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Cuando una persona no es capaz de tomar las riendas de su propia vida, se siente insegura, carece de iniciativa y autonomía, puede padecer de una inmadurez emocional que afecte sus relaciones interpersonales.

Cada uno somos un recipiente en el que se mezclan distintas formas de percepciones y conciencia, somos niños y ancianos; ignorantes y sabios; infantiles y cuidadosos. Todo al mismo tiempo, aunque dependiendo en la situación en la que nos encontremos alguna característica destacará más que el resto.

Podemos definir la madurez emocional como una condición en la que las personas no han renunciado o trascendido a sus impulsos, deseos o fantasías de su infancia. Comportamiento que muchas veces justifican de diversas maneras, y así pensando que el mundo gira a su alrededor o que la realidad se doblega en función de lo que ellos quieren. Siendo lo contrario a la madurez emocional la podemos definir como un estado de fortaleza y firmeza que lleva a actuar a las personas de forma realista y equilibrada.

¿Cómo identifico a una persona inmadura emocionalmente?

La inmadurez emocional se muestra a través de rasgos de comportamiento, tales como:

  • Las personas egocéntricas: Parte del proceso de madurar es entender que el mundo no gira alrededor de uno, solo un bebé no lo sabe.
  • Tendencia victimizarse o culpar a los demás: Crecer es salir ese estado de irresponsabilidad, por lo que madurar es entender que somos los únicos responsables de lo que hacemos o dejamos de hacer.
  • Irresponsables financieramente: Uno de los comportamientos que más define la inmadurez emocional es la impulsividad, la cual se expresa en la forma de administrar sus recursos, como el dinero. Por eso es frecuente que se embarquen en aventuras financieras descabelladas y vivan endeudados, todo por satisfacer sus caprichos.
  • Establecen relaciones codependientes: Para las personas inmaduras emocionalmente los demás son un medio (este comportamiento muchas veces es inconsciente). Para poder establecer vínculos basados en la libertad, se requiere que haya autonomía.
  • Dificultad para comprometerse: Es una señal inequívoca de la inmadurez emocional, en el proceso que uno madura va comprendiendo que los sacrificios y las restricciones son necesarios, y que el comprometerse con un objetivo o una persona no es una limitación de su libertad.

¿Cómo salir de la inmadurez emocional?

  1. El paso más importante es que la persona tome conciencia y comprenda con plena claridad su problema, una vez reconocida su situación puede indagar en su comportamiento con preguntas como:
    • ¿Para qué me comporto así?
    • ¿Cuándo y con qué persona se originó este comportamiento?
    • ¿Qué espero obtener de este comportamiento?
    • ¿Para qué mantengo este comportamiento?
  2. Una vez descubierta y sanada la carencia emocional un cambio de actitud es imprescindible. Este acabará con las relaciones tóxicas o codependientes. En este punto es necesario reforzar la empatía, ya que la personas que está saliendo de la inmadurez emocional puede pasar hablando horas hablando sobre sus problemas.
  3. Fortalecer la autoestima. De forma indirecta si la persona ha reforzado sus habilidades sociales y ha logrado iniciar con éxito una relación sentimental más equilibrada, estas dos circunstancias ya actúan como nutrientes para una mejor autoestima.

Lo más importante es que la persona aprenda a valorar lo que es y a quererse, algo que probablemente no hicieron en el pasado quienes le rodeaban. Con una mayor madurez afectiva se podrá desarrollar un amor cada vez más verdadero y estable que nazca de uno mismo.

Por Andrés Borbor C.
Psicólogo general
www.MasVidasPositivas.com

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