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Casarse no es algo de emociones y ya… es amor real y compromiso sincero para con tu pareja.

 

Casarse representa una de las decisiones más serias de nuestra vida, por tanto, vale mucho la pena considerarla con mucha atención, reflexión y oración.

En la mayoría de países se ha establecido como el mínimo imprescindible la mayoría de edad, es decir, los 18 años (edad en la que empezamos a estar más capacitados para tomar decisiones importantes). Pero lo que nos interesa aquí no es solo la edad permitida para casarse, sino la edad idónea para tomar esa decisión. Esta última varía dependiendo de cada caso. Por ello, podemos decir que no hay una edad perfecta para casarse.

 

 

La elección ha de  ser libre.

 

¿Qué se requiere para casarse?

No se trata de tener el curriculum más perfecto, o la situación económica ideal para dar ese paso, sino, principalmente, de responder afirmativamente a estas preguntas: ¿Esta es la persona con la que quiero compartir mi vida para siempre? ¿Estoy preparado/a para dar este paso tan importante? Entonces, no es tanto tener una edad concreta, sino encontrar a la persona indicada para casarse y contar con las condiciones requeridas para ello.

 

 

Entonces, ¿es bueno casarse joven?

Hay casos que responden por sí mismos que sí es bueno, por ejemplo, como sucedió con nuestros abuelos y algunos contemporáneos en los que podemos reconocer que no les ha ido mal y que casarse joven tiene sus ventajas. La elección ha de ser libre, han de hacerla cada uno de los novios. Sin embargo, también es importante consultar sobre este asunto. El buscar consejo siempre es un buen recurso para acertar con nuestras decisiones.

Hemos de aclarar que para casarse no solo hace falta tener buenos deseos e intenciones, también hacen falta virtudes adquiridas y ejercitadas (responsabilidad, constancia, generosidad, comprensión…). El matrimonio es sobre todo amar. Un buen examen sobre nuestra capacidad de amar puede hacerse con lo que lista las Sagradas Escrituras en 1 Corintios 13. Este texto nos puede ayudar a reconocer si estamos en el momento adecuado para contraer matrimonio, y si queremos vivir en serio un amor verdadero.

Si ambos ya están completamente seguros, tienen serios deseos de amarse de verdad, y cuentan con el mínimo necesario para dar ese paso, ¡no esperen más! ¡Láncense a la mejor de las aventuras!

 

 

¿Qué debo tener en cuenta antes de casarme?

Básicamente tres cosas:

  • Un conocimiento de la realidad de lo que significa el matrimonio.
  • La voluntad libre de asumir ese compromiso.
  • La aptitud para desempeñar las tareas propias de la vida familiar. Se requiere de la “maduración” de la persona, y no todas las personas maduramos con la misma velocidad. No se trata solo de una madurez física, sino también una psicológica y espiritual. Pero esta madurez no se completa antes del matrimonio, sino que ha de continuar creciendo también en la vida conyugal.

 

El matrimonio es sobre todo amar.

 

Escrito por: Katherine Zambrano Yaguana, Ph.D., Universidad de Navarra.

 

 

 

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