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El Buen Pastor no abandona sus ovejas ante el peligro, Él sabe que su misión es defen­derlas y conducirlas con seguridad. ¡Comparte!

La relación del hombre con Dios muchas veces en la Biblia es comparada a la relación de un pastor con sus ovejas. De hecho, en Israel todos cono­cían este trabajo y hablar del pastor para muchos era tocar recuerdos muy intensos de experiencias relacionadas con esta ocupación.

Cuando Jesús afirmaba: “Yo soy el Buen Pastor” todos entendían muy bien lo que significaba en la práctica lo que él estaba diciendo y ellos también recordaban que, en Ezequiel, Dios tenia rega­ñado a los malos pastores y había prometido que un día, Él mismo sería el Pastor de Israel. Por tanto, en Jesús, Dios quiere conducir todo el rebaño a las verdes praderas de su Reino.

Algunas características de este Buen Pastor nos ayudan a conocer mejor el corazón de Dios: El Buen Pastor conoce sus ovejas, para él cada oveja es particular. La conoce en sus hábitos específicos. Tiene una atención especial para cada una. Cada oveja tiene una identidad propia, gene­ralmente caracterizada por un nombre particular, lo que significa que, ella no es solo un número. No es que al final del día el Buen Pas­tor las cuenta y si falta una él sale a buscar una oveja cual­quiera que se perdió. Él mira su rebaño y se da cuenta de que falta justo “tal” oveja y sale a buscarla llamándola por su nombre, imaginando hacia donde se habrá ido por­que la conoce muy bien, sabe sus gustos y sus tentaciones.

El Buen Pastor no abandona sus ovejas ante el peligro, Él sabe que su misión es defen­derlas y conducirlas con seguridad hasta a los pra­dos y a las fuentes de agua. Él es el primero en combatir el peligro. En todo lo posible Él no permite que las ovejas sean amenazadas. Delante del ladrón o del lobo, el buen pastor no se intimida más lo combate y lo ahuyenta, pues no acepta perder ni una de sus ovejas. El buen pastor corre el riesgo, se coloca Él en peligro para proteger su redil.

 

 

Comentario al Evangelio sobre el Buen Pastor

El Padre Juan José Paniagua comparte un nuevo comentario al Evangelio, que tiene por título: ¿Quieres seguir al Buen Pastor?, el cual tiene por base san Juan (10,27-30):

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno». ¡Palabra del Señor!

 

 

Fuente: Catholic-Link.

 

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