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Alergias en verano: ¿Cuáles son las más comunes y cómo tratarlas? Esta información puede ser de gran ayuda para ti y tu familia.

Con la llegada del verano, los cambios en el ambiente, el incremento de la fase de polinización, así como la exposición al sol y a ciertos alérgenos que circulan en el aire, pueden ocasionar reacciones en el organismo ya sea a nivel interno o externo, provocando diferentes tipos de alergias.

Entre las alergias más comunes de la temporada se encuentran la rinitis, debido al contacto con agentes sensibilizantes como el polvo, el polen y los ácaros; las irritaciones o reacciones cutáneas por la exposición al sol o a picaduras de insectos; y, las alergias alimentarias, principalmente cuando se viaja a otras regiones a las que normalmente la persona no está acostumbrada.

Para conocer más detalles acerca de estas alergias, así como los cuidados especiales que se deben tener en esta época, compartimos información ampliada en torno al tema.

 

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Tipos de alergias más comunes en verano

Sobre los tipos de alergias más comunes en la estación veraniega:

Alergias que afectan al sistema respiratorio

Afecciones como la rinitis alérgica, caracterizada por la inflamación de la mucosa nasal, se presentan de forma estacional en algunas personas, debido a que se elevan los niveles de polen en el ambiente. A esto se suma la presencia de ácaros, polvo, pelos de mascota, etc.

Algunos de los síntomas de la rinitis alérgica son estornudos continuos, picazón en la zona de la nariz, ojos llorosos, secreción abundante de mucosidad y congestión nasal.

Alergias en la piel por la exposición directa al sol

La intensidad de la radiación solar se eleva en gran medida en los meses de julio y agosto. Además, la exposición directa al sol puede ocasionar reacciones alérgicas, principalmente en los sitios de pliegue, donde se presentan erupciones y resequedad.

Son más propensos a sufrir de estas alergias, los pacientes atópicos, es decir, quienes ya presentan previamente una alergia o hipersensibilidad al ambiente. En ellos se produce una exacerbación de su patología en forma de lesiones en la piel, similares a un parche de color rojo y con resequedad.

Otros factores que pueden agravar la sintomatología, principalmente si se viaja a la Costa, son: la sequedad del aire acondicionado, el contacto con el cloro de las piscinas y la arena.

Alergias por picaduras de insectos

En esta época del año es frecuente la picadura de mosquitos, abejas, hormigas y otros, en especial si se vacaciona en zonas donde hay una mayor presencia de estos insectos.

Si la reacción es leve, con síntomas como ardor y pequeñas inflamaciones, se puede administrar un antihistamínico (antialérgico) que proporcionará alivio. Sin embargo, si la situación es muy severa y llega a desencadenar anafilaxia, una reacción que se caracteriza por la dificultad respiratoria, el brote de ronchas en el cuerpo, la hinchazón de la cara, vómito y otros síntomas, se debe buscar atención médica inmediata.

Alergias por ingesta de alimentos

Al vacacionar fuera de casa, es normal que los hábitos alimenticios se modifiquen, lo cual puede ocasionar alguna reacción a nivel intestinal. Esto no significa que la comida que se ingiere sea mala sino que la flora intestinal responde de forma diferente hasta que se acomode a la nueva alimentación y, en ese lapso de tiempo, puede presentarse la diarrea de viajero o un evento alérgico de tipo alimentario.

Aunque no es preciso saber qué alimentos causan alergia a una persona, hasta que se expone a ellos, los más comunes en estos casos son el maní, los mariscos, los lácteos u otras comidas procesadas.

 

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Prevención y tratamiento

Sobre la prevención y tratamiento:

Si la persona conoce o sospecha que es alérgica a algún factor del ambiente, comida u otros, debe tomar las debidas precauciones antes de salir de viaje, visitar a su médico para recibir las indicaciones respectivas y llevar la medicación que sea necesaria.

El uso de protector solar y evitar la exposición al sol en las horas de mayor radiación (entre las 11h00 y las 16h00) ayudará a cuidar la piel y prevenir daños cutáneos.

Es importante limpiar los espacios en donde se va a vacacionar, para contrarrestar la presencia de ácaros y otras partículas que pueden ocasionar alergias. Al hacerlo, se debe usar un tapabocas.

De preferencia, se debe disminuir las actividades al aire libre durante la mañana ya que existe una mayor presencia de ácaros en el aire.

El aseo inmediato luego de usar piscinas o estar en el mar es fundamental.

En el caso de que se presenten los síntomas de una alergia de forma más severa, lo recomendable es no automedicarse y acudir al médico de inmediato. Si esto no es posible, administrar un antialérgico ayudará a prevenir un problema mayor. Si la zona de la piel está muy roja, hay fiebre y malestar o se presentan dificultades para respirar, lo mejor será acudir al hospital.

 

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Cuidados especiales para los niños

Sobre los cuidados especiales para los niños:

Muchas veces, los más pequeños del hogar son los más susceptibles a las alergias de verano. Así, además de los tipos de alergias ya señaladas, una de las afecciones más comunes que pueden presentar los niños es la provocada por hongos.

En muchas ocasiones, al jugar fuera de casa pueden exponerse a aguas contaminadas o estar por largos períodos de tiempo en el césped, donde pueden adquirir hongos y desencadenar enfermedades no solo micóticas sino alérgicas.

Otra enfermedad dérmica que puede simular una alergia es la foliculitis, debido a la invasión de bacterias propias de las piscinas. Estas ingresan por los folículos de la piel, infectan al niño y pueden producir picor, molestia en el sitio y en algunos casos fiebre y malestar general.

En esta época de vacaciones, se recomienda que los padres tengan especial cuidado con sus hijos ante los síntomas que puedan presentar, para brindar la atención necesaria. Si el niño ya tiene una alergia diagnosticada, es indispensable evitar la exposición al alérgeno y comunicar a toda la familia de la situación para estar alertas.

En estos casos, solo se debe administrar la medicación que el pediatra recomendó, teniendo en cuenta la dosis y la frecuencia de la misma. Si el niño no es alérgico diagnosticado, se debe tener en cuenta las medidas generales de cuidado y prevención como el uso de repelente para mosquitos, protector solar y mucha atención al ingresar a piscinas, lagos o ríos con aguas contaminadas.

 

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Fuente: Dr. Gregory Celis, Director Médico de Laboratorios Bagó.

 

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