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Es fundamental que sepamos más acerca de la enfermedad de Kawasaki y cómo se relaciona al síndrome inflamatorio multisistémico en niños asociado al COVID-19.

El Coronavirus ha venido a causarnos mucho temor e incertidumbre. A mi criterio, mucho del miedo que sentimos se debe al tipo de información y noticias que estamos expuestos. En los últimos meses escuchamos la experiencia de algunos países dónde se presentaron muy pocos casos de niños infectados con Coronavirus que se complicaron y recibieron atención en una Unidad de Cuidados Intensivos.

El síndrome inflamatorio multisistémico en niños asociado al COVID-19 (MIS-C, por sus siglas en inglés), es una entidad parecida a la ya conocida e infrecuente enfermedad de Kawasaki. Su origen aún es desconocido, aunque se cree que se debe a una respuesta “exagerada” de nuestro organismo en respuesta a un agente infeccioso y secundariamente a esa respuesta, se dañan los vasos sanguíneos y varios órganos.

No sabemos por qué esta enfermedad se da en algunos niños ni sabemos quién tiene más riesgo de padecerla. El SARS-COV2, virus que produce la enfermedad de COVID-19, al ser un virus nuevo en humanos, tiene un rostro difícil de descifrarlo aún.

De acuerdo a las estadísticas mundiales, muy pocos niños se enferman de gravedad. Una enorme inmensa mayoría de niños logran recuperarse. Sin embargo, los pocos casos de aquellos complicados con MIS-C, se ponen muy graves.

 

 

​¿Cómo y dónde inicia este Síndrome?

El 26 de Abril del 2020, médicos del Reino Unidos notaron un incremento de pacientes pediátricos que presentaban una severa constelación de síntomas inflamatorios que involucran órganos como el riñón, corazón, piel, sangre, cerebro, intestino y además presentaron fiebre persistente.

De los 8 casos descritos, hubo un lamentable deceso. Importante mencionar que no todos los niños con esta afección estuvieron contagiados con SARS-COV2. De igual manera sucedió en Italia y España. Durante Marzo y Abril del 2020, en el Estado de Nueva York, en Estados Unidos, se reportaron 15 casos de niños con la misma afección que fueron hospitalizados y para Mayo de este año el Departamento de Salud de los Estados Unidos identificó 102 pacientes con los mismos síntomas.

Al momento varias ciudades han reportado casos similares. En el Ecuador, hasta la fecha, de los 70000 casos reportados de COVID, el 3,5% corresponde a la población entre los 0 y 19 años. De lo que sabemos, aún no se han reportado casos de MIS-C.

 

 

¿Cuáles son los síntomas?

Estos síntomas se manifiestan en la mayoría de los casos semanas después del contagio con SARS-COV2:
• Fiebre mayor a 38 grados centígrados de más de 24 horas de duración
• Dolor de estómago, diarrea o vómito
• Sarpullidos o cambios en el color de la piel
• Problemas para respirar
• Cansancio en exceso
• Dolor del cuello
• Ojos rojos
• Dolor o presión en el pecho
• Color azulado en los labios o cara
• Somnolencia, confusión o cambios en el comportamiento

Si existe cualquiera de estos síntomas con tus hijos, comunícate inmediatamente con tu pediatra.

¿Cómo se diagnostica?

Es importantísimo que ante cualquiera de estos síntomas nos comuniquemos inmediatamente con el pediatra. Posteriormente se realizarán exámenes complementarios de sangre, hisopado nasofaríngeo, ecografía del abdomen, corazón y radiografía del tórax.
¿Todos los niños que tienen COVID-19 pueden desarrollar este síndrome?, ¿Existe un tratamiento disponible?

La gran mayoría de niños infectados con el SARS-COV2 tienen un excelente pronóstico. Muchos de ellos no presentan síntomas. Este síndrome es muy raro pero muy agresivo, mientras más rápido se detecta, mejor es su pronóstico y más baja la mortalidad. A pesar de ello, la mayoría de los afectados se han visto recuperados ya que fueron atendidos a tiempo. Existen varios medicamentos que en conjunto han demostrado ser eficaces para los niños afectados.

 

 

¿Podemos prevenirlo?

No sabemos por qué algunos niños infectados con Coronavirus evolucionan a este Síndrome. Tomando las medidas adecuadas para evitar un contagio con este virus es la manera de evitarlo. Entre estas están:

  • El distanciamiento social es y será la medida más eficaz para evitar un contagio.
  • Lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón por mínimo 20 segundos. Si el agua y el jabón no están disponibles, utilizar un desinfectante para manos a base de alcohol del 70%.
  • Mantener una distancia de 2 metros con personas que no viven con el niño y si no es posible mantener esta distancia, utilizar mascarilla.
  • Estas se recomiendan en niños mayores a 2 años de edad.
  • Evitemos el contacto con personas enfermas y desinfectemos periódicamente las superficies, ropa y juguetes.

¡Ante cualquier duda llamemos a nuestro pediatra!

 

 

Escrito por: Dra. Carolina Salvador. Para tele consultas, llamar al 0999720217 o @pediatricsuio en Facebook o Instagram.

 

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