, la cuenta @stopnstaregye tiene más de mil seguidores y 51 publicaciones bajo el slogan, “No es lo que ves sino lo que ignoras”.
“No queremos ser los protagonistas”
A medida que la gente se entera, quiere ser parte de la iniciativa. “Nosotros solo dimos el primer paso y al ver que no es tan difícil ayudar, muchos nos envían al correo historias de personas que antes ignoraban y les damos repost. No queremos ser los protagonistas, sino el medio para que otros ayuden”, dice Alegría.
Pamela comenta que sus padres se preocupan cada vez que sale a conversar con extraños; pero reconoce que “es bueno confiar un poco en los demás, aunque siempre con precaución”. Aseguran que todos tenemos esa “chispa” que nos mueve a ayudar y nos invitan a dejar de pensarlo tanto, detenernos… observar y ¡actuar!
Te compartimos una de las actividades que realizaron junto a este vendedor de rosas:
Por Juan Felipe Torres
Editor
jtorres@revistavive.com