Compartir:

¿Por qué luego de años de noviazgo el matrimonio parece no funcionar? Conoce aquí la respuesta y qué poder hacer. ¡Lee y comparte!

Podemos encontrar (sin buscar mucho) parejas que han pasado por un tiempo «considerable» de noviazgo y que poco después de contraer matrimonio se hayan envueltos en una crisis de pareja que no se esperaban.

Se supondría que gracias a los varios años de noviazgo que tuvieron, la buena relación matrimonial debería estar prácticamente garantizada, pero la realidad nos demuestra que no es así.

Incluso existen parejas que tenían 10 años o más de noviazgo y que a los pocos meses de casados optan por separarse. Razones de la ruptura podremos encontrar múltiples, sin embargo, hoy te invitamos a considerar una de ellas:

No contemplar los «cero años de matrimonio»

Sonará obvio el hecho de que una cosa es la relación de pareja en el noviazgo y otra muy distinta es la relación de pareja en el matrimonio.

No obstante, en muchas ocasiones hace falta que las parejas reflexionen precisamente que noviazgo y matrimonio son dos realidades distintas, con características diferentes y con requerimientos diversos.

En la medida en que mejor se comprenda esto, se podrá vivir de mejor manera la transición de la vida de novios a la vida matrimonial.

 

 

Existen diversas ideas erróneas que podemos tener frente al matrimonio

En muchas ocasiones sin darnos cuenta, estas ideas no abonan a que identifiquemos convenientemente que al casarnos estaremos entrando a una realidad distinta a la del noviazgo.

Una de estas ideas es creer que el matrimonio es una especie de «extensión» del noviazgo.

También se encuentra el caso de quienes piensan que se conocen tan bien por los años de noviazgo que la adaptación a la convivencia matrimonial se dará prácticamente en automático.

Esta idea puede llegar a sonar un tanto lógica, sin embargo, al iniciar la vida matrimonial te encontrarás con que no te casaste con una idea sino con una persona de carne y hueso.

Una con virtudes, debilidades, costumbres, «mañas», hábitos, etc., que, en definitiva, solo se pueden experimentar en esa convivencia del día a día dentro de la vida matrimonial.

Bien dice el famoso dicho «si quieres conocer a Inés, vive con ella un mes». La cuestión principal está en que debemos evitar el crear falsas expectativas e ideas sobre cómo será o cómo debe ser nuestro matrimonio, cómo «debe ser» mi esposo o esposa.

Puede ser que lleves varios años de noviazgo, incluso que consideres que ya son «muchos», pero la realidad es que cuando se casen tendrán «cero años de casados» y al ser así habrá que darse la oportunidad de «redescubrirse».

Embárcate en la aventura de seguir descubriendo a tu pareja

Lo que estamos comentando podría llegar a interpretarse de manera negativa o pesimista, pero nada más alejado de la realidad.

El hecho de seguir descubriendo a esa persona que amas y que has prometido amar para toda tu vida es toda una aventura para la pareja y es la respuesta que se tiene a esa vocación al amor: irle conociendo y amando más y mejor cada día.

Como dice Enrique Rojas «El amor verdadero es un acto de la voluntad, que significa la determinación de trabajar el amor elegido, poniendo todos los medios a nuestro alcance».

Si bien es cierto que no se parte de cero en el matrimonio, por el conocimiento mutuo que tienen gracias al noviazgo, también es cierto que el día de la boda será precisamente el día uno del matrimonio.

Tal como se fueron conociendo a lo largo del noviazgo y así consolidaron la relación como novios, ahora habrá que darse la oportunidad de irse conociendo dentro de la vida matrimonial.

Haciendo de cada momento del día una oportunidad de crecimiento en el amor pleno y maduro al cual están llamados como esposos.

Para terminar, nos gustaría recomendarte el curso online «Amor en camino», perfecto para todas aquellas parejas que se están preparando para el matrimonio. ¡Les va a cambiar la vida!

 

 

Escrito por: Francisco Peralta Dávalos y Anahí Ruvalcaba Ortiz, vía Catholic-Link.

 

Compartir: