Compartir:

Uno de los más grandes retos que tienen los candidatos a dignidades públicas en nuestro país, es proyectar una imagen confiable y de honestidad a los votantes.

A pesar de que los rostros conocidos generan simpatía en importantes segmentos del electorado, en la actualidad, el ciudadano común va un poco más allá, verificando otras virtudes antes de decidir su elección.

Voto consciente 

Grupos de defensa a la vida y la familia promueven legítimamente un voto a conciencia, evitando la elección de candidatos que se encuentran a favor del aborto, e incluso de aquellos indiferentes ante estos importantes temas.

Así, se invitó a los candidatos a firmar un compromiso por la vida y la familia, entre los cuales, tenemos al candidato elegido como virtual alcalde de Cuenca, que lo suscribió, incrementando de esta forma la preferencia del electorado, lo cual se evidenció con la abrumadora votación que logró.

Candidatos por la vida 

Por otra parte, existe un caso que ha logrado especial notoriedad, en el cual un candidato sin mayor ni prestigio ni preferencia durante la campaña, logró la mayor cantidad de votos a nivel nacional en su papeleta.

En tiempos en que muchos consideran que la Iglesia está desprestigiada por unos condenables casos que representan un porcentaje mínimo, el sacerdote candidato logró casi un millón de votos para vocal del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, y con esta votación se ubicó como el candidato más votado para dicho organismo.

No podemos decir que la mayoría de los votos a favor de este candidato se debieron a sus virtudes personales, todo lo contrario, ya que su candidatura estuvo marcada por la desobediencia; por lo tanto, es obvio que el prestigio de la Iglesia fue fundamental al momento de consignar el voto en la foto de quien con camisa sacerdotal reflejaba la esperanza de honestidad y probidad que la Iglesia tiene, y que los votantes buscan.

En definitiva, las últimas elecciones nos han demostrado que la gente valora la defensa de la vida y la familia, así como que la Iglesia vive con fuerza y representa para la ciudadanía en general, un referente de honestidad y esperanza.

Por Dr. Cristian Castelblanco.

Compartir: