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Conoce de qué se trata el quiet quitting, cómo se muestra y medidas para evitarlo en el ambiente laboral.

El «quiet quitting», traducido como «la renuncia silenciosa» en español, cada vez tiene más peso en el mercado laboral. Se trata de una actitud que presentan algunos trabajadores, que viene marcada por la postura de no hacer ningún esfuerzo ni trabajo extra más allá de lo que marca su contrato.

Muchos de los trabajadores comienzan con ganas en su nuevo puesto de trabajo, pero paulatinamente van perdiendo interés por diversas razones, entre las que se encuentra la falta de motivación, la desilusión ante las tareas que hay que realizar, una fuerte carga de estrés en su jornada laboral o descontento con su sueldo. En este tipo de trabajadores, el «quiet quitting» es más común.

 

 

¿Qué es el «quiet quitting»?

No hay que asociar el «quiet quitting» con trabajadores que se escaquean o no afrontan las tareas que les corresponden. Frente a este tipo de empleados, también encontramos a profesionales que cumplen sus funciones y trabajan las horas establecidas en su contrato, pero sin sobrepasarlas ni afrontar otras tareas que las estipuladas.

Habitualmente, quienes practican el «quiet quitting» son trabajadores que no se sienten especialmente comprometidos con la empresa que los ha contratado. También se da entre personas que valoran mucho su salud mental y su vida personal y no quieren sacrificarla con tal de ascender en su empresa, o simplemente entre trabajadores que no están motivados en su puesto de trabajo y argumentan que «trabajan para vivir y no viven para trabajar».

 

 

Rasgos del «quiet quitting»

Los trabajadores que practican el «quiet quitting» suelen mostrar una serie de rasgos comunes, si bien pueden variar ligeramente de unos a otros empleados. Estas son algunas de las características más repetidas en este tipo de profesionales:

Desinterés progresivo

Muchos de los trabajadores que practican el «quiet quitting» presentan una pérdida creciente de interés por su trabajo y sus responsabilidades, mostrándose menos motivados a la hora de realizar sus tareas, participar en proyectos o contribuir de manera significativa al equipo.

Distanciamiento social

Estos trabajadores tienden a distanciarse de sus compañeros y superiores. Pueden evitar interacciones sociales en el lugar de trabajo, limitando sus conversaciones a lo estrictamente necesario y mostrando una actitud reservada o distante hacia los demás.

Disminución en la productividad

Una señal que puede despertar sospechas es una disminución notable en la productividad y la calidad del trabajo. Los empleados comienzan a realizar lo mínimo necesario para mantener su empleo, pero ya no muestran el mismo nivel de compromiso o dedicación en sus tareas diarias.

Falta de iniciativa

Pérdida de interés en la búsqueda de nuevas oportunidades dentro de la empresa o en la resolución de problemas del día a día en su puesto de trabajo. Evitan asumir responsabilidades adicionales y muestran una actitud pasiva.

Evitación de conflictos

En lugar de expresar abiertamente su insatisfacción o el deseo de dejar la empresa, estos profesionales tienden a evitar conflictos o confrontaciones directas con sus superiores. Optan por retirarse de situaciones comprometidas en lugar de abordarlas de manera activa y constructiva.

Falta de compromiso

Los trabajadores que practican el «quiet quitting» muestran una falta de compromiso con el éxito y el futuro de la empresa, y carecen de interés respecto a los objetivos de la organización.

Poca interacción

Otra señal de «quiet quitting» es una escasa participación en reuniones, eventos de la empresa o actividades de equipo. Los empleados que tienen esta actitud evitan contribuir con ideas o comentarios constructivos, y prefieren permanecer en un segundo plano, con un perfil bajo.

Absentismo en aumento

A medida que se desvinculan emocionalmente de su trabajo, estos empleados pueden comenzar a faltar más al trabajo sin razones justificadas. También puede ocurrir que los trabajadores se encuentran presentes en su puesto físicamente, pero desconectados emocionalmente.

Comunicación no verbal negativa

Los empleados descuidan su aspecto, mostrando falta de interés en mantener una imagen profesional en el lugar de trabajo. De igual manera, pueden comenzar a tener gestos de desdén, falta de contacto visual o una postura corporal cerrada.

Poco interés en el desarrollo profesional

Disminución en su interés por el desarrollo profesional y el crecimiento dentro de la organización. El «quiet quitting» se manifiesta en un desinterés a la hora de participar en programas de capacitación o desarrollo profesional, lo que indicaría una falta de compromiso a largo plazo con la empresa.

 

 

¿Cómo reducir o evitarlo?

Reducir o evitar el «quiet quitting» en una empresa requiere un enfoque proactivo por parte del empleador, que aborde las causas subyacentes.

Estas son algunas estrategias que las empresas pueden implementar para motivar y retener a sus empleados:

Fomentar una comunicación abierta

Promover un ambiente donde los empleados se sientan cómodos expresando sus preocupaciones y opiniones a través de diferentes canales de comunicación.

Realizar encuestas de satisfacción laboral

Se pueden llevar a cabo encuestas anónimas de satisfacción laboral, lo que proporcionará información sobre el estado de ánimo y la percepción que tienen los empleados de la empresa. Estas encuestas pueden identificar áreas de mejora y ayudar a abordar problemas antes de que aparezcan.

Ofrecer oportunidades de desarrollo profesional

Brindar oportunidades para el crecimiento y desarrollo profesional puede aumentar la satisfacción y el compromiso de los empleados. Esto incluye programas de capacitación, asignación de retos que supongan un desafío a las posibilidades del trabajador y posibilidades de promoción interna.

Crear un buen ambiente de trabajo

Fomentar un ambiente de trabajo positivo y colaborativo aumenta el sentido de pertenencia y conexión de los empleados con la empresa. Esto puede lograrse a través de eventos sociales, reconocimiento del buen trabajo realizado y celebración tanto de los logros individuales como los del equipo.

Fomentar la conciliación

Promover un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal puede ayudar a prevenir el agotamiento y la desmotivación entre los empleados. Entre otras políticas, se puede ofrecer flexibilidad en los horarios de trabajo, días libres adicionales y otras iniciativas relacionadas con el bienestar físico y emocional del trabajador.

Facilitar la movilidad interna

Con el fin de retener talento, las compañías pueden optar por ofrecer oportunidades para la movilidad interna dentro de la empresa, con el fin de que el trabajador pueda explorar otros roles, y siempre con un sueldo acorde a las funciones realizadas.

Planes de desarrollo individualizados

Desarrollar planes personalizados para el crecimiento profesional de cada empleado, basados en objetivos específicos y medibles, suele ofrecer excelentes resultados.

Incentivar la participación en proyectos de interés

Al asignar a los empleados proyectos que se alineen con sus intereses y habilidades, se promueve su compromiso con el trabajo y la empresa.

Establecer objetivos claros y realistas

Asegurarse de que los trabajadores comprendan claramente lo que se espera de ellos y que cuenten con los recursos necesarios para alcanzar esos objetivos.

Crear un entorno de trabajo colaborativo

Fomentar la colaboración y el trabajo en equipo entre los empleados promueve el sentido de pertenencia y conexión con la empresa.

 

 

Fuente: Ringover.es

 

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