La enseñanza que se les debe ofrecer a los hijos en relación al dinero, no es sólo darles a entender en qué y cómo gastarlo, es mucho más que eso.
Comprende aspectos tan determinantes como es la capacidad de razonamiento, la actitud frente a las dificultades financieras, el desarrollo del autocontrol, la cordura que exigen ciertas situaciones, la recursividad e imaginación para la búsqueda de soluciones, la valoración del esfuerzo, la responsabilidad, la honestidad, la ética en el trabajo, etc. los cuales únicamente se aprenden en la familia, de ahí su urgencia y relevancia.
Justamente las siguientes enseñanzas pretenden brindar a los padres lineamientos para lograr que los hijos interioricen los anteriores conceptos, que sin duda estarán en juego por el resto de sus vidas.
1. El dinero es un medio para obtener ciertas cosas, no un fin. Quiere decir que el dinero no es un pretexto para pasar por encima de las personas o de los principios personales, sino que es la vía para lograr metas que signifiquen beneficios propios y para los demás.
2. El dinero no es malo, lo malo es el deseo posesivo y desenfrenado hacia él. Cuando una persona basa todos sus esfuerzos y felicidad alrededor de éste, su vida se torna pobre y vacía.
3. Se debe ser poseedor de dinero, en lugar de ser poseído por él. El hombre es dueño de sus actuaciones y de su riqueza, pero no debe ser esclavo de ella.
4. Dinero no es igual a felicidad, con el dinero se adquieren bienes u otros beneficios, pero nunca podrá comprar la verdadera y única felicidad, como son los momentos que se viven en familia o el hecho de gozar de una salud próspera.
5. El dinero requiere esfuerzo, se trabaja para lograrlo y se aprende a administrarlo. En este punto concreto, es donde los papás deben adjudicarles a los hijos, pequeños encargos acordes a su edad. De esta manera vivirán en carne propia el valor del esfuerzo y apreciarán el trabajo que realizan los padres para poder brindarles su educación, recreación, vivienda, alimentación, vestido, entre otros.
6. Ahorrar es una necesidad. Y así se les debe enseñar desde que los hijos están pequeños. Una persona que desde tempranas edades ha sido acostumbrada a reservar parte de sus ingresos (así sea la mesada) para el ahorro, es más probable que cuando sea adulto tenga autocontrol y piense con cabeza fría antes de hacer un gasto.
7. Compartir con otros. Algunas veces el ser humano necesita ver realidades opuestas a la suya, para poder asimilar algunos aspectos. Por ello es conveniente que los hijos conozcan la vida de otros niños con más necesidades y así llegar a su propia conclusión de lo afortunados que son y lo mucho que pueden ayudar a otros.
8. Evaluar el costo-beneficio y precio-calidad. Cada que el niño pida algún juguete u otro objeto, es recomendable que se le invite a pensar si realmente lo necesita, si el valor que pagará por éste es justo o no, si le sacará provecho a largo o a corto plazo, así como a valorar otras ofertas y si la calidad es acorde al precio; claro está que se debe explicar en los términos que el niño comprenda. Esta reflexión hará que sus decisiones estén en razón a evaluar el costo más allá del simple antojo.
Regla de oro: El ejemplo. ¡Cómo iba a faltar semejante elemento! No olvidemos que los hijos tienden a repetir las conductas de sus padres, y la cuestión del dinero no es la excepción.
Fuente: lafamilia.info