Realizar actividad física de forma regular trae beneficios físicos y psicológicos, de hecho puede cambiar nuestras vidas.
La actividad física ha sido para mí edificante, desde mi experiencia personal es un proceso continuo y dinámico, que ha involucrado equilibrar diferentes aspectos de mi vida, estableciendo y ajustando objetivos según mi propia evolución; me ha permitido adquirir habilidades necesarias y afrontar desafíos o adversidades, ya que cada crisis ha sido una transición, en ocasiones necesaria para crecer.
He aprendido desde mi experiencia y lo que me ha mostrado el trabajo con mis pacientes en consulta, que para edificar la vida, es importante revisar cómo han sido nuestras formas de actuar o reaccionar a las situaciones que vivimos en el día a día, o el preguntarme, ¿si en algún momento he tenido una situación que me obligo o me llevo a tener que reconstruirme?, ¿Con que frecuencia consideras que reconstruyes cada área de tu vida?, las respuestas que he ido obteniendo han sido la guía necesaria para realizar los cambios en hábitos o patrones para tener resultados diferentes.
En el 2015, tuve un accidente que me permitió reconstruirme de muchas formas, tanto a nivel físico por las lesiones que obtuve, así como la resiliencia a nivel emocional y mental, que se sintió como un nuevo inicio, ya que tuve que cambiar hábitos de mi vida que en ese momento no podía realizar o estaba limitada, trabajar sobre los miedos que se fueron presentando con respecto a la incertidumbre que estaba viviendo, de saber que tan rápido podría volver a mi vida cotidiana.
Este nuevo inicio tuvo que partir de que estos cambios que se iban dando se vayan dando
sobre bases sólidas, el comenzar a evaluarme en ciertas áreas de mi vida que se vieron
mayormente afectadas, entre esas la actividad física, área en la cual para mí siempre ha
sido un no negociable e indispensable en mi crecimiento y desarrollo personal, ya que me
permite lograr un equilibrio en mi bienestar general.
Siempre he sido una persona bastante deportista, justo en ese año (2015) había terminado de correr mi primera maratón (42.19km), para la cual fueron de 6 – 8 meses de preparación diaria, cuando la finalice sentía que era capaz de hacer todo lo que me proponga, que los limites solo estaban en mi mente y mi disciplina me podía llevar tan lejos como quisiera, hasta ese momento no sabía en su totalidad lo que la actividad física significaba para mí, hasta que dos meses después el accidente hizo que pudiera valorar a mayor escala varias cosas, entre esas el deporte en mi vida.
El proceso de recuperación me llevó también a escuchar en varias ocasiones frases como
“tu cuerpo es tu templo”, “no tienes otro, cuídalo”, “dale lo que necesita”; pero la conexión
con mi cuerpo no era algo que fluía en mí con facilidad, me enfocaba más en el resultado
de lograr mis metas deportivas que en el proceso, aun me costaba ver que era algo que
mi cuerpo requería para un equilibrio necesario, junto con la alimentación y el descanso.
Beneficios de la actividad física
La actividad física me ha permitido ser más consciente de muchas formas, en alimentarlo de acuerdo con los requerimientos necesarios, en sentir las emociones y expresarlas en lugar de somatizar todo lo que me pasaba, porque prefería que mi cuerpo cargué con todo aquello que reprimía, lo que generaba constante enfermedades dermatológicas, estomacales, entre otros, aprendí a darle el espacio que corresponder a mis emociones en cada situación e ir conectándome cada día de la forma más saludable.
El deporte se ha convertido en una parte importante dentro de las bases en la que edifico mi vida diariamente, ya que entre algunos beneficios que me genera detallo:
- Ser constante, fomentar la disciplina y el compromiso.
- Mejorar mis habilidades de comunicación, colaboración y liderazgo al interactuar con otros.
- Los desafíos deportivos que me establezco me enseñan a enfrentar y superar obstáculos, lo que fortalece mi resiliencia y autoconfianza.
- Reduce los niveles de estrés, ansiedad y mejora el bienestar emocional.
La actividad física es parte del autocuidado necesario como parte fundamental para un equilibrio en las bases solidas con las que edificas tu vida y mi cuerpo es lo que me permite realizar todas las actividades que deseo en las diferentes áreas que la conforman, por eso la importancia de cuidarlo, darle movimiento y nutrirlo de forma adecuada, nos permitirá disfrutar del proceso del día a día mientras conseguimos nuestras metas u objetivos.
Escrito por: Psi. Paulina Gaibor Espinosa. Celular: 0991183942.
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