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«Lo que no te mata, te hace más fuerte», es una frase llena de positivismo y convicción que comparte para todos Gutis Abad Arteaga.

Karyna (Kary) María Abad Arteaga, nació un 16 de julio de 1999. Hija de Victorino Abad y Karyna Arteaga, hermana de Lidia (35), Victorino (31) y Paula (26).

Nació con una hernia inginal bilateral que le causaba dolor y por esa razón no se movía mucho y fue operada a los 4 meses de nacida. Al entrar al pre escolar demostró un leve retraso en sus capacidades motoras y cognitivas, por lo que recibió distintas terapias para superar esto. Pese a todo, Gutis, de 24 años, logró graduarse de bachiller, ingresar a la universidad, de la cual acaba de graduarse como Licenciada en Artes Plásticas, ha publicado 3 libros, maneja sus cuentas de IG y actualmente mantiene junto a su mamá el programa “Hola Gutis” en radio de I99 los miércoles y viernes de 10:00 a 11:00 horas.

 

 

¿En qué momento descubriste tus habilidades creativas?

No es que descubrí, sino que toda mi vida me ha gustado pintar y decir lo que yo pienso. Me daba un poco de miedo decir lo que pensaba porque algunas personas me hicieron un poco de daño.

Luego me di cuenta que lo más importante es lo que tú pienses, porque la gente te va a lastimar, te va a hacer daño y no le va a importar mucho lo que tú sientas. Es por ello que yo doy mi opinión con todo respeto. Cuando hay una amistad todo se dice y hace con todo respeto.

Yo te digo «me hizo tal y tal cosa, pero si tú tienes otra opinión está bien», pero esto siempre hablándolo con respeto, porque soy una persona igual que tú, y tenemos que respetarnos el uno al otro, creo yo.

¿Cómo nace Gutis?

Nació por mi hermana Paula que me quería decir gordis pero no podía, entonces me dijo Gutis y así ha sido desde muy pequeñas.

Mi familia cuando era pequeña me hizo un libro que era de dibujitos, donde se explicaba lo que era mi vida y, de ahí ingresé al club de periodismo en mi colegio y tenía muchos cuentos escritos y mi mamá me dijo: «Kary, hagamos un libro. Juntemos todos tus cuentos y hagamos un libro de cuentos»…

Entonces dije: «ya, vamos» y escribí mi primer libro que ya no está aquí porque ya no tengo (lo cuenta mientras sonríe), de hecho lo armamos y entregamos en tres días.

Mi madrina de primera comunión en esa época tenía una imprenta y me ayudó a sacar los libros. La presentación del cuento fue muy buena, por lo cual empezaron a decirme: «Kary ¿cuándo sacas el segundo?», pero ya para esa fecha había ingresado a la universidad y pude sacar un nuevo libro.

La diferencia de este nuevo libro con el primero que se publicó es que este segundo están mis dibujos. De hecho esto fue recomendado por mi profesor de pintura de aquella época, quien me dijo: «Kary muestras tus obras, porque pintas muy bien», le respondí: «profe, porque tengo unos traumas un poco feos con eso». Sin embargo, el profe insistió y me recalcó que si era artista debía hacerlo, y pese a mis miedos y a esa frase: «Kary si no te arriesgas cómo vas a saber si no les gustan tus obras».

Fue un poco difícil hacer este libro porque hay personas que no saben tratar a otros, de hecho hay maneras de decirle a una niña que algo está feo o en qué se podría mejorar, todo eso te deja huellas que tiempo después también se ven reflejadas en tu adolescencia. Hoy ya estamos en el cuarto libro… (lo indica sonriendo).

 

 

¿Qué me puedes contar del primer libro?

Este primer libro nació por la clase periodismo del colegio, donde quedamos con mis compañeras de hacer un libro. Una chica se fue de periodismo entonces leyeron el cuento de ella y no leyeron mi cuento. Tanto la profesora como la directora me ignoraron y a mi mamá le molestó mucho eso.

Después la profesora porque estuve insiste e insiste me dijo bueno habla… y mi mamá me dijo: «nena tu tienes mucho potencial», y fue entonces cuando juntamos todos los libros y ahí salió Hola Gutis.

La cuestión es que hay un cuento que se llama “mi abuela y yo”, que es creo el más especial que tengo de todos mis cuentos, porque habla del dolor que sentí cuando perdí a mi abuela.

Y por qué digo que es mi cuento más especial, porque en el colegio nos dijeron en clase que digamos algo a los demás que sintamos o nos guste… todos escribieron el helado, el chocolate, etc., pero yo escribí “mi abuela y yo”, describía cada cosa que viví con ella, como: «tu sonrisa era mi sonrisa», «cuando te abrazaba sentía que era niña otra vez»… «Cuando tú partiste mi corazón se rompió».

¿Cómo se llamaba tu abuelita? Nancy. Este año se cumplen 9 años desde su partida, 11 días después de mi cumpleaños.

Yo nací el 16 de julio y ella murió el 27 de julio de 2015. Siempre nombro a mi abuela porque es una persona muy especial para mí. Porque cuando era pequeña me hacía contarle historias, ella jugaba con mis peluches hasta los 13 años, jugaba con mis peluches de Mickey Mouse, del Pato Donald, de hecho tenía un Pato Donald grande y uno pequeño, mi abuela se llevó el grande a la clínica pero el otro chiquito se perdió.

Cuando mi abuela murió le dije a mi mami que quería enterrar a mi abuela con el Pato Donald, porque yo no quiero que otra persona lo use.

Justo me fui de viaje y encontré un Pato Donald pequeño y me puse a llorar horrible, y mi mamá me preguntó ¿qué te pasa Kari? Y le dije este Pato Donald me recuerda mucho al de mi abuela. Fui a comprarlo y la chica del local me dijo: «que bueno que lo compró porque era el último y ya no sabía si iban a traer más o no». Ese Donald lo tengo en mi cuarto y me pone feliz, porque al verlo siento que mi abuela está ahí conmigo cuidándome y ayudándome siempre.

¿De qué se trata tu segundo libro?

Lo escribí en la universidad. De hecho escribí muchas historias de fantasía. Recuerdo la historia de Pequitas, era una chica que la abandonaron cuando era pequeña. Entonces un señor que era de bajos recursos económicos la encontró y la cuidó como a una hija. Pero ella quería conocer el mundo y un día se enfermó y falleció… y el señor encontró un lugar que se llamaba Pequitas y dejó las cenizas ahí, las regó en el mar.

Cuando escribí el cuento de Pequitas lloré mucho porque mi abuela también murió de una enfermedad un poco extraña. Todos mis cuentos tienen partes muy importantes de mi abuela.

 

 

¿De qué trata Hola Gutis, Chao Gutis?

En este libro de cuentos detallo más cosas de la vida real, mis experiencias, las cosas que vivo o cosas que me han contado, dejando un moraleja.

En ¡Hola Gutis, chao Gutis! hablo acerca del bullying que sufrí en la escuela y colegio.

La gente me pregunta: ¿Kary por qué “Hola Gutis y Chao Gutis”? Sin saber que solo fue un título puesto por poner, pero mi mamá me hizo ver que estaba chévere y así quedó.

Uno de mis cuentos es “mamu” (así la llamo a mi mamá), donde cuento lo que viví al cumplir 23 años. Mi mamá me dice Kary no voy a poder acompañarte a tu cumpleaños, a la reunión con tus amigos porque estaba enferma. Entonces en ese cuento escribí mucho lo que sentía, porque estoy muy acostumbrada a tener a mi mamá a mi lado y también a mi papá, que estén ahí aplaudiendo por mi cumpleaños.

Lo escribí prácticamente llorando, llamé a mi mamá y ella me abrazó. Al final sí pudo estar en la celebración.

¿Cómo es el proceso para escribir tus libros?

Todo viene de lo que vivo y cuando no sé qué escribir o de qué hablar, hay personas que me dicen que esté tranquila, que así me demore en escribir otro cuento, ellos estarán ahí para apoyarme.

Yo los escribo a mi manera, pero la cosa es que si salieran así nadie los entendería, por eso mi mamá es la editora, Karyna Arteaga tiene su sello editorial El Búho.

Mi mamá ha sido y es mi gran apoyo en todo y en especial en mis libros y cuentos.

¿Qué nos puede contar de tu etapa de pintora?

De chiquita tuve una profesora rusa que ahora me está volviendo a dar clases.

Acarreaba con el trauma de aquella profesora que me dijo que no hacía nada bien… pero al terminar el colegio pensé en ser profesora de educación física, profesora de cualquier cosa e incluso dije que me iría a vivir bajo un puente, pero luego le hubieran ido a contar a mi mamá, así que decidí mejor no hacerlo (sonríe).

Mi mamá me llevó a una universidad de la que no diré el nombre por respeto, donde me dijeron que busque otro lugar y llegué a la UEES, a donde he recibido todo el apoyo, hice un test en el que estuvieron varios sicólogos conmigo.

Habían alrededor de 40 preguntas que no podía entenderlas (en ese tiempo tenía dificultades para leer, pero ya he mejorado mucho en eso). Es por ello que le pedí a una de las sicólogas que me explicara de qué se trataban las preguntas, para así saber si respondía sí o no.

La otra sicóloga pensaba que me estaba dando las respuestas, pero era todo lo contrario. Tuvo una mala forma de acercarse a mí y me alzó la voz, lo que me produjo ansiedad y depresión, así que cogí, tiré todo y salí corriendo. Sin embargo, después se solucionó todo, ella entendió lo que sucedía, se disculpó y terminé de realizar el test, me salieron algunas cosas y una de ellas era Pintura – Artes Plásticas para ser exactos.

Entonces me explicaron que eran 4 años de la carrera, y me lo pensé mucho porque quería darme un año sabático, pero luego dije ¡Ya que! Bueno iba a ingresar y dije ¡chao, hasta el lunes! pero ese lunes nunca llegó porque empezó la pandemia.

Y bueno ya pasaron 4 años, tuve mi exposición de pintura y sigo adelante. En el evento, el Canciller de la UEES habló de mi abuelo «papapa» Germán a quien todos recuerdan con gran cariño, luego hablé yo, pero no sé por qué cada que yo hablo la gente llora (se ríe mucho al recordarlo).

 

 

¿Qué valor le das al apoyo de tus padres, hermanos y más familiares?

Su apoyo ha sido siempre mucho. Todos ellos estuvieron a mi lado cuando sufrí bullying. Cuando terminé el colegio me aplaudieron. La Rectora habló sobre mi libro. En todas las etapas que he tenido, mis papás han estado a mi lado.

Mamu (así le digo a mi mamá) ella es mi gran apoyo siempre, la valoro y quiero mucho, y estoy agradecida por no perderla, no creo que hubiese podido resistir otra pérdida debido a esa enfermedad.

A mi papá lo quiero mucho (muchas risas). Mi papá siempre me ha dicho y me hizo entender que yo puedo hacer unas cosas y otras personas otras, por lo cual eso no me debe entristecer. Es como que me digan haz una operación de corazón abierto, yo no podría hacerla.

Si me dijeran anda y construye una casa, tampoco podría hacerlo. Cada persona tiene un valor y orden en mi vida.

 

 

¿Para ti por qué es importante la familia?

Es fundamental la familia para mí. Cuando me dan ataques de ansiedad tener cerca a mi hermana o a mi mamá me ayuda muchísimo. A veces mi hermana Paula viene a mi cuarto y no me dice nada, solo se acuesta a mi lado y eso me da paz.

A veces me da miedo bajar las escaleras eléctricas y les pido ayuda a mis hermanos o a mi mamá y, ellos me ayudan muy gustosos.

Para mí mi vida es como una escalera donde subo o bajo y mi familia siempre está ahí para apoyarme.

Mi familia es muy unida, de hecho siempre estamos los 6. Viajamos siempre todos o casi todos. Peleamos, discutimos pero siempre terminamos juntos.

Mis abuelo, mis tíos, mis primos, etc., cada uno me ha ayudado de diferentes formas en mi vida. De hecho creo que los familiares que ya partieron a la eternidad, también de uno u otra manera también están conmigo, aunque no los vea.

 

 

Escrito por: Arcadio Arosemena Robles.

 

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