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El matrimonio luego de siete años… ¿Un momento de crisis o la oportunidad de reafirmar el amor? ¡Lee hasta el final y comparte!

Cuando éramos pequeños con frecuencia nuestros padres nos leían un cuento por las noches y lo común era que éstos terminaran con la frase: “Y vivieron felices por siempre” haciendo referencia a una unión no sólo feliz si no también duradera, en donde dos personas que se aman, luego de superar algunos obstáculos encuentran finalmente su felicidad al casarse, para siempre. Pero en la vida real, ¿qué tan común se muestra esa frase de los cuentos de hadas en los matrimonios actuales?

El matrimonio inicia con un periodo en el que la pareja vive su luna de miel, llenos de planes, sueños, metas y expectativas de vida como esposos, mirando con gran ilusión el construir esa historia de amor juntos.

Los primeros años se disfrutan generalmente con todo lo novedoso que trae la convivencia, un momento en el cual se continúan conociendo en relación a su estilo de vida, sus hábitos y costumbres, pero a pesar de ello hay emoción y sobre todo tiempo para compartir, incluso para salidas o viajes de última hora, ya que la única prioridad es el estar uno con el otro; pero luego sobre todo con la llegada de los hijos, la vida matrimonial empieza a vivir otras facetas, que generalmente traerán mayores responsabilidades para la pareja, más trabajo, más esfuerzo, más cansancio y por lo tanto menos tiempo a solas.

 

 

El día a día

El día a día viene cargado de una serie de actividades en la vida de pareja, que con el transcurso del tiempo, se pueden convertir en rutina, generando tropiezos o dificultades en la relación, peleas o desacuerdos, los cuales generalmente el amor los supera; pero en ciertos casos se producen crisis inevitables, siendo una de ellas la famosa “crisis de los siete años”, la cual se define como un periodo donde la pareja evalúa si su matrimonio no está funcionando o por el contrario si a pesar de las discusiones o problemas eventuales que pudieran tener, se sienten comprometidos y satisfechos de su unión.

Una crisis en el matrimonio no debe percibirse necesariamente como algo negativo, más bien es un momento que puede servir para que la pareja pueda cuestionarse sobre cómo están llevando su relación, en función de mejorar, enfocándose en todo aquello que han logrado construir, recordando los planes personales y como pareja que al inicio fueron parte de todo aquello que sumado al amor propició que decidieran casarse y tener una vida juntos.

 

 

¿Cómo se sostiene entonces un matrimonio luego de vivir una crisis?

Independientemente de cuando esto ocurra, la manera de lograrlo dependerá del deseo y compromiso que cada pareja tenga para ello; sabemos que el amor es el elemento primordial para que una unión se mantenga, pero además existen otros factores que también cuentan para que a pesar de que lleguen las crisis, se pueda salir a flote. Entre ellos debemos mencionar:

  • La comunicación en la pareja, la cual debe ser sincera y fluida, dando espacio no sólo para expresarnos si no para escuchar y ser empáticos con el otro.
  • Respetando las necesidades y metas que nuestra pareja tiene.
  • Siendo colaboradores en las actividades del día a día en casa, creando siempre momentos y planes como pareja, los cuales sirvan para reencontrarse no sólo en el amor, si no en la pasión y el romance que jamás debe apagarse en una relación.
  • Manteniendo los detalles, las palabras, la admiración y el afecto que brindamos al otro, a fin de trabajar juntos, recordando que la felicidad no se pospone para el futuro, es algo que se diseña para el presente, al motivarse uno al otro para ser mejores cada día, siendo cómplices de cada sueño, para que así tomados de la mano se conviertan en el mejor equipo y cada pareja desde su particularidad construya su propio final feliz.

 

 

Escrito por: Psicóloga Clínica, Andrea Rubio Narváez.

 

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