En esta oportunidad te invitamos a conocer los recursos católicos para víctimas de violencia doméstica.
Es difícil hablar de un tema tan horrible, pero la violencia doméstica está tan extendido que es muy importante compartir información al respecto.
Es mucho más común de lo que creemos: aproximadamente «1 de cada 4 mujeres y 1 de cada 9 hombres experimentan violencia física grave por parte de su pareja íntima», según la Coalición Nacional contra la Violencia Doméstica de los Estados Unidos.
Entonces, si estás leyendo esto, probablemente conozcas a alguien actualmente afectado, o que haya sobrevivido a la violencia doméstica.
Recurrí a una experta, Jenny DuBay, para aprender más sobre este tema. DuBay es autora del libro Don’t Plant Your Seeds Among Thorns: A Catholic’s Guide to Domestic Abuse, que se publicará próximamente.
DuBay, superviviente de abuso doméstico, dedica su carrera a abogar por otros sobrevivientes y ayudarlos a sanar.
Recursos que ayudan en caso de maltrato
La Iglesia católica tiene varios documentos y recursos para los supervivientes, pero no son muy conocidos.
DuBay respondió generosamente a algunas preguntas sobre recursos útiles para los que pasan situaciones desesperadas.
Para personas en situaciones problemáticas, ante la duda de si quedarse en casa o irse, Dubay afirma que hay «muchos recursos maravillosos y ayuda».
Ella destaca la importancia de recursos sociales para salvaguardar la seguridad física, como líneas telefónicas de atención ante casos de violencia doméstica y servicios locales de atención a la víctima.
Para ayuda espiritual, también existen numerosos recursos extendidos por el mundo, muchos de ellos en Centros de Orientación Familiar de diócesis, parroquias y universidades.
Qué dice la Iglesia ante la violencia doméstica
Cuando una persona está en un matrimonio emocional o físicamente peligroso, la Iglesia no insiste en que la víctima deba quedarse. El Código de Derecho Canónico establece:
«Si cualquiera de los cónyuges causa grave peligro mental o físico al otro cónyuge o a la descendencia o hace que la vida en común sea demasiado difícil, ese cónyuge da al otro una causa legítima para separarse, ya sea por decreto de el ordinario del lugar o incluso por su propia autoridad si hay peligro en la demora».
CIC, Código 1153
«Quedarse o irse es una decisión individual que debe discernirse a través de la guía del Espíritu Santo», dice DuBay.
Ella dedica un capítulo completo a este tema en su próximo libro, y otro a la posibilidad de cambio y curación.
Recursos católicos para ayudar y sanar
«La Iglesia tiene muchos recursos para ayudar y curarse del abuso doméstico, pero lamentablemente están ocultos», afirma.
Y reconoce esa es la razón que la llevó a comenzar su ministerio y sitio web: https://www.createsoulspace.net.
Para DuBay, el mejor documento que pueden leer las víctimas y supervivientes de abuso doméstico es el artículo de la conferencia de obispos de los Estados Unidos Cuando pido ayuda.
También hay varios recursos valiosos en línea como Católicos por la Paz Familiar (http://www.catholicsforfamilypeace.org), el Programa de Alcance de la Violencia Doméstica a través de la Arquidiócesis de Chicago (https://pvm.archchicago.org/human-dignity- solidarity/domestic-violence-outreach), y el libro electrónico gratuito de la Dra. Christauria Welland, ¿Cómo podemos ayudar a poner fin a la violencia en las familias católicas?(https://paxinfamilia.org/educational-materials-for-free-download-or-in-print-for-purchase/).
Las víctimas católicas necesitan saber que tienen derechos en este grave problema. No hay excusa para el abuso.
Escrito por: Theresa Civantos Barber, vía Aleteia.
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