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Los lácteos y sus derivados contienen nutrientes (proteínas de alto valor biológico, grasa, lactosa, calcio, fósforo, potasio, vitaminas A y D, B6 y B2, entre otros).

En el marco del Día Mundial de la Alimentación que se conmemora en el mes de octubre, destacamos las ventajas del consumo de derivados lácteos que aportan proteínas, calcio, fósforo, entre otros elementos importantes, para el desarrollo físico y mental de las personas, junto con una dieta balanceada y ejercicio regular.

Para Michelle Alvear, nutricionista de Alpina: “los productos lácteos son la principal fuente de calcio, contienen micro y macronutrientes, como vitamina A y D, probióticos y además son fuente de proteínas”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) se sugiere consumir al año 180 litros de leche por persona. En Ecuador, según datos del Centro de la Industria Láctea (CIL), el promedio de consumo por persona en Ecuador es entre 90 y 95 litros al año, la mitad de lo recomendado.

En este sentido, Michelle Alvear señala que es importante proporcionar la cantidad de lácteos que se consumen diariamente y usarlos en diferentes preparaciones que resulten nutritivas para los miembros del hogar.

 

 

Consumo diario

La experta recomienda consumir de 2 a 3 raciones diarias de leche y productos lácteos como quesos frescos, maduros o semimaduros, yogures en diferentes sabores y de acuerdo con la preferencia, siempre tomando en cuenta la edad, la actividad física, pero sobre todo que sean parte de una dieta equilibrada y de calidad nutricional.

“Los productos lácteos no solo son necesarios para los niños en desarrollo, sino también para los adultos que requieren incluir proteínas, minerales, calcio, fósforo, magnesio y potasio. Estos elementos ayudan a mantener una salud ósea y muscular adecuada y prevenir ciertas complicaciones en edades avanzadas”, señala la nutricionista.

Es importante saber que el queso y el yogurt son alimentos básicos durante la primera etapa de la vida, la infancia y la adolescencia, pero muy necesarios también en la etapa adulta, por los nutrientes que aporta al desarrollo, crecimiento y mantenimiento de una nutrición adecuada.

La versatilidad de los productos lácteos y su facilidad para ser incluidos en la alimentación regular permite que las familias complementen su nutrición y sumen las propiedades y beneficios de los derivados de la leche en cualquier momento del día y en diferentes preparaciones.

 

 

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