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Una cafetería inclusiva que entrena a personas con discapacidades, les otorga oportunidades laborales y les permite demostrar sus habilidades y destrezas.

“Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto”. Cuando Héctor Zambrano conoció las primeras líneas de La metamorfosis de Franz Kafka, le fue inevitable identificarse con ellas. Héctor posee discapacidad psicosocial y en más de una ocasión le habían dicho que era un “bicho raro”. Hoy, el joven de 29 años, trabaja como mesero en Kafkafé, la primera cafetería inclusiva de Guayaquil.

Este proyecto, nace en el suburbio de la urbe y busca visibilizar, capacitar e insertar en el campo laboral a 300 personas con discapacidades. Toma el nombre de ‘Kafkafé’ como tributo al autor, pero con el deseo de dar la vuelta a la noción del ‘monstruoso insecto’, para demostrar cómo las personas con discapacidades también son sujetos productivos para la sociedad.

Construyendo un sueño

Andrea Peñaherrera es la directora del proyecto, y una de las coordinadoras del programa de capacitación y empleabilidad de personas con discapacidad de la Fundación NURTAC (Nuevo Rumbo de Técnicos Activistas Comunitarios). “Para que haya autonomía, se necesita de independencia económica”, reflexiona Peñaherrera, por lo que en el año 2013, firmaron proyectos con el Ministerio de Inclusión Económica y Social, a partir de esto nació la iniciativa de Kafkafé.

‘Servicio al cliente y etiqueta’ y ‘Panadería y pastelería’ son los dos módulos que comprenden las capacitaciones. Jordy Vernenille es el chef encargado e instructor de talleres. “Para que sea una certificación, conseguí un convenio con PastelArte, una escuela de pastelería asociada con la Escuela de los Chefs”, explica.

Empoderando a las familias

En las capacitaciones de ‘Panadería y pastelería’, los participantes aprenden a realizar diversos dulces que luego podrán vender en la cafetería.

Cerca de 75 personas acudieron a la convocatoria para participar en el proyecto. “Suele otorgarse a las personas con discapacidad puestos de trabajos básicos, pero ellos son capaces de más”, expresa Peñaherrera. Por este motivo, se realizaron pruebas vocacionales, de forma que se pueda trabajar desde el deseo de sus participantes, aunque algunas familias desertaron otras mantuvieron las ganas.

“Las limitaciones de las personas con discapacidades empiezan en casa. Queremos empoderar a las familias; Kafkafé no es un negocio, es una metodología de sensibilización”, expone la directora.

El equipo de Kafkafé

Álvaro Siguencia es mesero en Kafkafé y aspira convertirse en chef profesional.

En Kafkafé, un equipo de personas trabaja cada día para ofrecer ‘el espresso perfecto’, como indica su slogan. “Nuestra función es darle buen servicio al cliente”, expresa Héctor Zambrano, quien trabajó como perchero en un supermercado, pero fue contratado solo por 17 días y desde hace tres meses tiene la oportunidad de contar con estabilidad laboral.

Por su parte, Álvaro Siguencia anhela convertirse en un chef profesional y divisa un gran campo de crecimiento en su lugar de trabajo: “Me dieron la oportunidad de formar a otros jóvenes. La discapacidad no es impedimento para cumplir nuestros sueños”.

Un reconocimiento al esfuerzo

Kafkafé resultó el emprendimiento ganador entre ocho finalistas en la convocatoria Huella Social.

Este año Fundación NURTAC resultó ganadora del concurso ‘Huella Social’, desarrollado por Innobis: “Recalcaron que, Kakfafé había ganado porque se notaba el compromiso, la pasión”, comenta Peñaherrera. Con esto, replicarán la cafetería en otro sector de la ciudad y seguirán mejorando sus capacitaciones. “La visibilización es importante. Notar a una persona es el primer paso para preguntarse cómo podría vivir. Nosotros queremos crear esa pregunta”, concluye la directora.

¡Visítalos! Dirección: Calle A entre la 44 y 45 (Sur de Guayaquil).

 

Por Angélica Lainez Rendón
Periodista.

 

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