Compartir:

El Arzobispo de Quito y Primado del Ecuador comparte la homilía en la celebración del Viernes Santo. Tengamos muy presente cada palabra.

Viernes Santo:

  • Es viernes de dolor, viernes de silencio, viernes de contemplación, viernes de oración.
  • Viernes de muerte, pero con la mirada puesta en la Vida, de lágrimas, pero al mismo tiempo de esperanza.
  • Es un viernes de fracaso según los criterios del mundo, pero de triunfo según la lógica de Dios.
  • Y este Viernes Santo no es uno más de los muchos que hemos celebrado en nuestras vidas. Hoy la muerte de Cristo está más presente que nunca en nuestro mundo.

 

 

La pasión de Cristo

Hoy quiero hablar claro, y lo hago como Arzobispo de Quito y Primado del Ecuador. Hemos meditado la Pasión de Cristo que lo lleva a la Cruz. Pero hoy nuestro pueblo vive su gran pasión, una pasión indescriptible, una pasión que se va de nuestras manos, una pasión frente a la que sentimos que en nuestro País no se la está enfrentando adecuadamente.
La pasión de Cristo en la pasión de nuestro pueblo se llama salud. Vivimos una gran crisis de salud que se va de las manos, que se desborda y nuestros hermanos mueren frente a una pandemia.

En la pasión de nuestro pueblo se llama hambre, muchos hoy pasan hambre, no pueden llevar el pan a sus hogares, sobre todo aquellos que siempre han vivido de un trabajo informal, de un trabajo en los semáforos y que hoy no tienen cómo hacerlo.
La pasión de Cristo en la pasión de nuestro pueblo se llama también corrupción y el querer lucrar del dolor y de la angustia en el que vivimos, esto no tiene nombre.

La pasión de Cristo en la pasión de nuestro pueblo se llama también el no tener cómo enterrar dignamente a sus muertos, sobre todo en mi querida ciudad de Guayaquil. Además, es en nuestro pueblo la pasión de Cristo se llama desempleo y un temor grande al futuro que puede provocar un estallido social.

La pasión de Cristo en la pasión de nuestro pueblo se llama llanto, desconcierto, temor, miedo e incertidumbre.

Hoy la muerte es una realidad que golpea de cerca, nos golpea en nuestras familias, entre nuestros amigos y vecinos, en nuestras ciudades y calles. Hoy está presente la muerte más que nunca ante esta pandemia del Covid19.

 

 

Cristo fue a la cruz por amor

Cristo está en la Cruz, Cristo da su vida en la Cruz por nuestra salvación. Nuestro pueblo está en la Cruz y muere porque no vemos una acción coherente frente a la emergencia que vivimos. No podemos quedarnos mirando a la cruz sin hacer nada, como se quedaron mirando a la cruz los Sumos Sacerdotes y fariseos que llevaron a Jesús a la muerte.

No podemos quedarnos mirando a la cruz y poniendo un letrero. Hay que actuar, hay que cargar la cruz de esta emergencia. Pido hoy, en este Viernes de Pasión y de Cruz, una acción urgente, rápida, coherente. Ruego hoy unidad y trabajo, eficiencia y disciplina. Pido hoy responsabilidad y solidaridad.

En el paso hacia el Calvario están las mujeres que lloran y hoy hay muchos hermanos, hombres y mujeres que lloran la muerte de sus padres, de sus hijos, de sus hermanos y amigos. Hoy lloramos la muerte de tantos hermanos.

Al pie de la Cruz de Cristo está María y están también las mujeres y el discípulo amado. La Madre toma en sus brazos el cuerpo inerte de su Hijo y llora su muerte. Hoy nos toca tomar el cuerpo de nuestros hermanos, de aquellos que han muerto y darle una sepultura, no neguemos una digna sepultura a nuestros hermanos.

Hoy, debemos tomar el cuerpo sufriente de nuestros hermanos y darles salud, darles alimentos, darles el medio para vivir. Para eso, nuestros brazos deben abrirse a la solidaridad, una solidaridad urgente, que no espera.

Pero la muerte no nos puede vencer, como no venció a Cristo. La Cruz es un paso hacia la Vida Plena, hacia la Resurrección. La Cruz es Salvación.

 

 

Una realidad actual

La Pasión y la Muerte del Señor Jesús que celebramos los cristianos hoy, es un acontecimiento presente y actual. Es una realidad que viven de manera especial los pacientes del Covid-19 y todos aquellos que luchan contra esta enfermedad y que han “abrazado” la cruz del dolor de la humanidad.

Ayer cantábamos “Dios de Amores, Santa Eucaristía”. Ayer se bendijo a muchas ciudades desde el cielo con el Santísimo. Nos sentimos sin duda bendecidos, pero hoy, en este Viernes de Pasión, MIREMOS LA CRUZ, no dejemos de MIRAR y CONTEMPLAR LA CRUZ, la CRUZ DE CRISTO y la CRUZ DE NUESTROS HERMANOS QUE SUFREN. LA CRUZ DE TODOS NOSOTROS EN ESTE HOY, y como toda cruz, una cruz difícil de llevar.

Todos miremos la Cruz de Cristo, no como el fin de un camino, sino como el MOMENTO DE TRIUNFO, del inicio de un NUEVO CAMINO. No olvidemos que la Cruz de Cristo desemboca en la Resurrección.

Miremos la cruz de la realidad que vivimos, pero al mirarla comprometámonos a actuar, a enfrentar esa cruz, a responder a la urgencia del momento.

Abracemos la cruz de Cristo y abracemos la cruz de nuestros hermanos

Francisco nos dice que “Abrazar su Cruz es animarse a abrazar todas las contrariedades del tiempo presente, abandonando por un instante nuestro afán de omnipotencia y posesión para darle espacio a la creatividad que sólo el Espíritu es capaz de suscitar. Es animarse a motivar espacios donde todos puedan sentirse convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de solidaridad”. Y hoy debemos abandonar toda línea partidista, todo criterio egoísta, toda visión cerrada y TODOS, TODOS, DEBEMOS ABRAZAR LA CRUZ DE ESTA EMERGENCIA Y ACTUAR UNIDOS Y SOLIDARIAMENTE.

DEJÉMONOS INTERPELAR POR LA CRUZ. No podemos ser indiferentes frente a la Cruz de Cristo y a la cruz de nuestros hermanos.

Por último, VENEREMOS Y BESEMOS LA CRUZ. Al venerar y besar la Cruz de Cristo, vamos también a VENERAR Y BESAR TODO EL DOLOR Y TODA LA LUCHA DE CUALQUIER HOMBRE Y MUJER QUE COMPARTA LA CRUZ DE CRISTO, y de todos los que han muerto por esta pandemia y de todos los que luchan para superarla y que nos dan un “testimonio de Cristo con un destello de ese amor perfecto, pleno e incontaminado”.

Y, al BESAR LA CRUZ, abrimos también nuestro corazón y nuestra mente a la ESPERANZA DE LA VIDA, LA MUERTE NO PUEDE TRIUNFAR SOBRE LA VIDA. ASÍ SEA.

 

 

 

Compartir: