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La salud siempre es integral, pero gran parte de ella está en lo que escogemos poner en nuestro plato. Conoce los peligros de una mala nutrición.

Nuestros hábitos son un indicador de que lo que estamos haciendo nos va a acercar a tener salud o a enfermarnos. Si escogemos mantener un estilo de vida poco saludable con conductas que van deteriorando nuestra salud como una mala alimentación, sedentarismo, bajo consumo de agua, exceso de alcohol, tabaquismo, insomnio, niveles altos de estrés, entre otros van a traernos como consecuencia una o varias enfermedades crónicas si no fuimos conscientes previamente de la necesidad de un cambio.

Cada célula del cuerpo recuerda nuestros hábitos, por lo tanto, para cuidarnos debemos informarnos y conocernos a nosotros mismos para poder escoger qué es lo mejor para cada uno. Las consecuencias que trae una mala alimentación pueden ser más o menos graves, debido a que junto con otros factores cada organismo lo va a manifestar de forma distinta.

 

 

Consecuencias de una mala alimentación

Las consecuencias de una mala alimentación pueden llevarnos a un riesgo nutricional aumentando la probabilidad de enfermarnos con:

Desnutrición

Producida por la ingesta insuficiente de nutrientes, es decir no se está satisfaciendo las necesidades nutricionales que el cuerpo requiere para funcionar adecuadamente.

Anemia ferropénica

Ocurre por un déficit de glóbulos rojos en la sangre, por falta de hierro, lo cual produce fatiga, cansancio e irritabilidad.

Obesidad

Se presenta por un exceso de uno o más nutrientes. Hay un desbalance nutricional junto con otros factores que la desencadenan.

Diabetes Mellitus tipo 2

Es una enfermedad crónica metabólica y se caracteriza por presentar niveles elevados de azúcar en la sangre debido a que el páncreas fabrica la insulina, pero el cuerpo no responde con normalidad a la misma y la glucosa es menos capaz de entrar a la célula y cumplir la función de suministrar energía. Sucede por una mala alimentación junto con otros factores.

Hipertensión arterial

Ocurre por un consumo elevado de alimentos procesados altos en grasas saturadas, grasas trans y azúcar junto con otros factores como sedentarismo, tabaquismo y estrés.

Cáncer

Esta enfermedad crónica se da muchas veces por la mala alimentación, ya que el sistema inmune se ve afectado si no comemos aquello que lo fortalezca, también influye el estado de nuestra salud emocional, antecedentes familiares, entre otros.

Deterioro en la memoria

La memoria se ve afectada si nuestra alimentación es principalmente a base de alimentos altos en azúcar, grasas saturadas y grasas trans.

Insomnio

Los azúcares, bebidas con cafeína o energizantes y alimentos procesados en general pueden afectar nuestra calidad de sueño.

Dislipidemia

Es una alteración de los lípidos en sangre debido al consumo excesivo de azúcar, carbohidratos refinados, grasas saturadas y grasas trans junto con sedentarismo.

Osteoporosis

Es una enfermedad que hace los hueso más frágiles y tendentes a fracturarse por falta de calcio.

Alteraciones en el aparato digestivo

Entre ellos están la gastritis, diverticulitis, disbiosis, cirrosis, hígado graso, colitis, síndrome de intestino irritable, reflujo gastroesofágico y colelitiasis los cuales empeoran si no se hacen modificaciones individualizadas en la alimentación, también es importante chequear el historial de alergias e intolerancias alimenticias para mejorar los síntomas según el trastorno y tratar la microbiota intestinal.

 

 

¿Cómo prevenirlo?

Si hemos estado practicando una mala alimentación dentro de nuestro estilo de vida lo primero es ser conscientes del problema para buscar soluciones mediante pequeños cambios día tras día y perseverar para evitar futuras complicaciones en nuestra salud.

Prevenir se puede si tenemos voluntad y disciplina en el proceso. Si bien el envejecimiento va a deteriorar nuestra salud y es irreversible, si podemos hacer cosas que no lo aceleren. Busquemos implementar hábitos saludables, ya que, nuestro cuerpo sólo se mantendrá sano si aquello que más hacemos nos trae verdadera salud y bienestar.

Dentro de los hábitos saludables que debemos practicar está tener una alimentación especialmente a base de alimentos naturales que aporten calidad nutricional, es decir vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos complejos que contengan fibra, grasas saludables y un consumo adecuado de agua para cuidar nuestros órganos.

También el ejercicio nos ayuda a prevenir enfermedades porque eliminamos toxinas, nos da energía, nos brinda mejor concentración y oxigenación, activa nuestra circulación y cuida la salud del corazón.

Por otro lado, es importante cuidar nuestra salud mental con una alimentación a base de grasas buenas (ácidos grasos omega 3, grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas) las cuales son antiinflamatorias y elevan el colesterol bueno, también es importante la vitamina D para el cerebro, fortalecer el sistema inmune y tener buenos niveles de colesterol en sangre.

 

 

Escrito por: Melissa Coto, nutricionista. IG: melissacoto_

 

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