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Tuvieron una relación bonita pero se acabó. Seguiste con tu vida y ya hay tranquilidad. De repente, regresa tu expareja. ¿Qué debes hacer?

¿Qué actitud tomar cuando te busca una expareja? Cuando alguien se marcha de nuestra vida, especialmente tras un noviazgo, sabemos que, de una forma u otra, fuimos marcados por esa persona.

A pesar de todos los sentimientos y experiencias vividas, cuando las actitudes y los objetivos comunes no se alcanzan, se opta por terminar con la relación; y suele ser habitual que después de romperse un noviazgo que duró algún tiempo, el o la ex, quiera volver.

 

 

¿Amor reciclado?

Es el momento en el que él (ella) se presente queriendo reavivar las «cenizas» de ese amor apagado e intente convencer al otro de que ahora todo será diferente.

Casi con una actitud desesperada, la expareja sale a cazar a su antigua novia (o novio) con gestos que, tal vez, ni siquiera eran habituales en la relación anterior, cuando se decía tan enamorado (a).

Así, insiste en hablar por teléfono, envía mensajes, manda flores o regalos… Puede también intentar forzar un encuentro en los recorridos que la otra persona tiene costumbre de hacer o «congestionar» sus redes sociales. Todo es válido en el intento de reconquista.

¿Qué hacer? ¿Cómo actuar?

Sin cuestionar la eficacia o las tácticas de abordaje, reanudar una antigua relación exige mucha más prudencia por parte de la persona que fue dejada.

Si aún sientes cierto cariño por tu ex, lo más seguro es que recontactar con esa persona haga que se confundan tus sentimiento. Ciertamente, la razón podría quedar anestesiada con la posibilidad de revivir el romance.

Reanudar una relación que no tuvo un final feliz en un primer momento exigirá una atención especial, pues nadie la termina sin motivos. Algo justificó la actitud de quien decidió terminar el compromiso.

Por eso, antes de revivir una relación de «segunda vuelta» es importante aplicar ciertas precauciones.

Sean sinceros

Conviene aclarar abiertamente cuáles fueron los motivos que provocaron la ruptura y qué lecciones se aprendieron a partir de aquella experiencia. Conviene también analizar qué es lo que va a ser diferente esta vez.

Esas son algunas de las preguntas que necesitan hacerse y responderse de manera satisfactoria. Además es fundamental conocer las razones por las que él (o ella) quiere volver. Porque, muchas veces, las ventajas, facilidades, intimidades e incluso el consuelo proporcionado por la relación vivida, pueden ser los motivos que le llevaron a querer volver, y no el sentimiento y el compromiso de querer construir algo duradero.

Necesitamos tener una relación sólida

Una relación en la que las crisis, los desencuentros y las carencias no se trabajan ni se solucionan plenamente, se puede transformar en un eterno “va-y-ven”, en el que uno acaba siendo solo un instrumento en las manos del otro. De manera que el sentido, el objetivo y los propósitos de la relación se acaban perdiendo.

Está claro que aprendemos de nuestros errores y que en algunas ocasiones podemos haber tomado actitudes precipitadas y equivocadas. Pero, antes de que el síntoma de la “ceguera pasional” eclipse a la inteligencia y el sentido común de la pareja, hay que recordar todos los momentos vividos.

Y, si aún así se quiere dar una segunda oportunidad, es necesario que ambos demuestren signos de madurez, sobre lo que realmente esperan al volver a retomar la relación, estableciendo los nuevos objetivos para que esta vez sea diferente a la anterior.

 

 

Fuente: Cançao Nova, vía Aleteia.

 

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