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El matrimonio es el pilar fundamental para la familia.

Formar una familia refuerza la relación matrimonial, pero cuando dos personas comienzan la aventura de ser padres se les plantea un enorme desafío que consumirá buena parte de sus energías: la crianza de los hijos. Los nuevos padres han de afrontar ese reto sin descuidar su relación de pareja no vaya a ser que, una vez pasada esta etapa vital, una vez que los hijos crezcan y se vayan de casa, los esposos se sientan como extraños.

No sería la primera vez que un matrimonio descubriera que entre ellos hay vacío, que tan solo comparten el interés por sus hijos y que se cuestionen el por qué están casados. Esto pasa cuando el foco de su energía vital se orientó únicamente en su hijos, como si desapareciera el interés mutuo, el amor hacia el marido o la mujer.

El matrimonio es la prioridad

La relación de pareja, la relación conyugal, debe ser la prioridad número uno. No significa elegir entre el bienestar de los hijos y el matrimonio, sino tomarse el compromiso para invertir en la relación de esposos sabiendo que, cuando están conectados, son mejores padres. Un día serán los hijos los que busquen ese ejemplo para ver cómo funciona el amor a la hora de escoger a la persona con la que querrán compartir el resto de su vida y formar una familia.

Pasen tiempo a solas

Si el matrimonio va bien, la felicidad afectará positivamente a otras áreas de la vida, incluida la vida de los hijos. Aprender a planificar es clave. Programar salidas sin los niños o un encuentro a solas en casa una vez a la semana les ayudará a reforzar su relación y dedicarle un tiempo valioso pese a las ocupaciones de la semana. Muchas parejas aprovechan cuando los niños duermen para volver a conectarse después de un largo día de trabajo y atenciones familiares.

Resolver conflictos cuanto antes

Ignorar los problemas solo permite que crezcan la insatisfacción o el resentimiento. Al cabo de un tiempo suele pasar que aquello que pasó y no te dije salga a la superficie y duela más. Abordar un problema puede requerir un poco de valentía, pero con tacto y tiempo para tratar los problemas a medida que surjan, puede ser un salvavidas para la vida matrimonial.

Comunicar el amor de manera creativa

Decir “te amo” es importante, pero las palabras pierden significado si no están respaldadas por acciones. Siempre se pueden encontrar nuevas formas de hacer que el otro se sienta especial y querido como tomarle la mano en público, acurrucarse mientras ven la televisión o estar presente con originalidad en aquellos momentos que para el otro son valiosos.

Fortalecer un buen diálogo 

No darse tiempo para hablar, puede hacer sufrir mucho la intimidad de una pareja. La comunicación va más allá de coordinar horarios y compartir la lista de compras. Se trata de hablar sobre los sueños y objetivos compartidos y sobre cualquier preocupación que pueda sufrir la pareja o uno de los dos. Algo que ayuda es el poner de lado las distracciones y enviarse mensajes si tienen que pasar tiempo separados. 

Vía Aleteia

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