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Llega a las carteleras ecuatorianas una película muy apropiada a los tiempos que vivimos en Ecuador y el mundo.

El filme ambientado en Roma del siglo I, con el escenario de los primeros cristianos siendo brutalmente perseguidos. Lucas entra clandestinamente a la prisión donde Nerón tiene reo a Pablo, quien comienza a narrar su historia para continuar evangelizando a las futuras generaciones.

Pero curiosamente, cuando le conté a mi hija Valentina de 9 años sobre la película, su primera reacción fue «¿es sobre cómo alguien le cuenta algo a otra persona? La respuesta fácil es sí y eso -sin duda- no suena muy atractivo, pero el director se las ingenió para circular historias paralelas que van elevando el ritmo de la película, del plano del diálogo al del suspenso y el drama.

Historias que cautivan

Andrew Hyatt es conocido por su producción anterior, Llena de Gracia (2015), sobre los últimos días de la Virgen María y su aporte a la construcción de la Iglesia. Ambas películas comparten guiones de diálogos extensos y poca acción, aunque ‘Pablo’, contiene escenas impactantes y están más musicalizada. No deja de ser, empero, un filme que empieza enfocado en la transmisión oral de un relato, por lo que el diálogo ocupa necesariamente la mayor parte de su primera mitad. Entonces se da la crisis, las historias se entrelazan y la audiencia queda al borde del asiento.

Somos más que espectadores de hechos y conversaciones históricas, pues, la película nos invita a participar del proceso de conversión de Saulo de Tarso y comprender el camino que todo cristiano debe recorrer. La fidelidad del guion y los personajes a las Escrituras y la Tradición, le dan peso y coherencia al filme, que no deja de introducir una historia personal y emotiva, con la que todos podemos identificarnos.

La mujer en la iglesia

Hyatt también da justo protagonismo a varias mujeres, particularmente a Priscila, personaje bíblico, cuidadosamente retratado para recordarnos la indudable importancia de la mujer en la Historia de la Salvación y la vida de la Iglesia. Pero no cae en la trampa de presentar al personaje como una heroína infalible que prescinde de todo hombre a su alrededor, como pretendió el director de ‘María Magdalena’, también en cartelera. Esa otra película no solo se desvía de las Escrituras, sino que peligrosamente inventa una historia que complace a la actual corriente ‘feminista’ y atenta contra la Fe.

‘Pablo Apóstol de Cristo’, es una obra para el público católico y cristiano en general, que ve hoy en tendencias ideológicas, puestas en escena, leyes y códigos, un nuevo tipo de persecución. El nuevo imperio tiene muchas caras, pero un mismo propósito, por lo que es oportuno acudir a la fuente y experimentar, de mano de los primeros cristianos, cómo unir su sufrimiento al del Cristo que no han visto, pero que en sus obispos les da consuelo, luz y las Gracias de los Sacramentos.

Por: Pablo Moysam

Miembro del Frente Nacional por la Familia

pablo.moysam@gmail.com

 

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