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En este nuevo comentario al Evangelio, el P. Juan José Paniagua, habla respecto a Jesús como el verdadero pan de vida que bajó del cielo.

La gran verdad que muchos no han entendido es que conocer a Jesús realmente te levanta, te reanima, te da una nueva razón para vivir. El no tener a Jesús nos deja vacíos, cuando Jesús llega a nuestra vida, nos llena, nos alimenta y este alimento nos da la fuerza para continuar a una vida llena de satisfacción.

Su palabra dice que Él nos llama a nosotros, Él nos ha escogido a nosotros primero, si tu estas en Jesús, o apenas sientes curiosidad por acercarte a Él, es simple y sencillamente porque Jesús te ha escogido, y te está llamando. Se te está dando el privilegio de alimentarte de Él: alimentarse de Él va más allá de un lindo ritual.

Si no te alimentas de Él, nada que sustituya al pan de vida calmará tu inquietud, (comes y no te llenas, tratas de ser feliz ocupándote en tus cosas, pero así nunca lograrás la felicidad).

Es en estas afirmaciones donde se basa el comentario al Evangelio por parte del Padre Juan José Paniagua, teniendo por base San Juan (6,41-51).

 

JESUS EL PAN QUE BAJO DEL CIELO 1

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,41-51): Jesús: «yo soy el pan de vida»

En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», y decían: «¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?»

Jesús tomó la palabra y les dijo: «No critiquéis. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”.

Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».

 

 

Escrito por: Padre Juan José Paniagua, vía Catholic-Link.

 

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