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Uno de los problemas más grandes que tenemos las personas es ser intolerantes y críticos con aquellos que piensan diferente.

Debemos empezar aceptando que todos tenemos diferentes maneras de pensar, porque la historia y la experiencia de cada uno de nosotros es única e irrepetible; si partimos de esta premisa, estaremos más dispuestos a escuchar y a comprender que la comunicación se basa en establecer un diálogo e intercambio de experiencias y visiones de la vida para poder entendernos y aceptarnos de una mejor manera.

 

 

Tolerancia y respeto

En esto consiste la comunicación. Entonces, es indispensable ser tolerantes y muy respetuosos con los demás, pues todos tenemos pensamientos y creencias distintas.

Con algunas personas tenemos más afinidad y coincidencia, comulgamos y compartimos nuestras visiones de la vida y eso facilita mucho a que la aceptación fluya de una manera positiva. El problema surge cuando te encuentras con personas que no piensan como tú; es ahí donde surge la principal dificultad que hay que afrontar.

Lo primero que debemos hacer es no molestarnos por ello, no considerar que es una afrenta o desafío personal. Simplemente piensa de distinta manera y hay que aceptarlo tal y como es.

La buena comunicación

No debemos tener reacciones de ira, frustración o rechazo. Esto es sumamente importante. Tampoco criticar, devaluar o rechazar a los que no piensan como tú. Todo esto es parte del ejercicio indispensable para lograr una buena comunicación con quien sea.

El diálogo con las personas que piensan diferente no es una invitación a tratarlos de convencer de que están equivocados o de que tú si tienes la razón, tratando de demostrar que estás en lo correcto.

Que eso es lo que sucede habitualmente en las discusiones de pareja o en los equipos de trabajo: suele haber alguien que cree que tiene la razón, y que los demás no entienden y están equivocados, por lo que hay que convencerlos de su ceguera para que vean las cosas como esa persona quiere verlas.

Un auténtico diálogo se mantiene cuando cada quien respeta la opinión del otro y no la trata de cambiar, sino que busca comprenderla en lugar de enfrentarse y acabar en una lucha de poder (que por lo regular termina en una discusión, con ofensas e insultos, o hasta en una franca ruptura).

Así que si quieres dar un paso adelante en tu capacidad de comunicación necesitas partir del respeto, a sabiendas de que todos pensamos de diferente manera, y que más bien, se trata de escuchar y aprender, no imponer o a tratar de convencer y, tal vez, coincidir en algunas ideas o llegar a ciertos acuerdos.

 

 

El diálogo es fundamental para el ecumenismo

Durante el pontificado del Papa Francisco se ha puesto mayor énfasis en el dialogo interreligioso debido a la importancia que tiene establecer puntos de acuerdo y no conflictos por las diferencias entre las diversas confesiones. Tal y como ha sucedido tanto en la historia de la humanidad.

En vez de establecer un diálogo y convivencia pacífica, por la fe y las creencias en las que coincidimos, nos hemos estado peleando por las cosas en las que disentimos.

Recientemente el pastor Marcelo Figueroa público su libro La diversidad reconciliada. Figueroa es pastor de la Iglesia presbiteriana en Argentina y ha sido amigo personal del Papa Francisco. En su libro, el pastor enfatiza que: «En el diálogo entre personas de diferentes confesiones, es fundamental que cada individuo mantenga su identidad sin diluirse o perder su singularidad. El verdadero diálogo entre religiones ocurre cuando ambas partes mantienen su identidad y buscan puntos de encuentro en lugar de enfrentarse».

Lo que implica que el ecumenismo se basa en dejarte ser y creer en lo que ya eres, sin que traten de cambiar tus ideas. Que respetes la identidad del otro y no intentes convencerlos de nada. Lo mismo que hemos de hacer con la pareja o los hijos.

La escucha activa y comprensiva

El pastor insiste en la importancia que tiene la escucha activa y comprensiva, pues lo que se trata, por medio del dialogo interreligioso, es realmente entender la perspectiva y la forma de ver el mundo de los demás. Cuando se tiene el afán de imponer las propias creencias es muy fácil caer en la violencia.

En realidad, buscamos la unidad entre diferentes maneras de pensar y, así, aumentar la comprensión y la convivencia sana entre diversas confesiones.

Si logramos respetar la diversidad de las formas de entender la vida, incluidas las religiones, estamos dando un paso importante en alcanzar la paz mundial. De aquí la importancia de que hoy mismo comiences por respetar a todos los seres queridos que piensan distinto a ti, en especial a los que tienen otras creencias.

 

 

Escrito por: Guillermo Dellamary, vía Aleteia.

 

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