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Los movimientos oculares anormales pueden afectar seriamente la comprensión lectora de tu hijo. ¿Qué hacer?

Los movimientos oculares son aquellos realizados por los ojos, y cuyo rol es esencial para la óptima observación de los distintos objetos alrededor de una persona, sea que estén estáticos, como en movimiento.

Cuando existen anomalías en esta función, que por lo general se debe a una mala coordinación de los músculos involucrados, es muy probable que los niños tengan una mala comprensión lectora, y en consecuencia, presenten dificultades de aprendizaje.

La detección temprana de estas anormalidades es clave para que un especialista pueda establecer el tratamiento adecuado, evitando así mayores dificultades en la vida estudiantil del menor.

Por ello, a propósito del Día Mundial de la Lectura, que se conmemora en el mes de marzo, y considerando la proximidad del inicio del ciclo escolar en la región Costa, presentamos a continuación información relevante en torno a los movimientos oculares, así como las señales que alertan sobre posibles desperfectos en ellos y su efecto negativo en la comprensión lectora.

 

 

Tipos de movimientos oculares y su relevancia en la lectura

Existen varios tipos de movimientos oculares, y cada uno de ellos cumple una función específica para la comprensión y seguimiento de los textos, así como para el desarrollo cognitivo de la persona.

1. Movimientos sacádicos: Son movimientos rápidos y cortos que realizan los ojos de izquierda a derecha, permitiendo al niño identificar y leer sílabas, pasando de una palabra a otra.

2. Movimientos de seguimiento: Estos permiten a los ojos seguir objetos en movimiento, y son importantes para la lectura, ya que les permiten fijar efectivamente la mirada en textos (como los subtítulos de una película, por ejemplo) de izquierda a derecha, y/o de arriba a abajo, sin complicaciones.

3. Movimientos de convergencia: Su función principal es que los ojos se enfoquen en un objeto cercano, lo cual en el proceso de lectura es imprescindible para el entendimiento claro de letras y palabras cercanas al ojo, y la asociación de las mismas con un significado.

4. Movimientos de divergencia: En la lectura, la habilidad de los ojos para enfocar objetos lejanos, y luego cambiar rápidamente a enfocar objetos cercanos, es esencial para una buena comprensión. Cuando este movimiento no se efectúa correctamente, es posible que las palabras parezcan borrosas.

5. Movimientos de fijación: Permiten que los ojos se mantengan fijos en una palabra u objeto, haciéndolos más sencillos de recordar.

Señales que alertan de anomalías en los movimientos oculares

En muchos casos, por desconocimiento y/o falta de atención, los padres no logran detectar a tiempo aquellas señales que advierten de posibles anomalías de estos movimientos, e interpretan las dificultades en la comprensión lectora como un desafío aprendizaje del niño, sin necesidad de asociarlo con su visión.

Es importante que tanto padres como maestros estén atentos a señales como las que detallamos aquí, y en caso de detectarlas, acudir a una consulta optométrica que determine si efectivamente existe un problema asociado a estos movimientos, y recomiende el tratamiento idóneo según el cuadro del paciente.

 

 

Seguir el texto con el dedo

Usualmente, cuando un niño tiene dificultades para seguir un texto solo con la mirada, usa el dedo para guiarse. Esto podría ser normal en el inicio del proceso de aprendizaje de lectura, pero en edades más avanzadas, es, posiblemente, una señal de que los movimientos oculares no son normales.

Salto de líneas

Si el niño se salta líneas y/o palabras al leer, puede tratarse de una dificultad en los movimientos oculares de seguimiento y fijación.

Fatiga ocular

Los niños que no realizan movimientos oculares adecuados suelen experimentar una sensación de cansancio en sus ojos, además de dolores de cabeza y, en algunos casos, dificultad para concentrarse después de leer durante períodos prolongados. Esto se relaciona con problemas en los movimientos de convergencia y divergencia, es decir, en acercar y alejar los ojos.

Pérdida de interés en la lectura

Si el menor evita leer o muestra poco interés en los libros y la lectura en general, puede ser una señal de que tiene dificultades para hacerlo, debido a que el proceso de lectura les resulta incómodo y desafiante.

Si se detecta uno o varios de estos síntomas, es importante darles la importancia necesaria, y no obviarlos. Un examen optométrico completo, puede ayudar a identificar el problema y realizar una intervención temprana, y contribuir a que el niño mejore sus habilidades de lectura y comprensión, mejorando su rendimiento académico.

 

 

Fuente: Dr. Alejandro Lalama, Jefe de Optometría de Óptica Los Andes.

 

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