La familia de tu pareja también es un punto importante a tomar en cuenta en tu relación. ¿Cómo manejar esto y no fracasar en el intento?
Elegir a una pareja significa tener en cuenta muchísimos factores. Algunos más importantes que otros, algunos negociables y otros, cero negociables; unos que pueden pasar desapercibidos, y otros que tienen grandes acentos. Hoy te quiero hablar de una teoría que alguna vez escuché: “Cuando te casas con alguien, también te casas con su familia”.
Cuando escuché la frase hace algunos años, no lograba comprender su significado, y aunque no me he casado, hoy puedo decir que la persona que lo dijo tenía cierta razón. Claramente no todos los casos son lo mismo. Sin embargo, el común denominador de las personas encuentra en su familia un refugio seguro, lleno de seres a quienes aman. Así que, al decidir hacer vida con alguien, lo más seguro es que también compartas espacios y momentos importantes con la familia de tu pareja.
Por ello, antes de decidir estar con alguien para toda la vida, te sugiero caminar teniendo presentes algunos consejos.
Comparte mucho
El tiempo de calidad no sólo es un lenguaje del amor para expresar a tu pareja: también es un gran método para conocer a alguien. En el caso de la familia de tu novio o novia, será un gran aliado para ahondar en sus tradiciones, costumbres y formas de vida. Pasar tiempo con ellos no puede ser solo “por compromiso”, debe ser la posibilidad de profundizar más en el corazón de la persona con quien construyes camino.
Intenta no sólo esperar a ser invitado, sino que también te puedes encargar de propiciar espacios para disfrutar con tus suegros, cuñados, sobrinos…
Ninguna familia es perfecta
Vamos a hacer un stop para pensar en nuestra propia familia: si tienes discusiones, diferencias o disfunciones con las personas que toda la vida te han conocido, es normal que en la familia de tu pareja también existan esas situaciones. Al final de día, ninguna familia es perfecta. También es normal que observes muchas situaciones que quizás te parezcan extrañas, pero siempre intenta tener una mirada que te permita entender que sólo son maneras diferentes de hacer las cosas.
No dejes de ser tú
Es normal querer agradar, pero para hacerlo no es necesario aparentar cosas que no eres. Por eso, con la familia de tu pareja intenta ser una persona completamente genuina: escucha mucho, pon temas de conversación, interésate por sus gustos, sé respetuoso y comparte con alegría los espacios en los que seas invitado. Sobre todo, muestra siempre aquello que te caracteriza.
Ante todo, sé tú mismo. Es normal querer agradar, pero para hacerlo no es necesario aparentar cosas que no eres. Por eso, con la familia de tu pareja intenta ser una persona completamente genuina; escucha mucho, pon temas de conversación, interésate por sus gustos, sé respetuoso y comparte con alegría los espacios en los que seas invitado. Y, sobre todo, muestra siempre aquello que te caracteriza. Permítete pensar y actuar tal y cómo lo haría con tu familia: que ellos también puedan conocer una versión auténtica de ti te permitirá afianzar la relación.
Con todo esto no quiero decir que la relación no sea de dos, pues las decisiones que tomen juntos no deben ser siempre determinadas por lo que nuestras familias piensen o quieran por nosotros. Con lo que te propuse quiero más bien invitarte a entender que amar a la familia de tu novio o novia es también una manera de amarle a él o a ella, y que ello siempre será una ganancia. Finalmente, eso también te permitirá conocer un poco más a la persona con quien estás construyendo un futuro.
Escrito por: Ana Cris Tobón, comunicadora social – periodista, vía amafuerte.com.
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