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La Perla del Pacífico tiene su encanto en cada rincón y en cada bocado.

Los guayaquileños somos conocidos por ser alegres, hospitalarios, divertidos, y además porque nos gusta comer bien. Como dirían de forma muy coloquial, somos “buen diente”. Por ello, tenemos nuestros propios platos típicos, que, para ser sinceros, nos representan magníficamente. Estos son una mezcla perfecta, porque gozamos de la materia prima que nos da nuestra tierra, y a quienes la transforman, dándoles la sazón y el sabor “guayaco”.

En Guayaquil di mi primer grito, en Guayaquil crecí y en Guayaquil he saboreado los más exquisitos manjares y como buena guayaquileña tengo un ranking de la gastronomía de mi ciudad que a continuación detallo.

Arroz con menestra de frejol y …

En otros países (y para muchos nutricionistas), puede ser descabellado comer dos tipos de carbohidrato en un mismo plato, pero para los guayaquileños no. Ver una porción de menestra sin arroz, no es “comida”. A esto le sumamos un filete de carne o pollo asado, aunque hay quienes lo prefieren con chuleta. ¿Y qué pasa si le aumentamos unos patacones? Es la gloria. Este platillo, sin duda, marca una tradición en los hogares de nuestra ciudad.

Encebollado de pescado

Este plato emblemático es el rey. Por varios años ha sido considerado como la insignia guayaquileña. Cualquier turista que visite nuestra ciudad, no puede irse sin haber degustado la famosa sopa de pescado albacora, que también contiene cebolla, yuca, culantro, limón y, por supuesto, el clásico acompañante: chifles y/o pan. Detrás del encebollado existen varias historias y recetas porque, aunque su sabor es inconfundible, la forma de prepararlo es variada.

Guatita

¿Qué tal si te ofrecen un plato de mondongo de res? No suena tan seductor ¿no? Por eso, los guayaquileños tenemos un don para poner nombres llamativos a casi todo. Este es el caso de la guatita, un preparado de mondongo de res pero que su principal sabor y gusto se basa en su forma de cocinarlo (que previamente ha sido minuciosamente limpiado), y en las especies y el maní que lleva. Como casi todo plato guayaquileño se le suma arroz y un refrescante jugo de naranjilla.

Caldo de salchicha

La primera impresión de este plato puede que no sea la mejor, pero al primer bocado todo cambia. Esa explosión de sabores, entre el cerdo, verde, aliño criollo y el arroz, mezclados en una sopa, hacen del caldo de salchicha uno de los favoritos entre los guayaquileños. Su historia se remonta desde los españoles quienes fueron los que trajeron el cerdo a nuestras tierras. Luego fue considerado un platillo con el cual se rendía honores a los bomberos. Actualmente, no es necesario tener dicha profesión para deleitarse con este manjar.

Cangrejos criollos

Comer este platillo es un arte, y si naciste en Guayaquil tienes que saber cómo hacerlo. Asimismo, se ha convertido en una tradición saborear estos crustáceos y por esta razón existen innumerables cangrejales en distintas zonas de la ciudad. Para la preparación de los cangrejos lo esencial es cebolla, cilantro, comino, orégano, pimienta y ajo. Y para comerlos: ganas, hambre, un martillito, buena dentadura y paciencia. Este es el momento perfecto para compartir en familia al son del martilleo.

Estoy consciente que la lista puede ser eterna, y que faltan platos como: el sánduche de chancho, empanadas de viento, chuzos, moros, bolón, seco de pollo, etc. Y es que entre las delicias mencionadas y otras que se me escapan, podemos considerarlas como símbolos que, aunque no se ven en los libros, constituyen nuestra identidad guayaquileña.

Por Ma. Alejandra Granja Jijón
Lcda. en Periodismo Internacional
Máster en Dirección de Comunicación Corporativa

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