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Uno de tus deberes como padre es ayudar a tu hijo a descubrir sus habilidades sociales, lo cual lo ayudará a futuro a ser parte círculos sociales correctos.

Una de las piedras angulares para que el ser humano se sienta en armonía, es tener un buen entorno social. Al ser entes sociales, necesitamos a los demás para vivir una vida plena y emocionalmente sana.

En nuestros hijos, esta búsqueda de un círculo social o grupo al cual pertenecer, se presencia cuando frecuentan grupos de amigos afines a sus gustos siendo este un espacio de intercambio de preferencias en retorno a ser aceptados.

 

 

¿Cómo pueden ayudar los padres?

Una de las grandes habilidades que podemos desarrollar los padres es aprender a observar sin juzgar, sobre todo porque no tenemos que tener los mismos gustos que nuestros hijos, lo que muchos lo ven como negativo, pero no tomamos en cuenta que pueden tener habilidades que nosotros nunca desarrollamos o de las que carecemos.

Observemos sin juicio, esto nos permitiría identificar la personalidad de nuestros hijos e identificar minuciosamente qué le atrae, qué no le gusta, cuáles son sus temas de conversación, a qué dedica sus tiempos libres, etc. Aunque lleve un tiempo, esta observación nos permitirá empezar a conocer a fondo a nuestros hijos. Una forma de hacerlo es llevar un diario para apuntar día a día los gustos y actividades que realizan por sí mismos. Al final de cada semana descubrirán que han aprendido algo nuevo de sus hijos.

 

 

Motivarlos a círculos sociales correctos

Una vez que profundizamos en sus intereses, lo siguiente es ayudarlos a aceptarse, resaltar sus fortalezas, motivarlos a que busquen círculos sociales o actividades alineados con aquello.

Si hablamos de habilidades sociales que podemos enseñar a nuestros hijos tomemos en cuenta las siguientes:

  • Empatía: Entender las emociones y pensamientos de otras personas.
  • Asertividad: Saber expresar nuestro punto de vista u opiniones, siempre respetando las de los demás.
  • Escucha activa: Es decir, no solamente oír, sino escuchar con todos los sentidos y con atención plena.
  • Capacidad de negociación: Para saber gestionar conflictos innecesarios.
  • Respeto: Para que la otra persona se sienta en consideración.

La familia es la primera fuente de interacción social, por tal razón es importante para desarrollar estas habilidades sociales en nuestros hijos, y también nosotros trabajarlas. Ellos aprenden y absorben nuestros hábitos y comportamiento, por lo que la aceptación del entorno familiar es de vital importancia, puesto que esa emoción les permitirá tener mayor confianza en sí mismos, replantearse sus principios y valores para consolidarlos. Por otro lado, serán más empáticos con su medio y tolerantes con el mismo.

Invitemos, al niño o joven, a tener vínculos sociales, no solo dentro de un aula escolar, sino también en otros contextos donde pueda realizar actividades de su interés y pueda participar con personas que compartan algún gusto en especial. Con el inicio de clases, viene una carga emocional para quienes conforman la familia, por ende, es importante propiciar espacios de sano esparcimiento que permitan fortalecer aquellos vínculos socio-emocionales, liberar tensiones, relajar la mente y mantener en un momento presente.

 

 

Escrito por: Andrés Borbor C.
Psicólogo general
www.MasVidasPositivas.com

 

 

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