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Nuevas perspectivas para la orientación vocacional y profesional. Lo que debes saber antes de escoger bien tu carrera.

Hace poco estuve conversando con Julián (16 años) quien me confiaba su deseo de no continuar estudios superiores una vez concluida su etapa colegial, aseverando que conoce a jóvenes vecinos que a pesar de haber concluida la etapa universitaria y haberse graduado, no consiguen trabajo; también afirmaba su deseo de trabajar lo antes posible para conseguir independencia y ayudar a su familia.

En otro caso, Carlos (17 años) en cambio soñaba con ingresar en una institución universitaria para tener un título que le de prestigio, dinero y conseguir todo lo que siempre ha deseado…

Lo anterior me lleva a reflexionar sobre la importancia de replantearse la forma como se está trabajando en los centros educativos el tema de la orientación vocacional y profesional, además del verdadero valor que tienen los tan anhelados títulos profesionales, títulos evidentemente valiosos que deben garantizar la adquisición de unas competencias profesionales, pero que al mismo tiempo deberían forjar un carácter como persona responsable, proactiva, innovadora y con visión humana y global acordes al avance del mundo de hoy, pero que si no son respaldados por una calidad humana y de valores de la persona, sirven realmente de poco.

Sí, un título universitario puede ser beneficioso para mejorar las oportunidades de trabajo, requiriendo además una gran inversión de tiempo y dinero, según sea el caso. Sin embargo, algunas personas pueden encontrar que el enfoque y tratamiento que a este tema de la orientación vocacional y profesional la educación formal les dio, no coincide con sus intereses o habilidades, tampoco con las actuales necesidades del país y región, ni con el cambio cultural global en la forma en que se perciben las profesiones actualmente.

Hoy por hoy existe un cambio de paradigma en este tipo de apreciación que ciertamente están provocando transformaciones antes no tomadas en cuenta a la hora de abordar este tipo de orientación en los centros educativos.

 

 

Puntos claves de la actual orientación vocacional y profesional

Es por todo lo anterior que se ve la urgente necesidad de plantearse cambios de forma y fondo en el tratamiento de la orientación vocacional y profesional con las actuales y futuras generaciones. Para ello será necesario tomar en cuenta lo siguiente:

Empezar esta orientación desde edades tempranas y no limitarse a la etapa del bachillerato; pero no solo ello, sino que además considero debe continuarse en forma de acompañamiento en los centros superiores de estudio, pues allí es en donde se dan las grandes crisis y la confirmación o no de esa vocación u orientación profesional.

Enseñar que alcanzar un título académico superior no garantiza que luego tendrán una oportunidad laboral concreta (miles de titulados están sin trabajo actualmente), pero que siempre es una ventaja el tenerlo.

Ayudarles a considerar otras opciones que no requieran de un grado académico y que están disponibles, considerando aspectos como la demanda de empleo, el costo de la educación, la duración de programas alternativos como una tecnología, además de las habilidades y aptitudes personales, ayudándoles a tomar una decisión informada que les permita alcanzar los objetivos y metas trazadas en forma de un “proyecto de vida” accesible y más ajustado a la realidad de cada uno de ellos y ellas.

Mostrarles que los títulos universitarios son una forma de evaluar el conocimiento de los
estudiantes, pero su valoración puede estar limitada por la falta de habilidades prácticas
(experiencia) y el acceso limitado a la educación superior debido a los altos costos o a la falta de cupos en las universidades.

Si bien la exploración vocacional es un proceso necesario que tiene la finalidad de despertar intereses vocacionales y adaptar dichos intereses a la competencia laboral del individuo y a las necesidades del mercado de trabajo, también es necesario despertar en nuestros jóvenes la pasión por vivir una vida auténtica, por descubrir aquellos valores que nos hacen únicos como la capacidad de decisión, la lucha por la libertad y la justicia, el deseo de servir a los demás (especialmente a los más necesitados y desvalidos de este mundo) entre otros.

Entrenarlos en la adquisición de habilidades para el emprendimiento como son la creatividad, la planificación estratégica, las habilidades blandas, el asumir riesgos calculados, liderazgo, ser independientes, aprovechar las oportunidades que el mercado laboral presenta y tener confianza en sí mismo de que se pueda lograr, ya que todas las carreras son susceptibles de generar autoempleo.

Cambiar el viejo paradigma de las etiquetas profesionales comenzando por una redefinición de los planes de estudio para adaptarlos a las necesidades del mercado laboral actual, algo que en Europa se inició en el 2018 a través de lo que llamaron credencial digital para el aprendizaje (Europass), un sistema que certifica la validez e integridad de los logros educativos formales y no formales de un estudiante, creando un perfil de identidad educativa individual reconocido laboralmente por las organizaciones europeas.

 

 

Formación y soluciones

Todo lo anterior, al mismo tiempo, me lleva a pensar con gran preocupación que la formación de los profesionales encargados de la orientación vocacional no está actualizada ni es suficiente, con lo cual se seguirán repitiendo las mismas falencias en dicha área, sin ofrecer soluciones a las necesidades actuales de los jóvenes ni de la sociedad, pues el mismo modelo educativo está desarticulado con el mundo empresarial y laboral de hoy y solo sirve para seguir inflando las universidades de carreras que francamente no tienen futuro, mientras que otras de gran necesidad brillan por su ausencia.

Finalmente quiero añadir un último dato: la UNESCO confirmó hace poco que hay 235 millones de estudiantes inscritos en universidades de todo el mundo, lo que estadísticamente implica que es imposible que todos esos estudiantes consigan trabajo apenas se titulen. Darles alternativas posibles para estructurar un proyecto de vida exitoso, fuera de una carrera universitaria, es también muy válido y provechoso para el grueso de jóvenes ecuatorianos que en estos momentos están perdiendo la esperanza de encontrar razones para imaginar la posibilidad de un futuro mejor.

 

 

Escrito por: Mgs. Teodoro Cárdenas N., Director de Psico-Pedagógica-Mente.

 

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