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Los niños deben ser autónomos y capaces de enfrentarse solos a los desafíos propios de su edad.

“Mastica bien la comida”, “cuidado te atoras”, “así no se cogen los cubiertos”, “¿te ayudo a cortar la carne?”… Estas son frases que muchas madres utilizan los primeros años de vida de sus pequeños para enseñarles a comer apropiadamente. Sin embargo, se puede caer en la tentación de continuar repitiéndolas sin importar la edad, ya sea un niño o hasta adolescente, interfiriendo en su crecimiento e impidiéndoles ser autónomos.

Pendientes de “todo”

El término “padres helicóptero” hace referencia a aquellos adultos que están continuamente sobrevolando al niño, no solo a la hora de comer, sino durante otro tipo de situaciones. Más bien se trata de una actitud que se mantiene en toda la rutina diaria.

Estos padres controladores crían a niños con inseguridades, con miedos de intentar cosas nuevas, y, en muchas ocasiones incapaces de lidiar con los desafíos propios del crecimiento como: hacer amigos, obtener buenas notas, realizar tareas por su cuenta, tomar sus propias decisiones, etc.

Criar “súper hijos”

Entonces, ¿cómo criar a los hijos y velar por sus necesidades sin llegar a ser sobreprotectores? Las siguientes pautas pueden ayudarles a no educar solo para el éxito, sino a niños independientes y felices:

Con respecto a los trabajos de la escuela:

Alentarlos a llevar a cabo sus tareas de manera responsable y supervisarlos. No hay necesidad de “hacerles la mochila”, alistar el material que necesiten para el siguiente día puede ser su compromiso. Así los ayudamos a crecer en autonomía y además creamos hábitos de estudio que perdurarán hasta su vida profesional.

Con respecto al área emocional:

Ninguna madre quiere que su pequeño sufra dolor ni malestar alguno. Sin embargo, es importante que el niño se sienta triste para aprender a reconocer sus emociones y así poder manejarlas. No es lo mismo decir a un niño que acaba de perder su juguete favorito: “no pasó nada, si dejas de llorar te compro un helado”; a “entiendo que te sientas triste, era un juguete muy bonito, ¿qué podemos hacer para que ya no te sientas así?

Con respecto a la relación con los demás:

Todos los seres humanos, sin importar su edad, enfrentan dificultades o roces con los pares, y los niños no son la excepción. Como padres se debe ser mediador en los conflictos, interviniendo si realmente es necesario. Cometer el error de “defenderlos siempre” conlleva a que surja otro problema: se encontrará solo en el patio de la escuela sin nadie que le diga cómo reaccionar. Estas situaciones son las que luego se derivan en bullying u otras situaciones de estrés para el niño, ya que la realidad es que este no tiene las herramientas para defenderse, ni la estabilidad emocional para no dejarse afectar por sucesos cotidianos.

¡No limitemos la libertad de los más pequeños! Criemos niños independientes, libres, sin miedo al error, para tener adultos atrevidos, indagadores, ¡con pensamiento crítico!

Por Belén Proaño Serrano
Máster en Atención Temprana.

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