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A su corta edad, esta joven con altas capacidades, decidió cursar el pre universitario de la carrera de Medicina en la UEES de Guayaquil.

Maité ingresa al laboratorio de ciencias de su universidad y se siente como en casa, lista con su mandil, redecilla y guantes, para iniciar a manipular los instrumentos. Acelera su paso hacia el microscopio, coloca debajo del objetivo una lámina portaobjetos y observa a través del ocular. Su interés por la ciencia la ha llevado a iniciar sus estudios universitarios a la edad de 12 años, mientras aún asiste al colegio, conviertiéndose en la estudiante más joven del pre de la carrera de Medicina de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo.

Maité Pazmiño es una niña con altas capacidades, aficionada por el funcionamiento del cuerpo humano, por lo que decidió estudiar estar carrera. “Me interesa el desarrollo de la ciencia; me gusta la morfología, anatomía y la bioquímica”, comenta la estudiante, mientras prepara una exposición para su próxima clase.

El camino a la universidad

A Maité le interesa la morfología, anatomía y bioquímica.

Fue una de sus profesoras del colegio Alemán Humboldt de Cuenca, quien se dio cuenta de sus aptitudes y le envió una serie de pruebas que determinaron que ella es una niña de altas capacidades. “El colegio quería ascenderla, pero nosotros dijimos que no. No creíamos que estaba emocionalmente lista”, comenta Gabriela Minuche, madre de Maité. Sin embargo, luego de que se mudaron a Guayaquil, decidieron que podría saltar medio año de estudios.

Más adelante, luego que el Ministerio de Educación la evaluara nuevamente, la joven fue acelerada dos años más (pasando de sexto a octavo año).

En las primeras etapas de su educación primaria, Maité no presentó inconvenientes con su experiencia escolar, pero cuando el aprendizaje se volvió más estructurado, mostró resistencia. “Siento que en el colegio ya no estoy aprendiendo lo suficiente y que no me va servir de mucho continuar en clases. Crearon un aula de altas capacidades, pero he seguido sintiendo que no tengo suficientes estímulos. Fue así que decidí escribir un correo electrónico al decano de la facultad de Ciencias Médicas de la UEES y le pedí una cita. Luego de exponerle mi caso, me aceptó en el pre universitario”, explica la joven de 12 años.

Un apoyo esencial

Por ser menor de edad, Maité asiste al pre universitario acompañada de su madre.

Cuando Gabriela supo que, además de su hija mayor, sus otros tres hijos también habían sido definidos como niños con altas capacidades, se interesó por aprender más sobre el tema y cursó un posgrado en la Universidad Internacional de la Rioja en Altas capacidades en el desarrollo de talentos. “Mi formación como asistente Montessori y educadora de padres en disciplina positiva, también me ha servido de apoyo con los chicos”, indica. Esto ha ayudado a Gabriela, como madre, a comprender y estimular de mejor forma las capacidades de sus hijos.

“Desde el año pasado ella ya tenía la idea de asistir a la universidad, pero yo estaba reteniéndola. Saber los talentos que podrían llegar a explotar, me permitió darle el sí. Maité quiere estudiar, investigar, venir a los laboratorios y experimentar. Es el entendimiento del cuerpo humano lo que la motiva”, expresa.

De acuerdo a Gabriela, los jóvenes con altas capacidades poseen un perfil con gran demanda. “Las leyes ecuatorianas contemplan la atención a la diversidad, pero de la contemplación a la acción hay una distancia muy grande. Hay un enfoque en los niños que se encuentran a la izquierda de la campana de Gauss, pero los que están a la derecha quedan en el olvido. Los colegios deberían implementar sistemas de detección temprana”, comenta.

¿Qué señales en el  desarrollo muestran  los niños superdotados?

Es más precoz, habla antes y con riqueza de vocabulario, suele ser autodidacta en su aprendizaje, le interesan temas que no corresponden a su edad (letras, sistema solar, cuerpo humano, dinosaurios); hacen preguntas acerca de todo, tienden a relacionarse mejor con adultos.

Como padres pueden intuir algo distinto en sus hijos, pero no saben qué hacer ni a quién dirigirse.

  1. Ante la duda, siempre consultar a un psicólogo especializado en sobredotación y talento, ya que los profesionales de la psicología sin esta especialización, no sabrán detectarlo y podrían equivocarse en el diagnóstico.
  2. Si no conocen un profesional experto, buscar una Asociación de Altas Capacidades de su ciudad o país para orientación.

Es imprescindible evaluar, ya que los niños con altas capacidades tienen  un desarrollo diferente que requiere una educación emocional y académica distinta. De no hacerlo, puede derivarse en patologías y trastornos relacionados  con ansiedad, depresión, aislamiento, baja autoestima y fracaso escolar,  entre otros.

La detección temprana es imprescindible y ofrecer estímulos cognitivos acordes  a la edad mental del niño, no atendiendo a su edad cronológica, de eso trata la educación diferenciada e inclusiva, de dotar a cada alumno de lo que necesita según su capacidad.

Olga Carmona

Psicóloga Clínica especializada en Neuropsicología de la educación y Atención Psicoeducativa de niños con altas capacidades intelectuales.

Por Angélica Lainez Rendón
Periodista.

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