Los jóvenes empiezan a ser conscientes del gran problema que supone la ansiedad para su generación. Conoce qué puedes hacer para ayudarlos.
Los jóvenes, al igual que los adultos, pueden experimentar estrés y ansiedad de todo tipo, todos los días. La mayoría de los jóvenes experimentan más estrés cuando perciben una situación como peligrosa, difícil o dolorosa, es ahí donde los padres deben de estar alerta para ayudarlos a enfrentar y superar este tipo de situaciones estresantes.
Algunas causas de estrés para los adolescentes pueden ser:
- Las demandas y frustraciones del colegio.
- Los pensamientos y sentimientos negativos sobre sí mismo.
- También los cambios en su cuerpo.
- Los problemas con sus pares y familiares.
- La separación o divorcio de sus padres.
- La muerte de un ser querido.
- El cambio repentino de un colegio a otro.
- La falta de comunicación en el hogar.
Algunos adolescentes se sobrecargan con el estrés. Cuando esto sucede los padres deben ser el pilar fundamental para ayudar a sus hijos a superar esta situación.
El estrés manejado de manera inadecuada puede llevar a los jóvenes a la ansiedad, el retraimiento, la agresión, las enfermedades físicas, o llegar al extremo de considerar que el uso del alcohol y las drogas son la solución para bajar tensiones emocionales.
Por lo dicho es que entre padres e hijos debe haber una buena comunicación, establecer confianza entre todos los miembros de la familia, estar a su lado, sentarse junto a ellos, hacerles sentir que son importantes en cada espacio que comparten, eso es suficiente para ayudarlos a bajar la tensión emocional por la cual están atravesando.
¿Cómo identificar la ansiedad en los jóvenes o adolescentes?
¿Tu hijo se inquieta demasiado al separarse de ti, al ir a la Unidad Educativa o por hechos que todavía no han pasado? Repite a menudo “¿qué pasaría sí…?” ¿Afirma sentirse aislado y solo? ¿Tiene miedo que algo pueda suceder?
Si la respuesta a estas preguntas es afirmativa, es posible que tu hijo sufra ansiedad excesiva. Los trastornos de ansiedades son de los más prevalentes a la infancia y adolescencia. La terapia cognitivo-conductual, junto con la implicación de la familia, es la intervención que ha demostrado más eficacia.
¿Cuál es la respuesta a la ansiedad?
La ansiedad se manifiesta como un sistema de respuesta: cognitiva, fisiológica y conductual y que nos protege ante un peligro.
Respuesta Cognitiva: La atención se desplaza inmediatamente y de manera automática a la amenaza potencial. El efecto sobre el pensamiento de una persona puede variar de la preocupación leve a extremo terror.
Respuesta Fisiológica: Los efectos incluyen palpitaciones del corazón o el aumento de la, respiración superficial, temblores, sudoración, mareos o aturdimiento, sensación de “debilidad en las rodillas”, congelación, la tensión muscular, dificultad para respirar y náuseas.
Respuesta Conductual: Las personas se involucran en ciertas conductas y se abstienen de otras como una forma de protegerse de la ansiedad (por ejemplo, dar clases de defensa personal o evitar ciertas calles después del anochecer).
¿Qué puede hacer para ayudar a un joven con ansiedad excesiva?
Entre las principales recomendaciones destacan:
- Ayúdelo a afrontar sus miedos y elógielo por cada intento que realiza para encontrar una solución. Hable con su hijo sobre la ansiedad, lo que está sucediendo en su cuerpo y por qué le sucede, poder entender qué le pasa disminuye la ansiedad, las preocupaciones y ayuda a controlarla.
- Apóyelo a hacer respiraciones profundas y lentas, a través de su nariz durante tres tiempos y a través de su boca por otros tres.
- Si lo quiere y lo permite, dele un abrazo o sobe su espalda. El contacto puede ser calmante. Sugiérele que cuente hasta 10 antes de que empiece a comprobar como una táctica que lo calme. Alentarlo a tener ideas más racionales y objetivas que sustituyan los pensamientos negativos.
- Ayúdelo a mantener un estilo de vida saludable con ejercicio regular. Tener buenos hábitos de dormir, rutinas de dormir en calma.
- Limitar el tiempo en el TV, ordenador o teléfono. Mantener una dieta saludable.
- Mantener una buena comunicación familiar.
Recordemos las palabras de Peter Drucker: “Lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice”.
Escrito por: Lcda. Gladys Suarez Pico, docente del Centro de Entrenamiento Vocacional Ceve – Fasinarm.
-
Lee también sobre: Los 10 mejores consejos para ser feliz.