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«Soldado caído… soldado caído…» es una frase muy común en la actualizad pero si te rechazaron no se acaba el mundo.

En el camino de la vida, el amor es una fuente inagotable de alegría. Por esta razón, cuando nos rechazaron, todo se pone de cabeza. Sentimos que el mundo se acaba, que nada vale la pena. El dolor es tan intenso como el amor que sentimos.

El rechazo es una experiencia que todos enfrentamos en algún momento. Puede ser en relaciones románticas, amistades o incluso en la familia. Entonces, para amar hay que ser valiente, así como lo fue nuestro Señor Jesús: Él amó tanto que lo dió todo y nos salvó a todos. La propuesta del Señor es ese amor incondicional que supera todo limite y que va en contra corriente de lo que ofrece el mundo actual.

 

 

Si te rechazaron estos consejos son para ti

Hoy nos gustaría dejarte 5 consejos para manejar el rechazo desde la fe:

Confía en el Señor

Dios conoce tus necesidades, tus sueños, tu corazón y sabe lo que es mejor para ti. En las situaciones más difíciles que sientas que te hundes de la tristeza, confía en el Señor, en su divina providencia. Recuerda que Él tiene un plan para cada uno, incluso en medio de este rechazo en el amor. Él nos ayudará a encontrar paz. Como dice la Palabra: “El Señor está cerca de los quebrantados de corazón y salva a los de espíritu abatido», (Sal 34, 18).

 

 

Vive el amor

Nuestro Señor, nos enseña que el amor va más allá de las emociones temporales. Estamos llamados a amar de manera incondicional, incluso cuando el amor no es correspondido. Esto, no obstante, no implica humillaciones. El amor no humilla a la persona. La eleva. El amor es una realidad que debe ser correspondida donde ambos se aman: «Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros», (Jn 13, 34).

Paciencia y reflexión

El ruido del mundo y el dolor del rechazo nos aturden completamente. Es momento de silenciarnos, de reflexionar, de sanar las heridas buscando consuelo en Dios, de pensar donde está nuestra verdadera felicidad. Así, leemos en Prov 3, 5-6: «Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él allanará tus sendas».

La oración

Esta es un medio para comunicarnos con el buen Dios y entregarle nuestros sufrimientos, preocupaciones, alegrías. La oración no es un pedir, es abrir el corazón para que ingrese la gracia de Dios y así encontrar una guía en nuestras vidas: «Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes», (1 Pe 5, 7).

En Comunidad Católica

Estar en una comunidad católica que ofrece un espacio de apoyo y comprensión. Compartir experiencias con otros que hayan atravesado situaciones similares puede brindar consuelo y una perspectiva distinta. Las comunidades son una extensión del amor de Dios: «Lleven los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo», (Gál 6,2).

Podríamos decir que el rechazo en el amor es algo por lo que todos pasamos, pero la fe ofrece recursos valiosos para superarlo. Al abrazar las enseñanzas de Jesús, confiar en la oración, tener paciencia, momentos de reflexión y buscar participar en una comunidad católica, podemos encontrar esperanza, consuelo y redescubrir lo que nos ofrece el amor de Dios. Así, nos dice su Palabra: «Y el Dios de toda gracia, que los llamó a su gloria eterna en Cristo, después de que hayan sufrido un poco de tiempo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables» (1 Pe 5,10).

 

 

Escrito por: Vive Puro. Movimiento católico Provida radicado en Guayaquil, Ecuador, comprometido con una vida de pureza, liderando a hombres y mujeres jóvenes en la búsqueda del verdadero significado de la vida de acuerdo con su destino en Cristo.

 

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