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A casi un año de su inauguración el Refugio Espíritu Santo ha logrado reinsertar a 9 personas sin hogar.

RESA (Refugio del Espíritu Santo) es una iniciativa de Cáritas de la Arquidiócesis de Guayaquil, liderado por empresarios católicos y laicos comprometidos en el que participan un grupo de voluntarios y personal administrativo contratado.

Siguiendo la iniciativa del Papa

El 11 de septiembre del 2017 inauguró RESA, así como el papa Francisco puso el ejemplo, por el año de la Misericordia, colocando albergues en Plaza de San Pablo, en Guayaquil, empresarios de ACE junto a la Arquidiócesis de Guayaquil decidieron ponerlo en práctica en nuestra ciudad. Si bien RESA no es un albergue, sí se ha establecido como un refugio para las personas en situación de calle.

Ney Galecio, coordinador administrativo del refugio comenta que cerca del año aún están en una “curva de aprendizaje”, añade, “somos un proyecto que se está haciendo al andar, a nivel local no hay otro referente y por eso es ambicioso lo que persigue el refugio”.

Una ardua labor

Actualmente el refugio cuenta con 22 personas en situación de calle de las cuales, 18 son varones y 4 mujeres. Quienes ingresan reciben una atención es biopsicoespiritual, que consiste en:

  • Biológico y de alimentación: tres comidas diarias: desayuno, almuerzo y refrigerio; baterías sanitarias perfectamente habilitadas y dispensario médico para atención para mejorar su calidad de vida.
  • Psicológico: Terapia individual y grupal para que las personas comenten qué los llevo a la calle y puedan recuperar su dignidad humana, autoestima, ese “yo valgo”.
  • Acompañamiento espiritual: proporcionado por las Hermanas de la Caridad, una vez a la semana reciben doctrina, lectura de la Biblia, lo que los acerca a la práctica católica con el fin de darles esperanza.
  • Talleres de emprendimiento: se les brindan herramientas para hacer labores y vender. En la medida que ellos empiezan a producir algo, ganan autoestima y valor como parte de la sociedad.

Revocar los estigmas sociales

Generalmente se cree que una persona termina en situación de calle por una mala situación económica, pero no necesariamente es así. La investigación realizada dentro del refugio demuestra que la gran mayoría de los casos suceden por violencia intrafamiliar, de pareja, maltrato físico, psicológico o a su intimidad. Por esta razón, es importante trabajar desde lo biopsicoespiritual, entendiendo la reinserción social como:

• Familiar que reingrese a su núcleo familiar y retome contacto con ellos.
• Laboral productivo que sea en relación de dependencia o como auto emprendimiento, para aproyar su situación económica.

Este es un proceso integral para que las personas, como el ave fénix recojan sus cenizas y resurjan.

Un granito de arena

Aunque la capacidad instalada del refugio es para 60 personas, se trabaja al 30% por restricciones presupuestarias y de voluntarios. Es por esto, que quienes conforman RESA hacen un llamado a  las personas que tengan predisposición de ayuda social, quienes crean que pueden y quieran ayudar a estas personas. Ante esto lo más importante es que estén dispuestos a compartir sus conocimientos, ya sea en la realización de una actividad manual o impartiendo talleres; solo se necesita de una a dos horas algunos días  de la semana y sobre todo ¡ganas de ayudar!

Por Carol Arosemena A.
Máster en Comunicación y Educación.

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