La energía femenina busca reciclarse desde la autovaloración, el amor propio falso tildado de egoísmo y la recuperación del placer perdido.
La polaridad es una constante en el mundo, existe el bien y el mal, lo correcto y lo equivocado, arriba y abajo, norte y sur, hombre y mujer, grande y chico, así por el estilo podríamos pensar en un mundo dividido, personalmente creo en un mundo complementario, no puede haber uno sin otro. También creo en que tanto uno como otro es un ser independiente, completo y complejo, esta premisa me hace pensar que en el encuentro de las partes surgirá una tercera enriquecida y capaz de potenciar de manera diferente a las partes.
Desde acá últimamente he comenzado a revisar las polaridades presentes en mi vida, incluyéndome y partiendo de que todos estamos conformados por una energía femenina y masculina, y desde ahí, desde ese trabajo de autoconocimiento íntimo, comparto en este mes mis reflexiones de cómo podemos reconocerla, por qué es importante y cómo nutrirla.
La energía femenina tiene como características: recibir, intuir, fluir, jugar, cuidar, cooperar, crear, comunicar e inspirar. Según el arquetipo que cada mujer viva en su vida su energía femenina se manifestará de maneras diferentes, si en la mujer predomina el arquetipo de la madre, será una mujer constantemente cuidadosa, jugará y protegerá, esto si está en armonía consigo mismo.
Conexión de la energía femenina
La energía femenina se conecta directamente con:
Emociones: cuando estamos sensibles, cuando logramos conectar con nuestros afectos estamos conectados con la energía femenina, nos permitimos sentir y expresar.
Recibir y entregar: cuando pensamos en pares, pareja, familia, cercanía íntima, estamos pensando en recibir y entregar.
Fluir: está en relación a la capacidad de adaptarse, de cambiar de idea, ser espontáneo.
Compartir: el día que no puedes esperar para contar tus logros o tristezas estás fluyendo plenamente en tu energía femenina, compartir lo que se tiene, lo que se vive va del lado de fluir.
Llenarse: colmar el vacío, estás constantemente en falta o tratando de llenar “lo que no tienes” entonces estás completamente conectada con la femineidad.
Es importante tener claro que la energía femenina o masculina puede desbordarse, llevando a los extremos de estas características a quienes no logren el equilibrio o el reconocimiento de cuál es la energía con la que vibran más fácilmente.
Lo que debes practicar
Para propiciar la conexión con tu energía femenina puedes practicar:
Caminar o dar un paseo, darse el tiempo de caminar admirando el entorno.
Escribir, la escritura nos permite entrar en contacto con nuestros afectos, a veces empezar por escribir por “nada” nos puede llevar a una revisión del “todo”
Escuchar música, entrar en contacto con los acordes y las vibraciones de cada instrumento, nuevamente es sentir el vibrato de las cuerdas musicales.
Cocinar, la cocina estimula los sentidos, sobre todo cuando lo hacemos por placer y más cuando la ritualizamos, ponemos todos los ingredientes, dejamos tiempo para oler y probar la mezcla de los ingredientes.
Darte un baño relajante, dejar que el agua te recorra, probar diferentes temperaturas del agua en tu piel, es estimulante para vibrar en femenino.
Danzar, es el acto corporal que refleja el fluir de la energía femenina, es sentir el ritmo de los instrumentos y llevarlo al cuerpo, es un acto sublime, más cuando lo hacemos como si nadie nos mirara.
De acá en adelante querido lector a conectarse con ambas energías, recordando que la parte más placentera es cuando vamos encontrando el equilibrio de cada una en nosotras mismas.
Escrito por: María del Carmen Rodrigo, sicóloga clínica.
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