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La vida de padres con uno o varios bebés es caóticamente hermosa, vale la pena vivirla y disfrutarla cada segundo.

Vengo de una familia numerosa, mi abuelita materna tuvo 11 hijos, 37 nietos, bisnietos no llevo la cuenta porque la cifra se actualiza constantemente, y 3 tataranietos. Nuestras pequeñas reuniones familiares eran inmensas, y nunca necesité un “plan”, porque con mis primos bastaba y sobraba.

Por mi formación profesional  (educadora parvularia) pensé que tenía la mayoría de las cosas bajo control cuando me dijeron que estaba embarazada,  sin embargo, el día en que nació mi primer hijo, le pedí a mi mamá que se quede conmigo en la clínica y tuve la bendición de que también me acompañó en casa para ayudarme con el bebé. Con más de un hijo, la historia cambia: la alegría y la dicha se multiplican, pero también la lactancia, los cambios de pañales, los cólicos de gases, los llantos (que al inicio no tenemos idea de por qué son), las malas noches, etc.

Algunos consejos valiosos

  • Infórmate: conversa con otros padres que hayan tenido mellizos o gemelos, o con padres que están esperando como tú. Compártele tus inquietudes,  dudas, miedos. Te ayudarán a prepararte para la llegada de los bebés.
  • Organízate: ten preparada la mayor cantidad de cosas con antelación, mantén una buena organización (mucho orden en los horarios de los bebés: anota tomas de leches, cambios de pañal, medicación, horas de sueño, etc.).
  • Pide ayuda: siempre es bueno una mano extra, puede ser un familiar, una enfermera o niñera si puedes costearlo.
  • Cuídate: come bien, descansa en los momentos en que duerman los bebés, recuerda que el descanso permite a los padres estar más relajados, y eso se transmite a los recién nacidos.
  • Cambia las prioridades y adáptalas a la nueva situación: no te empeñes en tener la casa perfecta para las visitas, o exigirte el mismo nivel de puntualidad que antes.
  • Comparte tiempo con cada uno de tus bebés: cada bebé tiene su carácter y temperamento, intenta dedicar un ratito para cada uno a solas, así irás estableciendo una relación individual, fundamental para el desarrollo emocional de tu hijo.
  • No descuides la relación con tu pareja: cuando hay mayores demandas que atender, hay mayores niveles de desgaste, quedando pocas energías para hacer alguna actividad juntos. Recuerda mantener una buena comunicación y pasar unas horas a la semana siendo ‘tú y yo’, sin ser ‘papá y mamá’. Muestra empatía y entiende al otro: los dos pasan por la misma situación de estrés y se sienten desbordados de tareas.

Desde la experiencia

Paulo Giler y Cristina Arce de Giler (padres de Paolo, Diego y Emilio)

Cristina: Un embarazo múltiple te cambia la vida. En nuestro caso fue una triple bendición, con muchos monitoreos. Con nuestros trillis en brazos, nuestra vida se volvió muy ordenada, disciplinada, amorosa y práctica.

Desde que nos enteramos de que íbamos a ser padres de trillizos, se los entregamos a Dios y a la Mater; son ellos los que nos guían, nos dan la fuerza y sabiduría.

Miguel Jaramillo y María Elena Torres (padres de María Elena, María Pía, Franco y Miguel)

Esta familia contó su historia en nuestra edición de maternidad y paternidad del año pasado. Ellos se convirtieron en padres de gemelas en dos ocasiones, con una distancia de 17 años entre los dos embarazos.

María Elena: La noticia de un embarazo múltiple trae consigo una inmensa felicidad. Recomendamos tener mucha paciencia y ser muy maduros, apoyarse el uno al otro.

Miguel: Deben saber que luego de tener gemelos, la vida nunca va a ser igual. Si bien es una responsabilidad, también es una gran bendición.

Annabelle Ledergerber de Quincha y Eduardo Quincha (padres de Annabellita y Eduardito)

Annabelle: Cuando nos enteramos de que íbamos a ser padres de mellizos, nos vinieron muchas dudas, sobretodo, preocupaciones sobre cómo sería todo a partir de ese momento. Lo mejor que hicimos fue tomarlo con calma y hacer caso a las recomendaciones del doctor durante y después de mi embarazo; lo demás lo aprendimos poco a poco. Tuvimos la ayuda de nuestras familias, organización, y mucha paciencia para cuidar de estas nuevas vidas.

Por Ingrid Abad de Pedrazzoli
Mágister en Desarrollo de la Inteligencia y Educación

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