Compartir:

Integridad, perseverancia y justicia para llevar una vida ecuánime, son los principios bajo los que vive Isabel Noboa.

La empresaria ecuatoriana, Isabel Noboa, ha sido reconocida por su incursión en negocios agrícolas, inmobiliarios, industriales, comerciales y turísticos, a través de Consorcio Nobis, empresa que heredó de su padre, Luis A. Noboa Naranjo. Hoy, ella es considerada como una de las empresarias más influyentes en América Latina, lo que le ha valido reconocimientos en todo el mundo.

Amor por los ecuatorianos

Foro Impact Investment, un modelo de inversión para emprendimientos de impacto social.

Isabel menciona que lo que más le llamó la atención de su padre, además de sus principios y valores, fue el amor por su país y su solidaridad con los ecuatorianos. Aunque muchas veces le ofrecieron invertir en el extranjero, siempre decía “mi país me necesita”, llegando a ofrecer trabajo a más de 100.000 ecuatorianos.

El inicio de Isabel en el mundo de los negocios se enfocó al trabajo de empresas con fines sociales, entre las que se encuentran FANN (Fundación de Adopción Nuestro Niños), Semillas de Amor y finalmente cuando falleció en 1994 su padre nació la Fundación Luis Noboa Naranjo, a la que hoy se suma Fundación Nobis, una de sus favoritas.

Responder como líder

Nobis Educando reconoce el esfuerzo y el compromiso académico de los hijos de los colaboradores que no solo se destacan por su excelencia, sino también por su conducta y valores.

En el año 2017-2018 fue elegida nuevamente como la “Líder empresarial con mayor reputación del Ecuador, ante esto, la presidenta ejecutiva de Consorcio Nobis se muestra sorprendida por los premios, en especial que le reconozcan una labor hecha junto a muchas otras personas. “Esto lo siento como una responsabilidad más a la que debo responder, que ser compartida con la familia y con los colaboradores, jamás lo hubiera logrado si no tuviera un equipo excelente alrededor”, dice emocionada.

Esta responsabilidad de la que Isabel habla la trastoca al punto de querer ser una líder solidaria, que transforme vidas y que mueva a las personas a salir adelante. Su motivación: buscar fortalecer los sueños de los demás, “hacerlos realizarse como personas, va realizando a la empresa misma”, comenta.

Convertir sueños en realidad

“Mujer Emprendedora Guayaquileña”, que se inició en enero del 2017, capacitó a 300 Mujeres en peluquería y belleza, gracias al convenio con la empresa D’Mujeres Beauty Market.

Parte de este transformar la ha llevado a trabajar con empresas o clientes que sigan sus sueños, nos cuenta que cree firmemente que el empresario de hoy en día “tiene que buscar empresas inclusivas, que trabaje con las personas de menores recursos y les ayude a fortalecerse”. Así es como nace “Innobis”, una iniciativa que busca ayudar a aquel pequeño emprendedor, a realizar su sueño de innovación. Aquí le ofrecen talleres, capacitación y ayuda para lanzar su iniciativa a quienes quieren cambiar el mundo a través de sus negocios.

La mujer trabajadora

Isabel Noboa junto a su familia.

La familia resulta un pilar importante en la vida de esta exitosa empresaria, ya que es lo más importante, “puedo estar en una reunión, pero si tengo una llamada de un hijo trato siempre de contestarle”, agrega. Isabel recalca la importancia de los valores familiares, ya que “es desde la familia que realmente se educa, en unión, solidaridad y por supuesto amor”.

La empresaria comprende las necesidades que muchas veces tienen las familias para cubrir los costos de mantenimiento de un hogar, lo que hace que ambos padres trabajen, entonces aconseja que “el tiempo que le dediquen a sus hijos, que sea por completo, para escucharlos, conocer de ellos, saber qué piensan, eso fortalece los lazos familiares”.

Pero, ¿qué le queda por hacer a una mujer tan exitosa? Ella dice: la familia. “Siempre buscar que las relaciones sean más cercanas, nunca con la idea imponerles qué hacer. No quiero que ellos sigan mis sueños, sino que sigan los suyos, pero en lo que hagan, que pongan todo su ser para lograr ser lo mejor posible”.

Por Carol Arosemena A.
Máster en Comunicación y Educación

Compartir: