En la actual sociedad en la que vivimos hablar de intimidad es algo común, pero hablar de ella sin sexo es incomprensible.
El significado de intimidad, como el de muchas otras palabras, ha sido fuertemente distorsionado. En este mundo innegablemente hipersexualizado, hablar de intimidad es hablar de sexo y no de la dimensión interior en la que nos relacionamos de forma profunda con otros.
El gran riesgo de tener esta “definición” de intimidad, es cómo nos aproximamos a ella con nuestra pareja. Sabemos que una relación entre dos personas es mucho más que solo la dimensión física. Somos seres integrales: cuerpo, mente y espíritu. Todas estas realidades están fuerte e inseparablemente integradas, al punto que, sostener una relación donde neguemos cualquiera de ellas, no solo no será plenificante, sino que será, en esencia, deshumanizante.
Y la realidad es que el sexo, aunque constituye la expresión más perfecta del amor conyugal, donde está involucrada y entregada totalmente nuestra unidad bio-psico-espiritual, no siempre es una posibilidad dentro del matrimonio. Por ejemplo: el puerperio, más conocido como el posparto, durante el cual se recomienda un período de abstinencia entre 4 y 6 semanas, para evitar una posible infección en la madre.
Entonces, ¿se acabó la intimidad? ¿Es posible estar activamente cerca de mi cónyuge si el sexo no está dentro de las opciones? ¡Claro que sí! Porque la intimidad está mucho más relacionada a un aspecto interior, ayudado por lo exterior, donde se desarrolla y fortalece la relación con mi pareja. Aquí les dejamos 3 formas muy concretas y fáciles para que crezcan en intimidad.
Besos, abrazos y caricias (físico)
Hay un motivo por el cual besar, abrazar y acariciar te hace sentir más cerca y enamorado de tu pareja y se llama: oxitocina, también llamada la hormona del amor. Pero hay un detalle con esta hormona: es tímida. Así que necesita un ambiente de seguridad y un plazo largo de tiempo para “entrar en confianza” y salir. Por eso, la evidencia científica demuestra que los abrazos que generan bienestar son aquellos que duran entre 5-10 segundos (si duran 20 segundos, excelente).
En general, con estas demostraciones de afecto hay que ser muy intencionales. Besar con intención y hacerlo bien; es decir, estar presente en ese beso. Igual con los abrazos y otro tipo de caricias románticas. La cercanía que generan los besos y abrazos largos es única.
Así que, esposos, los retamos a tener una buena sesión de abrazos y besos cada noche, antes de acostarse, por al menos 5 minutos. Es muy valioso aprender que estas muestras de afecto no siempre nos “tienen que” llevar al sexo y así poder disfrutarlas y quererlas por sí mismas. Háganlo y verán cómo su intimidad se verá beneficiada y se sentirán, innegablemente, más cerca uno del otro.
Conversaciones profundas (mental)
Nada enamora tanto como una buena conversación, de esas en las que pierdes conciencia de la hora y se pierden entre tantos temas paralelos y chistes internos. Pues, ¡hay que darle espacio a estos momentos! Con la vida tan acelerada, los trabajos y hasta con los hijos, es probable que sintamos que no tenemos tiempo para nada; sin embargo, hay que priorizar el tiempo de calidad con nuestro cónyuge.
En estos momentos podemos repasar sobre cómo nos venimos sintiendo estas semanas, qué nos está costando personalmente, qué sueños tenemos, qué queremos lograr juntos y hasta qué nuevos lugares queremos conocer. Dedíquense a soñar juntos y trazar planes para lograrlos. Sobre todo, busquen hacer reír a su pareja.
Oración (espiritual)
El espíritu también reclama intimidad con nuestro cónyuge. Es importante compartir esta sed de Dios como esposos y buscarlo juntos. Recordemos que el matrimonio es de a tres y esa tercera Persona también necesita tiempo de calidad. Seamos fieles con el inmenso e inmerecido amor que nos tiene Dios. Cada matrimonio encontrará una forma de orar juntos: al inicio o al final del día, haciendo lectio divina, yendo a ver al Santísimo juntos, alabando, etc.
Las formas de orar seguro variarán de casa en casa, pero no olvidemos este tiempo juntos para crecer en nuestro amor, fortalecer la relación y pedir por las gracias necesarias para ser cada día mejores esposos.
En general, creemos que debemos ser intencionales con la búsqueda de espacios que promuevan la intimidad esponsal. Esta cercanía se logra con más que solo sexo y definitivamente los hará más felices. Ya nos cuentan después de esos besos.
Escrito por: Pía & Jorge, vía amafuerte.com
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