En Ecuador son 12 las semanas de licencia de maternidad y luego de eso el permiso de lactancia se extiende por 12 meses en los que se disminuyen dos horas de la jornada laboral.
Es común escuchar que la lactancia materna y trabajar fuera de casa es algo que resulta incompatible. Incluso, nos encontramos con comentarios como “no va a poder dar de lactar porque trabaja” o “es mejor que se quede en casa”, ya que se considera al periodo de lactancia como una carga añadida a la mujer trabajadora o hasta para la empresa en la que trabaja.
Un creciente interés
Actualmente cada vez más madres desean continuar amamantando una vez que ha terminado su periodo de permiso materno, por lo que al regresar al trabajo deben ingeniárselas. Además de la hora de lactancia (en Ecuador las mujeres tienen dos horas de permiso de lactancia durante los 12 meses posteriores al parto), lo que pueden hacer es extraerse leche para que su hijo se alimente durante su ausencia.
Lo ideal, es poder realizar esto en el lugar de trabajo, para así evitar que baje la producción de leche o que se desarrollen obstrucciones o mastitis. Para poder lograrlo necesitarás:
- Un buen extractor de leche.
- Un lugar limpio y privado donde pueda extraerse leche.
- Una hielerita con bloque de hielo para transportar la leche extraída.
- Una nevera para almacenar la leche es el escenario ideal.
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A pesar de que el permiso de lactancia es un derecho, muchas madres no reciben el apoyo adecuado en sus lugares de trabajo. No todas las empresas tienen un lugar cómodo donde puedan extraerse leche o un lactario o en muchas ocasiones no se respetan sus horarios. Ante esta realidad algunas madres trabajadoras nos comparten sus testimonios:
María Gabriela Cassis |
Dar de lactar mientras trabajaba fue un verdadero reto. En mi trabajo, como en la mayoría, no contábamos con un espacio apto para la extracción de leche, por lo que hacerlo en el baño resultaba muy incómodo y un poco antihigiénico; esto fue lo que me hizo parar con la lactancia. Durante los tres meses que lo hice fue un tiempo especial, ya que podía no sólo alimentar a mi hijo sino darle mucho amor a pesar de no estar con él gran parte del día. |
Guadalupe Vélez |
Mi regreso al trabajo se dio cuando mi bebé tenía 3 meses y medio. Previo a mi incorporación me dediqué a hacer un “banquito” de leche, para sostener la lactancia exclusiva. Regresar al trabajo me generaba mucha preocupación, sin embargo, ¡lo logré! Salvador tiene 10 meses y aún mantengo la lactancia. Ha sido difícil, sacrificado y hasta he tenido momentos en que me cuestiono seguir este ritmo (encerrarme en la oficina o lactario para sacarme leche, andar con mi hielerita en viajes, padecer de mastitis…), pero al final del día me siento dichosa de lograr alimentar de manera natural a mi bebé. |
Ángela Rodríguez |
Yo tengo muchas dificultades ya que mi jefa no me permite sacarme leche porque “ocupo tiempo de mi jornada de trabajo”. Por ser solo 6 horas, a ella le retrasa el tiempo para agilitar oficios. Al principio me disminuyó la producción, debía hacerlo en una bodega escondida y me estresaba. Debido a esto, no tengo el apego que me gustaría tener con mi bebé. |
Retos a enfrentar
Es importante que seamos conscientes de la importancia de la lactancia materna y que las empresas cuenten con los espacios adecuados, de forma que exista un compromiso no solo para fomentar la lactancia materna del país, sino cumplir con las obligaciones mínimas que tenemos con las madres ecuatorianas.
Psic. Daniela Nugué
Máster en Asesoramiento Educativo y Familiar
Asesora en lactancia materna.