¡No hay mejor manera de celebrar el Mes de la Mujer que disfrutando de “MATILDE, UN HIDALGO MUSICAL”!
El estupendo musical, bajo la diáfana dirección de Santiago Carpio y la inspiradora producción musical de Rubén Alvarado, se estrena en Loja. Ciudad que en 1889 vio nacer a Matilde Hidalgo de Procel que abrió puertas a todas las mujeres de Latinoamérica.
Efectivamente, son puertas que sobre el escenario del Teatro Bolívar, nos llevan de la mano por el difícil sendero de ser una niña esmerada e inteligente de fines del siglo XIX. Para usar una expresión de esa época debió sudar el quilo para romper barreras. Sin afán de ser un hito en la historia sino más bien por sus ansias de conocimiento y superación; se convirtió en la primera mujer en graduarse de una escuela secundaria en Ecuador. Además, fue la primera mujer en recibirse como Médico en Ecuador y la primera mujer en Latinoamérica en ejercer el derecho al voto.
Muchos detalles fueron sopesados para esta mise-en-scène de casi hora y media de duración. Desde musicalizar los poemas de Matilde Hidalgo, hasta leer “Una mujer total” (biografía escrita por la historiadora Jenny Estrada) para entender mejor al personaje. Empezando con la iluminación que nos traslada a Loja, Machala, Quito y Cuenca, hasta los cráneos con los que sus compañeros de universidad le jugaban bromas pesadas. Continuando con las voces blancas que nos tocan el alma y nos emocionan, hasta las de chismografía de mala fe que nunca faltan.
Personajes y poemas que marcaron la vida de Matilde
Las niñas actrices, Amy Ludeña y María Emilia Bejarano personifican a Matilde en sus años tiernos. Un melódico piano y la voz y actuación de Matilde por Juliana Jiménez, vivifican el poema “El deber de la mujer”, escrito por esta inspiradora mujer. Esta nos lleva a la introspección al decirnos: “Es preciso abrirse paso entre envidia y mezquindades; y burlando tempestades dedicarse ya a estudiar”.
La madre de Matilde, personificado por Tania Salas, y su hermano Antonio, representado por Andrés Rodríguez, tienen papeles principales en el musical. Como sucedió en la vida real, ellos fueron su ejemplo de empuje y fuente de fuerza emocional.
Los poemas musicalizados “Olvídame, por Dios”, que Matilde le escribió a su esposo Fernando Procel, interpretado por Alejandro Veintimilla, cuando estaban de novios, “A Cuenca”, y “Mi ideal”, junto con la fluidez escénica de elenco, colores, luces y música, hacen de “Matilde, un Hidalgo Musical” un suceso inolvidable.
Veinte actores en escena, incluyendo niños y adultos, nos pasean por un Ecuador de lucha, principios y valores. Aquí las oportunidades –sin diferencia de género– se abren como páginas de un libro si nos enfocamos en instruirnos.
A ustedes que se identifican con luchar por un ideal los invito este 8 de marzo a que se regocijen viendo a Matilde Hidalgo de Procel abrir una nueva puerta: la de los musicales sobre mujeres valiosas del Ecuador.
Por: Karina Gálvez
karina.galvez@hotmail.com