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«Mamá es inagotable». Esta frase encierra admiración pero también interrogantes. Conoce cómo ser imparable como tu progenitora.

¿Cómo puedes recargar las pilas cuando eres madre y estás atrapada en el torbellino de la vida cotidiana? Trabajes o no fuera de casa, tengas uno, dos, cinco o siete hijos, el día a día de una madre es intenso y agotador

No olvidarse de una misma como mamá y cuidarse es imprescindible, pero no siempre es fácil hacerlo.

 

 

¿Cómo recargar las pilas como mamá?

En este artículo hablamos con madres de familia sobre algunas formas de recargar las pilas:

APRENDER ALGO NUEVO

Elegir una actividad para uno mismo también es una gran fuente de rejuvenecimiento, ya sean salidas culturales, clases de tenis o de pintura.

Esa es la experiencia de Sophie, que tomó clases de piano el mismo año en que sus hijos empezaron a estudiar música. «Qué alegría sentarse al piano y no pensar en nada más que en las notas y en la pieza que estoy intentando descifrar. Tengo las manos ocupadas y la mente libre. Es como una burbuja que me doy a mí misma, ¡que representa trabajo a la vez que me tranquiliza!».

REZAR ENTRE MADRES

¿Ha oído hablar de la Oración de las Madres? Creado en Inglaterra en los años 90 y presente hoy en más de cien países de todo el mundo, este movimiento ofrece a las madres la posibilidad de reunirse semanalmente en pequeños grupos para confiarles el cuidado de sus hijos. Blandine, que espera su octavo hijo, acude a esta reunión desde hace más de diez años.

Esta oportunidad de poner a mis hijos en manos de Dios me permite volver a ser madre», explica.

«Estos niños me han sido confiados y hago todo lo que puedo, pero no todo recae sobre mis hombros. Están en manos de Dios. Es un apoyo y un gran consuelo, ¡en medio de las mil preguntas que nos hacemos cada día sobre lo que estamos haciendo bien o mal con ellos!».

DAR UN PASEO

Cuando tienes la nariz llena de biberones y deberes, el ejercicio físico y volver a conectar con la naturaleza son una excelente forma de recargar las pilas. Un paseo, aunque sea corto, es una forma estupenda de tomarse un respiro y despejarse.

Y cuando se está con amigos, ¡es más fácil mantener la motivación! Florence tiene cinco hijos. Todas las semanas se reúne con algunos amigos para hacer una hora de «lunging» costero. «Básicamente, te pones un traje de neopreno y caminas por el agua. Es estupendo estar en el mar, bajo el cielo, charlando y haciendo ejercicio al mismo tiempo. Sales con energía para toda la semana».

 

 

TOMAR UN DÍA DE DESCANSO

En algunas comunidades católicas organizan mañanas o jornadas de retiro para las madres durante la semana o el fin de semana. Este tiempo para una misma suele incluir enseñanza, Misa y almuerzo.

A veces también hay ocasión de confesarse, dar un paseo o contar con la presencia de una canguro. Christel, madre de dos niños, acude siempre que su trabajo de profesora se lo permite. «Todo está pensado para las mamás, ¡es muy relajante y realmente rejuvenecedor!».

HACER UN TIEMPO PARA LEER

Los smartphones y las series de televisión pueden adueñarse de nuestro tiempo libre, ¡pero nada puede sustituir los beneficios de la lectura! «Cuando necesito un descanso y no puedo ir a la ciudad a almorzar -dice Ana Sofía, madre de cuatro hijos- creo una burbuja alrededor de mi libro».

Si hace falta, leo en la bañera, ¡para que nadie venga a molestarme!

Para las mamás a las que les cuesta desprenderse del móvil, un consejo: mantén el teléfono fuera del dormitorio, ¡así no tendrás la tentación de perder una hora con él cuando te vayas a la cama! En su lugar, compra un despertador y pon una novela recomendada por un amigo en la mesilla de noche.

SALIR CON AMIGAS

Para crear una burbuja de ligereza muy eficaz, nada como organizar -regularmente si es posible- una cena, una copa o una salida nocturna con amigas. «Nos entendemos, nos reímos y nos apoyamos, estas pausas son muy importantes en la agitada vida cotidiana de las madres».

«De vez en cuando -añade Marie, madre de cuatro hijos- nos permitimos pasar un día entero con nuestras amigas. Y cuando oigo a mi marido decir: ‘Yo me ocupo de todo, tú relájate y disfruta’, entonces sé que puedo irme tranquila. Eso es lo que hace falta para recargar las pilas de verdad».

 

 

Escrito por: Clarisse Tannhof, vía Aleteia.

 

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