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Ser «hombre» en la actualidad es algo nada sencillo, de hecho la sociedad y las nuevas tendencias lo complican en gran medida.

A partir de marzo del 2020 aumentó la demanda de pacientes varones en mi consulta privada, antes los consultantes eran tal vez uno al mes, generalmente el padre de algún adolescente o un hombre en proceso de divorcio. Luego de la pandemia los hombres comenzaron a llegar a consulta por razones más personales.

En la actualidad de 20 a 25 pacientes que puedo atender semanalmente el 40% son hombres y esta cifra no ha variado a lo largo del último año, las quejas o motivos de consulta de los pacientes son diversos, pueden ir desde un desamor, cruzando por problemas de ansiedad, discusiones con sus compañeras afectivas o exs, despidos, sentimientos de minusvalía, incomprensión a sus hijos, cuestionamiento a sí mismo y sus actividades.

Frente a esta observación y a la escucha que tengo de primera mano de sus dilemas, dolores, necesidades, he ido consultando material de lectura, fuentes teóricas que puedan orientarme para acompañarlos en sus procesos y de tajante manera me voy encontrando que los hombres y las mujeres en su afectividad coinciden en un 90%, es decir hay mayores puntos de encuentros que diferencias entre ambos, para Gottman, psicólogo norteamericano galardonado y creador del método Gottman, para las relaciones de pareja, el truco no es reconocer las diferencias propias, sino, trabajar en las coincidencias respetando aquello que es diferente.

El párrafo anterior y otros documentos que pueden consultar confirman que la capacidad afectiva entre hombres y mujeres es igual, sin embargo, podríamos preguntarnos ¿por qué para la mayoría de los hombres es tan complejo entender su propio sentir y/o explorar su afectividad, por qué para algunos hombres la amistad es una cuestión no tan importante o necesaria como puede serlo para una mujer, por qué para varios hombres oír para comprender es más complejo que oír para resolver?

 

 

Los hombres de hoy y la afectividad

Dejando de lado que el sistema socioeconómico en el que vivimos se ha estructurado sobre la idea del amor romántico en el que hombres y mujeres son sumamente diferentes, estereotipando al hombre como el caballero de la armadura radiante, héroe solitario incapaz de sentir. Y a las mujeres como la joven a ser rescatada, que en la actualidad ya tiene muchos más referentes, podríamos considerar que para los hombres no hay tantos referentes o modelos a seguir.

Cuando escucho a mis consultantes me doy cuenta de datos importantes que los dejan sin herramientas en el mundo de la afectividad, por ejemplo:

  • El autoconocimiento personal, principalmente afectivo es prácticamente nulo.
  • No tienen una red de apoyo social afectivo más allá de la familia o la pareja, donde en muchas ocasiones no practican hablar de sí mismos.
  • Cuando logran hacerlo hay una marcada tendencia a pensar que sus iguales no los entienden o que esto los hace “raros”.
  • Cuestionan las obligaciones que les vienen dadas por ser “hombre” pero muchos no pueden decirlo en voz alta, de tal manera que se quedan rumiando el pensamiento.
  • Optan por comportamientos de riesgo para evitar sentir, beben o fuman en exceso, caen en infidelidades, se extralimitan en trabajo o prácticas deportivas que pueden lesionarlos.

Amable lector si hasta esta línea usted está de acuerdo con algunas de las cosas expuestas en este documento déjeme decirle que usted pertenece de alguna manera al modelo de hombre que está buscando una nueva forma de ser masculino, está buscando el equilibrio entre respetar lo que ha aprendido que es ser un hombre y cómo ser un ser sintiente y sensible, es decir está priorizando su salud mental.

Es por ahí por donde vienen estas nuevas masculinidades, por encontrar modelos que le permitan a los hombres ser más humanos, sentir y expresarse reconociéndose a sí mismo como seres con un mundo afectivo por descubrir, son propuestas en las que pueden irse reflejando sin dejar, necesariamente, los valores que la sociedad les ha ido imponiendo.

Las mujeres llevamos delantera en tener más referentes, en la actualidad hay muchas formas de ser mujer, aunque, aún predominan los estereotipos clásicos, las mujeres tenemos grupos de encuentros, voces de amigas que nos alientan, redes de apoyo, mientras que muchos de los hombres recién están abriendo los ojos a la necesidad de estos elementos para vivir una vida sana.

 

 

Para reflexionar

Para el año 2016 la BBC Mundo publicó los siguientes datos:

El suicidio es un fenómeno masculino", asegura la doctora en psiquiatría Anne Maria Möller-Leimkühler.

«La tasa entre hombres es al menos tres veces más alta que entre las mujeres, y es así en todos los países, con pocas excepciones, como por ejemplo China», añade.

El suicidio es la principal causa de muerte en hombres de entre 20 y 45 años, y es tres veces más frecuente que los accidentes de tráfico.

Luego de estos datos que son anteriores a la pandemia y que probablemente han aumentado usted buen lector ¿está dispuesto a autoreflexionar sobre sí mismo? si su respuesta es sí, le dejo estas cuentas de Instagram que pueden ayudarlo a volverse más consciente de usted mismo @voicesofbrotherhood @batoscomotu @nuevasmasculinidadesmx Si su respuesta es no, le agradezco su tiempo, hasta pronto, con cariño, una psicóloga que promueve cambios estructurales para la salud mental.

 

 

Escrito por: María del Carmen Rodrigo, sicóloga clínica.

 

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