«Ayúdame, Jesús»… es la oración de súplica que podemos hacer a Dios, para que Él en medio del dolor y temor nos cuide y fortalezca.
¡Ayúdame, Jesús! Cuántas veces ese grito desesperado ha salido de nuestros labios, de nuestra mente y corazón.
Hay momentos en la vida, en el día a día que, por una serie de factores que tal vez no comprendamos, de pronto las fuerzas se nos van.
A veces es el cansancio… Y, a veces el sin sentido.
Qué difícil es enfrentarse al mundo y sus calamidades. Al trabajo que es sustento y es sacrificio, tanto sacrificio.
Pareciera que nada de lo que hacemos vale la pena. Que ningún esfuerzo podrá cambiar en algo aquello que vivimos o al mundo que nos rodea.
La desesperanza se asoma y nuestro estado de ánimo decae a abismos de los que pareciera que nunca fuéramos a salir. ¡Qué haríamos, Señor, sin ti!
Pensando en esos momentos, y habiéndolos vivido, traemos esta oración que esperamos sea instrumento de esperanza y fortaleza para todo aquel que lo necesite.
Oración: ¡Ayúdame, Jesús!
Señor, ayúdame a ser ese trigo.
Ayúdame a hacer crecer
el amor en el mundo,
a ser un agente de bondad,
un instrumento de Amor.
Sé que existe el mal,
pero estás tú
el que me defiende ante el pecado.
Ayúdame a ser sembrador,
Dame las fuerzas que necesito
para hacer crecer la semilla
que sembraste en el campo de mi vida.
Me hablas al corazón,
única y personalmente,
me hablas a mí.
Ayúdame a dejarte hacer en mi vida
a ser ese grano de mostaza
esa levadura que crece y crece
hasta alcanzar su máximo potencial.
Ayúdame a no dejarme llevar
por mis pasiones,
a no darte la espalda
con mi soberbia del día a día
con mis quehaceres y mis ocupaciones.
Ayúdame a recordarte en estos
pequeños momentos de mi día
y darte las gracias.
Ayúdame a no dudar de ti,
rescátame.
Muchas veces siento
que me dejas solo
y veo como el viento arrecia mi vida.
No confío en ti,
dudo de ti,
pero Tú me dices: Ven, no tengas miedo.
Es difícil ver que estás a mi lado
pero vives mi vida conmigo.
Jesús, tiende tu mano
y ayúdame a mirar al cielo,
a no dejarme llevar por
la desesperanza y la desconfianza
si no que seas siempre tú
el que guíe mi vida,
el que me lleva de la mano,
aunque las aguas sean tormentosas,
aunque el futuro sea incierto a tu lado,
voy por camino seguro.
Sé que oras por mi,
ayúdame a confiar en ti.
Escrito por: Silvana Ramos. Oración escrita por: Flavia Carpio. Video producido por el equipo de Catholic-Link Studios.
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