La desmotivación laboral ha aumentado en toda la fuerza laboral, principalmente en países de América del Sur.
La motivación es aquella fuerza o energía que nos impulsa hacia aprender o sostener algún tipo de acción o conducta y la que define sobre lo que necesitamos o nos importa, nos lleva a ejecutar cosas y mantenernos perseverantes frente a la vida, cumpliendo objetivos personales o profesionales, como en este caso, en el campo del mundo laboral. Sin embargo, cuando los empleados no se sienten tan comprometidos o conectados y no pueden relacionarse con la misión de la empresa o simplemente no pueden ver la importancia de su función a mayor escala, suelen perder la motivación y aparece la desmotivación laboral.
Los efectos son claros, en el campo de los recursos humanos, los empleados motivados son más productivos. Aparte de la eficacia de los equipos, también se demuestra que la motivación impulsa la fidelización y mejora la cultura de la organización. Los líderes tienen la capacidad de reconectar a los empleados y reinventar la cultura laboral.
Según un estudio realizado por el Grupo Adecco a nivel global, del que participaron trabajadores de toda la región, sólo el 43% de los empleados afirman estar satisfechos con sus superiores y la motivación ha retrocedido en toda la fuerza laboral. Los empleados sin puesto de supervisión revelaron los peores niveles de motivación y el mayor deterioro de ésta.
Se ha observado un retroceso en las relaciones, la motivación, el sentido de equipo y la cultura empresarial desde que comenzó la pandemia. Esta desconexión resulta una amenaza para la cultura y cohesión de la empresa; es por esto que es muy importante cómo llevar a cabo esa reconexión.
¿Cómo combatir la desmotivación laboral?
En 5 puntos claves te damos a conocer cómo vencer la desmotivación laboral:
Renovar la motivación
En el momento en el que no se puede conseguir una satisfacción o algún tipo de reconocimiento por el trabajo realizado y queremos evadir actividades que nos resultan infructuosas o fastidiosas, es conveniente recordarnos una y otra vez, ¿cuál es la razón por la que lo hacemos?, ¿es significativa?, ¿contribuye a algo importante?, ¿por qué? Encontremos el propósito más grande y prioricemos la calidad en nuestras actividades.
Una actitud positiva y analítica nos ayudará a no perder el enfoque como trabajadores, es ideal que encontremos aquel punto en el que somos buenos para el trabajo, lo que más nos gusta y perfeccionemos nuestros talentos, si no es así, es hora de buscar alternativas que nos hagan crecer como profesionales y como personas.
Los líderes tienen una gran responsabilidad en este punto (combatir la desmotivación laboral) y que observen a su equipo de trabajo, motivando constantemente a sus colaboradores, existen muchos tipos de reconocimientos que van más allá de lo económico y que tienen que ver con temas de bienestar. Si tienen un equipo valioso, valorenlo, sean empáticos y flexibles.
Conocer el valor del trabajo
Con las metas cuantitativas, el foco suele estar en alcanzar el número y es menos probable prestar atención a la gestión que se hace y disfrutar, valorando el proceso. Los líderes empresariales deben reconocer a su talento humano, medir los esfuerzos de sus colaboradores, si alguien no alcanza sus objetivos debe ser porque algo le falta o necesita, hay que asumir la responsabilidad compartida. La capacitación es vital en este paso.
Buscar inspiración en modelos a seguir
Tener a alguien a quien admirar puede ser una forma poderosa de motivación en el trabajo, evitando la idealización, más bien sobre una persona real, como un colega, o algún líder que nos motiva en cuanto a su gestión y en la forma de conseguir las metas laborales. Se puede aprender más sobre lo que los llevó a donde están, como fuente de inspiración, pensando en cómo llegaron y no en sus logros específicos, ya que eso puede resultar frustrante.
Organizar objetivos
A veces, no se desglosan los objetivos en acciones manejables. Si siempre se tiene esto en cuenta, los triunfos más pequeños y habituales conseguirán generar un impulso, siempre que resulten significativos y señalen de un modo claro hacia un fin a más largo plazo. Para tener una conexión con los objetivos, hay que tener una visión clara de cómo cada paso nos va acercando a la meta final.
Trabajar de una manera ordenada, cumpliendo objetivos y con tiempos definidos, nos ayudará a ir alcanzando metas día a día. Hay muchos trabajadores que se organizan en base a una hoja de ruta y que les ayuda a ir priorizando las actividades más importantes en el día, así ajustan cada tarea, en función de lo que les resulta más aplicable en la realidad. La comunicación transversal con sus líderes es la pauta para que este recurso sea positivo.
Aprovechar la autocompasión
Pocas cosas pueden disminuir la motivación laboral más rápido que la duda y el diálogo interno negativo. No podemos hacer todo bien todo el tiempo. Así que se recomienda trabajar para poder ser más amable con uno mismo, cuando se presenten dificultades, o aparezcan errores. Siempre es posible volver a empezar.
Fuente: Sebastián Lima, director Business Solutions de Adecco Ecuador.
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