Compartir:

Recordemos a nuestros hijos la importancia de no desperdiciar los alimentos

Es el momento de hacer las compras en el supermercado hay dos posibles escenarios que son totalmente opuestos:

  1. Los niños ruegan y lloran porque quieren acompañarte y tomar todos los dulces que se les pasen por su campo visual.
  2. Te dan una lista gigante (usualmente verbal) de las golosinas y chécheres que creen que necesitan.

Ambos escenarios son desesperantes, por lo que pensamos que hay que hacer algo al respecto, pero ¿por dónde empezar? Lo primordial es hacer un menú de las comidas que disfrutamos en casa. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que la comida favorita siempre puede tener un componente más saludable.

Conocer nuestros límites

Una vez el menú esté establecido con la lista de los ítems que se necesitan, es recomendable analizar y ‘negociar’ los snacks o alimentos para el desayuno. Una buena opción es lograr un balance entre frutas, vegetales, cereales y otros alimentos que usualmente no son tan saludables.

Actualmente existen tendencias e investigaciones sobre lo que es saludable o no. No obstante, está en nosotros decidir qué nos sienta mejor. Por eso debemos enseñarle a nuestros hijos a escuchar su cuerpo: ¿dolor estomacal con frecuencia?, entonces debemos notar qué comida o ingrediente podría ocasionarlo, tal vez se come en exceso por ansiedad o gula. Esto es parte de la educación en límites y autoconocimiento que debemos crear en los chicos para que sean adultos autorregulados y conscientes.

Al tener establecidas las comidas principales y los snacks, el siguiente paso será ponerse firmes en la visita al supermercado. Si vamos solos esta tarea puede ser más fácil, pero será más significativa si se la realiza con los niños porque el ejemplo enseña más que la palabra. Es aconsejable hacer un compromiso claro de lo que van a comprar y apegarse a la lista. De esta forma cuando los pequeños pidan algo que no estaba considerado, solo hará falta recordar el compromiso en lugar de volver a dar la explicación.

No desperdiciemos

Otro momento apropiado para enseñarles a racionar lo que consumen es en las salidas a restaurantes o las comidas tipo buffet. Nos sucede que solemos servirnos todo lo que nos apetece sin tomar en cuenta lo que es prudente o necesario para nuestro cuerpo. “Mejor que sobre a que falte” y como consecuencia dejamos el plato lleno de comida. Lo correcto es aprender a servirnos porciones apropiadas según nuestro apetito. Esto nos obligará a mirarnos, sentir y conocer nuestro cuerpo.

Enseñemos a nuestros hijos a que luego podrán servirse un poco más, pero sobre todo a disfrutar el momento de la comida y no simplemente el hecho de satisfacer su apetito. Este es un momento de compañía, de conversación y para compartir. Alejémonos de las tablets, TV, juguetes y celulares, estemos presentes, agradezcamos el momento y la alegría de tener alimentos. Por muy cliché que se escuche, repitamos la frase de “hay niños que se están muriendo de hambre”, porque es cierto. Tomar y crear consciencia es el primer paso, hacer algo al respecto será el gran salto.

Por: Claudia Rivera Cevallos
Licenciada en Educación Inicial Bilingüe

Compartir: