Nueva guía “Educación y Diversidad Sexual” presentada en Uruguay el pasado octubre provoca cambios a nivel educativo y escolar.
El 31 de octubre de 2014 se presentó en Uruguay la Guía “Educación y Diversidad Sexual”, elaborada por el Instituto Nacional de las Mujeres y la Dirección de Derechos Humanos con el propósito de “brindar herramientas conceptuales y metodológicas a docentes, y otros profesionales de la educación para el abordaje de la diversidad sexual (…) dentro del sistema educativo público”.
La Guía “Educación y Diversidad Sexual” parte del presupuesto de que la identidad incluye como elementos al sexo biológico (“conjunto de características biológicas que definen al espectro de humanos como ‘machos’, ‘hembras’ e ‘intersexuales’”), la identidad de género (“la autopercepción como ‘niño’/ ‘varón’ o ‘niña’/’“mujer’”), las expresiones de género (“las formas de expresar ‘masculinidad’ o ‘femineidad’ de acuerdo a las normas culturalmente establecidas en un tiempo y sociedad determinada) y la orientación sexual (“la atracción emocional, afectiva y sexual hacia personas del mismo género, del género contrario o ambos”).
Otro de los presupuestos teóricos de la guía es el concepto de “heteronormatividad”, definido a partir de la autora Judith Butler como “un régimen social y político en donde el sexo anatómico, el deseo heterosexual y una identidad de género acorde con el sexo asignado al nacer son construidas socialmente como algo natural y necesario, y todo lo que desafía ese orden es conceptualizado y tratado como una mera copia abyecta, antinatural y como un exterior constitutivo a los que socialmente sí son considerados y reconocidos como sujetos”.
En Uruguay a partir de la Ley General de Educación, la educación sexual es una de las líneas transversales a todos los niveles educativos.
El documento también asume con naturalidad la concepción de Michel Foucault según la cual “la invención de la homosexualidad tuvo lugar en las sociedades modernas y capitalistas, cuando la sexualidad pasó a ser una fuente de afirmación, información y definición de los sujetos (…), lo que terminó volviendo a la sexualidad un ideal regulatorio a partir del cual se identifica y define a los individuos”.
La Guía parte de los estereotipos y prejuicios que pueden observarse en el aula, a fin de trabajar la temática de la discriminación y “desarticular así sus formas de exclusión naturalizadas”. Estas deberían ser “deconstruidos mediante la promoción de nuevas conceptualizaciones y pautas de convivencia”. Dentro de estas conceptualizaciones, se afirma que es necesario reforzar el “enfoque constructivista que plantea comprender a las identidades como una ‘construcción nunca acabada, abierta a la temporalidad’”, contra el “enfoque tradicional o esencialista, que tiende a visualizar a la identidad como algo ‘innato’ y ‘fijo’”.
Para las estrategias para Preescolar y Primaria se propone como objetivo de trabajo el “permitir el desarrollo de la trayectoria de la identidad de género del/la niño/a sin presionar ni alentar por un resultado específico”.
Asimismo, entre las recomendaciones prácticas figura la de “reconocer la autoidentidad de la/del niña/o, llamándola/o por el nombre con el cual se identifica/siente siempre y cuando este aspecto ya esta saldado en su contexto familiar”. Se enuncian así distintos títulos, objetivos y contenidos de actividades, entre los cuales podemos mencionar:
– “Diversas formas de ser niño y niña”: aquí el objetivo específico sería que “las niñas/os vivencien su cuerpo como algo placentero y completo, de forma libre y desprejuiciada”, evidenciando “roles y comportamientos de género asignados y esperados en niños/as y construir colectivamente, a través del juego, alternativas a los mismos”.
– “Juegos expresiones y estereotipos de género”: se trata aquí de “reflexionar sobre los modelos de masculinidad y femineidad construidos a lo largo de la historia personal de las/os niñas/os para deconstruirlos y desnaturalizarlos”.
– “Familias diversas, diversas familias”: se busca, por un lado, “reflexionar acerca del modelo de familia que los niñas/os tienen incorporado a sus emociones, sentimientos y pensamientos”; por el otro, “promover la deconstrucción del modelo hegemónico de familia y de pareja”.
– “Semejanzas y diferencias”: el objetivo general consiste en “promover la deconstrucción del modelo hegemónico de pareja, valorando la riqueza de la diversidad”.
Para la Educación Media se enumeran algunas claves de trabajo, a saber: trabajar con énfasis en la deconstrucción de preconceptos; acompañar y no incidir en las definiciones de los niños en un sentido u otro; respetar en la documentación, publicación de las listas, asistencia o exámenes la autoidentificación de la/del estudiante, haya tramitado o no el cambio de nombre a nivel jurídico; etc. Entre las propuestas concretas para realizar en la Educación Media figuran:
– “Familias diversas”: cuyo objetivo específico es el de “deconstruir el modelo tradicional de familia y favorecer la construcción de nuevos modelos”.
– “Parlamento Participativo: ciudadanía y matrimonio igualitario”: aquí se apunta a “problematizar el ‘universal’ construido socialmente sobre matrimonio y familia”.
El documento aborda también la posibilidad de que la comunidad educativa se indigne por este tipo de “adoctrinamiento”.
Con respecto a los docentes, la Guía sostiene que “trabajar la sexualidad y el género en el aula implica que las/os docentes realicen permanentemente procesos personales de deconstrucción y desnaturalización que pasan, entre otras cosas, por asumir qué políticas de identificación y sexuales se promueven al momento de posicionarse como sujetos sexuados y genéricos en el propio espacio educativo (…).
Las/os docentes gays y lesbianas que aún no han dado este paso en forma explícita en los centros educativos donde trabajan deben resolver este tema primero en su fuero interno, antes de comunicarlo al resto, a efectos de realizar un tránsito relajado”.
Los autores responden que “los docentes LGB deben tener claro que los avances jurídicos consagrados en los últimos años garantizan sus derechos en forma plena. El estado uruguayo reconoció por ley la condena a la discriminación, la posibilidad de que gays y lesbianas se unan legalmente y contraigan matrimonio, así como adopten niñas/os. No se le pide al sistema educativo ni a los/las docentes que estén por delante de la sociedad, sino que operativicen en el espacio educativo las transformaciones sociales, legales y culturales que ya ha tramitado en su conjunto la sociedad uruguaya”.
La presentación de este material generó una fuerte reacción contraria en varias instituciones uruguayas de peso, por lo que aún no ha sido técnicamente puesta en circulación, si bien pueden encontrarse en sitios web oficiales del gobierno.
Por María Inés Franck
Vía Observatorio Internacional