Si algunas normas sociales promueven comportamientos deshonestos, ¿cómo enfrentar la micro-corrupción? ¡Lee y comparte!
¿Usted valora la honestidad?
¿Cómo valora la honestidad? ¿Usted tiene fuertes conceptos sobre moralidad y quiere que se mantengan así -como un aspecto de su imagen de sí mismo-?
Por otra parte, la honestidad es un asunto grupal.
Usted y su grupo empresarial, social, político, valoran la honestidad.
Luego, ¿por qué existe la corrupción o la deshonestidad?
Para Mazar y Ariely, en “Dishonesty in everyday life and its policy implications” (2006), altos beneficios, bajos costos de decepción social, falta de conciencia y autoengaño motivan comportamientos deshonestos.
El “todos lo hacen, entonces yo…” ¿justifica una conducta deshonesta?
Experimentos de laboratorio de Mazar, Amir y Ariely, publicados como “The dishonesty of honest people: A theory of self-concept maintenance” (2008), demostraron que la carencia de normas sociales también motiva comportamientos deshonestos.
“La honestidad es una cosa compleja y difícil, y no queremos ser honestos todo el tiempo…”, dice Dan Ariely.
Las normas sociales y la deshonestidad
Otro estudio experimental demostró que la deshonestidad se desarrolla en entornos ambiguos. Cuando la línea entre honesto/deshonesto no está clara, violaciones menores a las reglas son justificadas como “errores honestos”.
¿El profesor que recibe regalos y mejora la calificación?
¿El periodista que retuerce la historia para tener mas likes?
¿El médico que receta una operación innecesaria?
Mucha evidencia empírica sugiere que la deshonestidad, la corrupción, no depende solamente de los cálculos costo-beneficio de un individuo.
Usted actúa según lo que Usted cree que es apropiado para cada situación. Pero ese cálculo puede cambiar.
Por ejemplo puede cambiar por el efecto psicológico -e invisible- que ejercen los líderes políticos.
Para Usted una influencia poderosísima es su entorno. Sus percepciones sobre su mundo social. Sus lecturas de contenidos mediáticos.
En “Honest mistake or perhaps not: The role of descriptive and injunctive norms on the magnitude of dishonesty” (2020), Lois y Wessa demostraron que cuando los individuos de un grupo conocen de importantes violaciones a las reglas por parte de otros individuos… se incrementa la deshonestidad del grupo.
¿El vigilante de tránsito que recibe “para las colas”?
¿El deportista que vende su propia derrota?
¿El asesor crediticio que extiende crédito a un insolvente?
La corrupción
Circa 1970, la corrupción fue definida como abuso del poder público para lograr utilidad privada. Naciones Unidas definió corrupción como el “comportamiento de los individuos y funcionarios públicos que se desvían de las responsabilidades establecidas y usan su posición de poder para satisfacer fines privados y asegurar sus propias ganancias” (2004).
Y Transparencia Internacional dijo que es el “mal uso del poder encomendado para obtener beneficios privados” (2012).
¿Mal uso del poder?
El político que obra con sobreprecios, sí. Pero también el chofer del bus que usa el carril en contravía o el influencer que exige comida gratis en el restaurante o la marca que ofrece una promesa mentirosa.
Luego, ¿por qué la sociedad acepta esas formas de violencia, intimidación, acoso, extorsión?
¿Por qué su indiferencia o evitación?
Si alguien tiene la oportunidad, entonces cruzará algunos límites éticos (hasta cierto punto). ¿Maximizando sus propios intereses, como diría a perspectiva económica?
¿Bajos salarios de un funcionario justifican moralmente un soborno?
“Cuando se les da la oportunidad, mucha gente honesta acaba engañando”, dice Ariely.
¿El troll center que difunde una fake news?
Usted, ¿qué retuitea sin verificar?
¿Todos corruptos?
El significado de corrupción -en cualquier idioma- define una sociedad degenerada, deteriorada y vil.
Corrumpere en latín.
fasād en árabe.
fubai en chino.
¿Degeneración societal?
¿Complicidad por supervivencia?
Jackson y Gray, en “When a good god makes bad people: Testing a theory of religion and immorality” (2019), decían que señalizar públicamente la bondad o evidenciar su fe hace que las personas sientan que no deben esforzarse por ser ni actuar correctamente.
Tal vez eso explicaría la figurita del Divino Niño colgando del espejo retrovisor del bus que recorre criminalmente un carril en contravía para evitar el tráfico.
Esto se resumiría en que el impacto de normas descriptivas negativas parecería ser mayor al impacto de normas legales.
“Pero, si todos lo hacen…”
Nietzsche, en “Así Habló Zaratrusta” (1883), decía que “es necesario ser un mar para poder recibir una sucia corriente sin volverse impuro”.
Escrito por: Andrés Seminario, comunicador, estratega y escritor.
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