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Hay límites que debemos establecer y en la medida de lo posible no debemos cruzar ninguno de los miembros de la familia.

¿Para qué sirven los límites y cómo se acomodan? Los límites estarían pensados para el crecimiento y autoconocimiento que cada uno de los miembros de la familia necesita para vivir, estos no son solo físicos, también tienen que ver con el espacio para decidir “x” o “y”, con la forma personal de cuidarse y aprender a demostrar los afectos, con la posibilidad de escoger hacer una u otra actividad y así por el estilo.

Los límites aparecen para el cuidado también de cada uno de los miembros de la familia, por ejemplo, un niño de un año está protegido dentro de un espacio determinado por sus padres, ellos buscarán qué lugar es apropiado para que aprenda a caminar, también determinarán darle alimentos que sean de provecho para él, para que crezca saludable.

Sin embargo, a este mismo niño, a los 4 años, los padres podrán respetarlo en sus apetencias, si el caso fuera que el niño no quiere comer “todo” lo saludable que “debe” los padres están en la obligación de explicarle y conversar sobre la importancia de comer sano (vegetales y poca azúcar) acomodar comidas en las que sí comerá la porción de vegetales y otras en las que puede comer solo media porción o ninguna, también, le permitirán jugar en un espacio mayor al que le estaba permitido al año.

Así, como el niño, también van creciendo los espacios en los que el niño puede decidir, por ejemplo, la ropa que va a usar para un cumpleaños, el forro de sus cuadernos, a quién dar beso al saludar y a quién no.

 

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¿Cuál es el tope? ¿cuál es el criterio para imponer “lo correcto”?

Sí los adultos logramos confiar en las capacidades de nuestros hijos, es decir, reconocerlos capaces, ellos confiarán en nosotros, por tal razón, podrán creernos cuando les expliquemos por qué algo que consideramos no sano podría lastimarlos, por ejemplo, un programa de TV que no queremos que vea o un tipo de actividad que consideramos no apropiada.

Sin embargo, ellos deben ser partícipes de la explicación porque en ese permitirles decidir, en ese explicarles, les estamos enseñando autocuidado, respeto a sí mismo, responsabilidad personal, comunicación de sus necesidades y las nuestras, y, esas son las herramientas de los seres humanos conscientes, coherentes y respetuosos del mundo.

Atención, este proceso empieza desde pequeños, así la práctica en reconocer: para qué quiero hacer esto o qué es apropiado para mí, en decidir, equivocarse, corregir y festejar el acierto, será parte de la vida del niño y él se irá sintiendo valioso para sus padres, por el tiempo en la explicación y por el considerar su opinión, seguro porque sabe que será acompañado incluso en su error, inteligente porque decide, reflexiona, aprende, y etc. que refuerce su estima.

Generalmente hay caminos distintos, la cuestión es buscarlos, permitirnos mirar otros puntos que son sean los tradicionales, para entonces darle al mundo una población diferente. ¡Suerte!

 

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Escrito por: María del Carmen Rodrigo H., Psicóloga Clínica.

 

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