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¿Lunares o pecas?: cómo cuidar la piel con pigmentación irregular. Conoce varios consejos para evitar los riesgos del sol en invierno y verano.

El sol es un aliado, pero también puede ser un enemigo de la piel. Es muy importante protegerse de la radiación solar, pero especialmente quienes tienen irregularidades en la pigmentación de su piel tales como lunares, pecas o manchas. Para ellos, el cuidado y la protección de la piel en verano es imprescindible.

Las pecas son pequeñas acumulaciones de melanina, el pigmento que da color a la piel. Son más frecuentes en personas con fototipo bajo (I o II), es decir, aquellas más blancas de piel y con cabellos claros, como pelirrojos o rubios.

Suelen aparecer por motivos genéticos, aunque también los cambios hormonales y el sol tienen un papel muy importante. Cuando la piel entra en contacto con el sol, produce más melanina para protegerse de la radiación. Esto es un sistema de defensa natural de nuestra piel para adaptarnos al medio.

Las pecas o las manchas surgen cuando el pigmento se distribuye de forma irregular y se acumula en algunos puntos o zonas concretas, en lugar de crear un bronceado uniforme.

Por ello, en Ecuador en invierno y en verano en otros países del mundo es la época en la que aparecen más pecas o manchas en zonas expuestas al sol, como el rostro o las manos. Y en la piel más sensible o que ha sido expuesta durante años a la radiación del sol, es más frecuente que aparezcan

Los lunares, por su parte, son también agrupaciones de melanina, pero más intensas, las generan los melanocitos, las células de la piel encargadas de producir pigmento o melanina. Por lo general, un adulto tiene entre 10 y 40.

 

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Pecas y lunares pigmentaciones benignas

Tanto las pecas como los lunares son pigmentaciones totalmente benignas, no son ninguna enfermedad, ni trastorno, simplemente un funcionamiento irregular de nuestro sistema de defensa natural. Sin embargo, es importante cuidar las zonas en las que aparecen, pues pueden ocultar algún problema, como un melanoma.

El melanoma es un tipo de cáncer de piel que surge cuando los melanocitos, las células que producen la melanina, crecen descontrolados y tiene consecuencias dañinas de mayor gravedad.

Así pues, y aunque puede aparecer en cualquier parte de la piel, suele hacerlo en las áreas donde hay melanina acumulada, como los lunares o las pecas. De este modo, las personas con un elevado número de lunares tienen un mayor riesgo de sufrir cáncer de piel.

Igualmente, las personas con piel y cabello claros no solo son propensas a tener pecas, sino también a que su piel sea más sensible y pueden quemarse con facilidad. Tener pigmentación irregular es un factor de riesgo para los problemas en la piel como el melanoma, pero también lo son las quemaduras graves del sol y el número de quemaduras que nuestra piel acumula, ya que afectan a su ADN celular.

 

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Cuidados de las personas con pigmentación irregular

Las personas con pigmentación irregular deben cuidarse, especialmente en invierno, para evitar que estas se descontrolen y puedan derivar en cáncer de piel. A continuación varias recomendaciones a tener en cuenta.

Protegerse del sol todo el año

Durante invierno (en Ecuador) y en verano (países de Europa especialmente), los rayos del sol son más perjudiciales, porque inciden en la Tierra de forma más perpendicular. Por lo tanto, es importante evitar la exposición al sol cuando los rayos son más intensos (entre las 12:00 y las 16:00 horas).

También hay que tener en cuenta que el sol se refleja en la arena, la nieve, el hielo, el agua y el pavimento, lo que añade aún más radiación que la directa del sol.

Igualmente, los sombreros y las gorras ayudarán a proteger el rostro y el cuero cabelludo, unas de las áreas más expuestas y propensas a las pigmentaciones irregulares. Del mismo modo, la manga larga y los pantalones largos reducen la exposición al sol, al igual que los colores oscuros.

 

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Usar protección solar de amplio espectro

La protección solar frente a los rayos ultravioleta del sol es un paso imprescindible antes de salir de casa, incluso si está nublado. La radiación ultravioleta (o rayos UV) está compuesta por tres tipos de radiaciones: los rayos UVA, los UVB y los UVC.

  • UVA: una exposición prolongada puede dañar el tejido bajo la epidermis, cuya consecuencia principal es el envejecimiento prematuro. Además, una gran concentración contribuye a producir cáncer de piel.
  • UVB: son los rayos que provocan las quemaduras solares y, a largo plazo, incluso alteraciones del material genético y las primeras fases del cáncer de piel.
  • UVC: son los rayos más agresivos, pero afortunadamente, la capa de ozono los absorbe casi por completo.

Además de la radiación UV, hay una parte del espectro de la luz visible que también ha demostrado producir alteraciones de la piel. Se trata de la luz visible de alta energía (HEV) o luz azul: la luz azul directa del sol supone un riesgo muy elevado para la piel, contra el que debemos protegerla también.

La luz azul natural representa alrededor del 50 % de la luz solar y penetra mucho más profundamente en la piel que los rayos UVA, que representan sólo el 5 % de la luz solar. Por ello, los científicos han calificado durante mucho tiempo esta luz como «potencialmente peligrosa».

Para que una crema solar proteja de forma fiable frente a los daños de todos estos tipos de rayos en nuestra piel, debe contener filtros UV de amplio espectro, que protejan frente a la acción de la radiación nociva, ya sea UVA, UVB o luz visible de alta energía.

Revisarse periódicamente: el método ABCDE

Es importante vigilar que los lunares no cambien de forma, color o tamaño, pues es la primera señal de que pueda estar formándose un melanoma. Para ello, es importante aplicar el sistema ABCDE al revisar los lunares o manchas concentradas en la piel:

  • Asimetría: la mitad del lunar no es igual que la otra mitad.
  • Bordes: los bordes son irregulares, borrosos o desiguales.
  • Color: a veces, los melanomas surgen como un lunar nuevo y negro. Pero, si aparecen en una peca o lunar que ya existía, se verán tonalidades rojizas, blanquecinas o azuladas.
  • Diámetro: cuidado con los lunares que midan más de 6 milímetros o que hayan aumentado de tamaño hasta superar esa cifra.
  • Evolución: si se observan cambios en los últimos meses.

Usar productos antipigmentantes

Hay varios factores que tienden a sobreestimular la producción de melanina, lo que puede provocar que se acumulen las pigmentaciones irregulares antes mencionadas y también que se creen manchas más grandes.

Aunque tener pecas o lunares no es peligroso en sí mismo, es importante observarlas para evitar que se descontrolen y también vigilar las manchas que aparezcan de forma desigual, especialmente en el rostro.

Los productos antipigmentantes o despigmentantes no solo actúan sobre las acumulaciones de melanina para aclararlas y reducirlas (por ejemplo, las manchas derivadas de la edad o debidas a factores hormonales); también ayudan a regular la producción de melanina para que no se reactiven y aparezcan de nuevo.

Evitar las lámparas solares o camas de bronceado

La exposición prolongada a la radiación ultravioleta es una de las principales causas del envejecimiento prematuro y de otros daños como el cáncer de piel. El sol es la fuente más importante de este tipo de rayos, pero también los métodos de bronceado que usan radiación, como las lámparas solares y las camas de bronceado, porque añaden tiempo de exposición a los rayos, y por tanto una acumulación de esta radiación en la memoria de nuestra piel.

 

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Fuente: Expertos de Nivea.

 

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