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Más de un año de pandemia y Ecuador sigue viviendo en medio de una gran incertidumbre. ¿Cómo regresarán los estudiantes a clases?

Antes de la pandemia de la COVID-19, el proceso de enseñanza-aprendizaje permitía construir conceptos y conocimientos nuevos a través de experiencias reales desde las aulas de clase, en donde estudiantes y profesores convivían en armonía.

De pronto, todo se detuvo, se cerraron las aulas de clase, los patios de escuelas y colegios quedaron vacíos, y no se escucharon más voces ni risas. Esta generación empezaba a enfrentarse a una pandemia que, posiblemente, podría ser el reto más grande que haya vivido.

De un momento a otro, el mundo entero se vio obligado a confinarse perentoriamente en sus hogares; un evento sin parangón, del cual solo unos cuantos podrían hacer analogías basadas en recuerdos lacónicos de un pasado remoto.

Así se dio pie al comienzo de las clases virtuales; aquello se prestaba novedoso e inverosímil al darse a gran escala. La tecnología se convirtió en un aliado imprescindible, pero también en una barrera insoslayable para muchos.

Surgió una amalgama de factores y condicionantes que demandó la preparación de profesores, estudiantes, padres de familia y personal administrativo de las instituciones educativas, para hacer frente a este nuevo escenario que subvirtió aquello que conocíamos como «normalidad»; cada uno tuvo que afrontar su realidad y, con empeño, sumarse al esfuerzo conjunto.

 

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Más de un año después

A poco más de un año de iniciada la pandemia, profesores y estudiantes han sobrellevado una metodología de enseñanza a la que solo un puñado había estado acostumbrado, y que ha sido inédita a nivel de educación media y básica. Aquel primer año inició frente a una pantalla con errores y aciertos, con esfuerzo y, a veces, con llantos y risas; generó mucha frustración, sí, pero también resiliencia para menoscabar el cansancio y las complicaciones.

Comenzar el año lectivo 2021 – 2022 sigue siendo un desafío, pues todas las instituciones educativas se preparan para un escenario ambivalente: la transición de vuelta a la presencialidad o continuar con la modalidad virtual. Todo esto sin descuidar el más mínimo detalle en cuanto a infraestructura, medidas de bioseguridad, planificación curricular, etc.

Uno de los puntos más importantes, y que ha requerido de análisis y planificación, es la distribución del horario de clases; para los más pequeños se redujo a actividades cortas, aumentando de forma progresiva la carga horaria, según la edad de los estudiantes, hasta llegar a la jornada completa.

Pero también hay algo importante que fortalecer, equilibrar y restaurar en los estudiantes, independientemente de la modalidad de estudios que llegare a implantarse en este nuevo año lectivo: el aspecto emocional, que es lo que sostiene el bienestar mental del ser humano, que se construye en la primera infancia y que, a medida que la persona crece, se va fortaleciendo. Así, el niño logra convertirse en un adulto socialmente competente y empático.

 

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¿Cómo regresarán los estudiantes a las aulas?

Bajo este contexto, surge hoy la pregunta: ¿cómo regresan mis estudiantes a las aulas de clase? Quienes han permanecido confinados, aprendiendo con una metodología carente de contacto físico y social, podrían presentar ciertos desequilibrios emocionales. Algunos podrían volver a la presencialidad con miedos; otros con desinterés y desmotivación; otros con la ilusión de poner fin al encierro, pero con notorios signos de cansancio emocional.

Por eso, antes de volver a la modalidad presencial, todas las instituciones educativas deberán diseñar un plan de retorno progresivo que, además de incluir los protocolos de bioseguridad, deberá también observar acciones que fortalezcan el aspecto social y emocional de estudiantes y profesores.

De hecho, se debe velar por la preparación y el trabajo en el equilibrio emocional de los profesores antes de retornar a las aulas, para que estos sean capaces de afrontar los desafíos que surgieren de un alumnado de variopintas expectativas y necesidades.

Sin duda alguna, recibir a los estudiantes en este nuevo periodo supondrá un enorme reto para todas las instituciones educativas, pues deberán preparar no solo el plan en mención, sino también estrategias que motiven a los estudiantes a aprender y a convivir con sus compañeros y profesores, como lo hacían antes de la pandemia.

 

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Escrito por: Gladys Lindao, Directora de la Escuela de Educación UEES.

 

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